El sacerdote de la localidad de Madrigueras, en la provincia de Albacete, ha destruido, amparado con el silencio cómplice de la administración autonómica y provincial, todos los dibujos, mensajes, poesías y demás grabados en multitud de idiomas que dejaron los brigaditas internacionales en un cuarto de la iglesia que fue utilizado como calabozo para el […]
El sacerdote de la localidad de Madrigueras, en la provincia de Albacete, ha destruido, amparado con el silencio cómplice de la administración autonómica y provincial, todos los dibujos, mensajes, poesías y demás grabados en multitud de idiomas que dejaron los brigaditas internacionales en un cuarto de la iglesia que fue utilizado como calabozo para el internamiento de los brigadistas que no cumplían las ordenes de la necesaria disciplina en unas organizaciones con miles de personas venidas de todo el mundo. Estas brigadas estaban compuestas por ciudadanos alemanes, polacos, eslavos, balcánicos, húngaros, franceses, belgas, entre otros países.
El cura ha desoído todas las peticiones procedentes del Ayuntamiento de la localidad e historiadores de la Universidad.
Se trataba de elementos históricos importantes como referentes en el estudio de aquella época y lugar de visita para los supervivientes, familias e infinidad de personas de todo el mundo. Elementos similares también los había en el castillo de Castelldefels en Barcelona, donde sí se han respetado.
Albacete es referencia mundial en el estudio de las Brigadas Internacionales que tuvieron en la provincia albaceteña un lugar preeminente. Allí se decidió que quedara el Batallón Garibaldi para constituirse en núcleo inicial de la XII Brigada y que se organizaría junto a los batallones Thaelmann y André Marty. Allí está el Centro de Estudios y Documentación de las Brigadas Internacionales.
Según ha denunciado Emilio Sales Almazán, responsable del Foro por la Memoria en Castilla La Mancha, la delegación de cultura en Albacete «ha sido cómplice necesario ya que no quiso recibir ni a profesionales de la Universidad para hablar del tema».
Según afirmó, «una vez más se demuestra el deprecio, y en este caso la destrucción, de parte de nuestra memoria colectiva, de la memoria de aquellos que lucharon por la legalidad y contra el fascismo. Esta vez de la memoria que dejaron aquellos que llegaron de lejanos países para luchar junto al pueblo español ante el levantamiento franquista contra la legitimidad de la República».