«Las medidas serán duras y tendremos problemas con mucha gente , pero entenderán que vivíamos por encima de nuestras posibilidades. Los españoles lo entenderán».
De momento, Rajoy no ha tenido el valor de enumerar al detalle cuales van a ser esas medidas concretas, pero para eso está la otra cabeza de ese monstruo bicéfalo que es la derecha de este país: una es la política, con el PP y sus similares nacionalistas, y otra la financiera y empresarial, con la CEOE como cabeza visible, con su presidente Juan Rosell, que ha sido el que ha abierto la boca para ir despejándonos las incógnitas.
Estamos apañados nosotros, el pueblo, por la pinza en que esperan prendernos tanto el líder del PP, Mariano Rajoy, como el presidente de la CEOE, Juan Rosell, al calor de sus últimas declaraciones públicas. Por una parte, el -de momento- líder del Partido Popular ya nos anuncia que si gana las próximas elecciones generales -si algo realmente bueno no lo remedia antes- ejecutará unas durísimas medidas económicas y sociales por las que el referido político literalmente anticipa huelgas y protestas en su primer año en el cargo, pero que no serán suficientes para dar al traste con su intensa agenda de reformas. No se empacha de decir «Las medidas serán duras y tendremos problemas con mucha gente, pero entenderán que vivíamos por encima de nuestras posibilidades. Los españoles lo entenderán». ¿Quiénes vivían por encima de sus posibilidades? ¿El mileurista? ¿El funcionario? ¿El parado que cobra la ayuda?
La desfachatez de este tipo es «de libro», pero si algo es cierto es que hemos estado manteniendo muy por encima de nuestras posibilidades a todo un circo político y a una pléyade de vividores, aprovechados, sinvergüenzas y granujas que pueblan la casta política, financiera y empresarial de este bendito país.
Mucho descontrol y astronómicos beneficios empresariales de empresas que contrataban continuamente con las distintas Administraciones, que, si analizamos las cuentas, la obra al final la hacía la contrata, de la subcontrata, de la subcontrata de la que ganó el concurso, por una fracción de lo que realmente le costó al bolsillo de los contribuyentes españoles (o europeos, si fue con cargo a los fondos estructurales). La red viaria española debería estar hecha con un adoquinado de oro macizo, por lo menos.
Eso explica cómo al salir de la política nuestros políticos acaban de consejeros en grandes empresas y bancos, aunque su gestión hubiese sido una soberana mierda pinchada en un palo. Si nos ponemos a investigar un poco, encontramos a muchos parientes directos de éstos copando puestos en estas empresas, con sueldos muy por encima del mercado y muy por encima de su currículum profesional. ¿Cuánto nos ha estado costando esta sangría? Y cuanta responsabilidad de lo que hoy pasa la tienen estos mismos tipejos que nos quieren apretar a nosotros el cinturón, mientras ellos no se apean ni un ápice de un estilo de vida VIP. Esto sucede en un país, en el cual, hasta el alcalde del último pueblo se pone el sueldo que le sale de la vara de mando o un coche oficial que pagamos todos. Un país con un excesivo número de municipios para la población existente, tal y como pasa, por ejemplo, en mi Galicia natal.
Contra toda lógica política, la reacción de la derecha ante las protestas del «15-M» fue absurda y totalmente desproporcionada, tanto por parte del PP como sus homólogas nacionalistas. Recordemos la reacción de la Generalitat Catalana, que ordenó la desproporcionada -además de innecesaria- carga de los Mossos en la Plaza Catalunya de Barcelona. Recordemos las airadas declaraciones del PP madrileño contra esa gran manifestación de descontento acampada en Sol, contra esta misma casta político -financiera- empresarial, que piensa que tiene derecho a todo lo bueno, incluidos los recursos públicos de los que si no queda nada para el pueblo, pues que se aguante. Solo había que ver el vergonzoso espectáculo de su prensa a sueldo, con especial mención a Intereconomía durante el tiempo que duró la acampada. Mariano, al que va a haber que llamar «Marianito el corto» por su corta vista política, no se inhibe de decir que «los indignados no son un problema» y que «las protestas no son tan masivas como para darles respuesta», «que reconocen que han de ser «comprensivos» con el descontento de los jóvenes españoles, que empiezan a percibir que no vivirán tan bien como sus padres».
La culpa de todo esto no está precisamente en los que van a sufrir los recortes, sino en quiénes desean mantener su status pese a todo. No son la solución, ¡son el problema! Estos eligieron su símbolo en la gaviota con pleno acierto: ave carroñera, oportunista, descarada, reina de los vertederos, que incluso ha llegado a destronar a las propias ratas, ave caníbal que se come al pollo del nido de al lado si tiene ocasión y que, sin embargo, se las apaña para aparecer nívea e inmaculada, atreviéndose incluso a ser tomada como un símbolo de libertad, cuando en realidad es la mayor delincuente entre las aves. De verdad que han acertado con su animal totémico. No se me ocurriría ninguno mejor para representarles (ser de puerto de mar y haber sido navegante no tiene precio) ¿Cuánto pagarían por el diseño del logotipo? Será de tierra adentro el «creativo» que les vendió la idea
De momento, Rajoy no ha tenido el valor de enumerar al detalle cuales van a ser esas medidas concretas, pero para eso está la otra cabeza de ese monstruo bicéfalo que es la derecha de este país: una es la política, con el PP y sus similares nacionalistas, y otra la financiera y empresarial, con la CEOE como cabeza visible, con su presidente Juan Rosell, que ha sido el que ha abierto la boca para ir despejándonos las incógnitas.
Algo de contratas públicas sabrá Juan Rosell como Presidente de OMB, de Sistemas Integrados para la Higiene Urbana, suministrador de equipos y servicios para la Administración Local. Además, como Consejero de Criteria Caixa Corp, que está especializada en inversiones de riesgo sabe muy bien cómo se ha fraguado esta crisis financiera artificial y cómo sajar tajada de la misma. También sabe de burbujas inmobiliarias, en su calidad de Consejero de la Inmobiliaria Colonial (también participada por La Caixa ) y pensará en sacar más tajada aún de la mano de Rajoy si llegase éste a ganar las elecciones.
El recetario de este individuo no tiene desperdicio. Uno de los más llamativos atañe a los estudiantes universitarios que tarden más de 5 años en terminar una carrera, a los que vetaría la permanencia en la Universidad. ¡Muy curioso, cuando el mismo Juan Rosell no fue capaz de acabar sus estudios en la Complutense de Madrid y titularse en Ciencias Políticas!. La cosa no tendría mayor relevancia si no fuese porque en su currículum público de la Corporación Mihura (Capitales de riesgo, banca y consultoría), cuyo Consejo Asesor preside, se dice Licenciado en Ciencias Políticas, en tanto que en el que tiene en CaixaBank sólo aparece que tiene «estudios» de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid. Mistificaciones, picardías o mentiras en el currículum. Mal asunto confiarle tus ahorros a alguien que no se empacha de adornarse el currículum sin necesidad.
Es absurdo, porque aquí quizás no se valore este tipo de picarescas con rigor, pero en los mercados internacionales, y en especial los anglosajones, estas «picardías» pueden salir muy caras ya que, no sin razón, piensan que quien te engaña en una cosa nimia también lo hará en una importante. Lo más peliagudo de este asunto para él es que ése precisamente es su cargo de cabecera en el directorio económico internacional de Bloomberg.
A los funcionarios públicos los tacha de prepotentes e incumplidores, quizás porque al no depender de él le limitan en sus jugadas, y propone crear un sistema de evaluación de los mismos para removerlos de sus puestos de trabajo, ¿para qué? Para convertirlos a todos en una especie de interinaje encubierto y convertir en políticos todos los puestos de las distintas Administraciones. ¡Menudo negocio para instaurar un sistema clientelar en toda la administración! Regresaría la época de los «cesantes». Nos lo intentarán vender como mejora de la eficacia u otras milongas, pero el único fin es tomar control absoluto de la Administración.
No hay que ir muy lejos. En Galicia, cada vez que cambian de manos las riendas de la Comunidad Autónoma, nos encontramos con una ola de incendios forestales, ya que el servicio de bomberos forestales se cubre con interinos temporales y cuando llegan nuevos inquilinos a San Cayetano unos van al desempleo para dejar sitio a los del nuevo amo de la Xunta, perpetuándose el poder del cacique local, al que su clientela apoya y aúpa políticamente a cambio de que corresponda colocando en puestos públicos a los «suyos».
Para hacernos una idea clara de lo que este tipejo propone, cabe destacar la propuesta de penalizar a los Inspectores de Hacienda cuyas conclusiones fuesen favorables para el contribuyente. El contribuyente puede tener razón ¿no? ¿Decimos adiós al Estado de Derecho y a la neutralidad de la Administración? Ni en tiempos de Franco sucedía esto que pide este pájaro.
Apunta contra el trabajador que se apunta al paro porque sí ¿? Este tipo no sabe que para esa contingencia el trabajador ha estado cotizando y que es un derecho adquirido, por el que ha estado pagando. ¿Qué quiere conseguir? ¿Qué gana la CEOE con la desprotección absoluta de los trabajadores? Pues volver a la era del proletariado al Siglo IXX, donde los empresarios se permitían poner las condiciones de trabajo y fijar los salarios unilateralmente.
¿No se ruboriza el individuo éste de decir que hay que luchar contra los que van «demasiado» al médico y que hay que decirles basta?. ¿No se puede poner nadie enfermo? Solo le faltó promover una política eugenésica y suprimir vidas «indignas de ser vividas», como en el III Reich.
Si esto no es Darwinismo Social, además de puro espíritu depredador, no sé ya cómo definirlo. Se puede estimar que un presidente de la CEOE piense así, lo peligroso es que se atreve a soltar semejantes «perlas» sin ningún empacho, con la aquiescencia del presidenciable Mariano Rajoy, que no le ha cortado ni un ápice sino que deja que éste sea su vocero, para decir lo que a él no le conviene anticipar.
Juan Rosell dijo también que las empresas son la solución y auguró que la reducción del paro no vendrá por medio del empleo público, sino por parte de las pequeñas y medianas, además de los trabajadores autónomos. Esto irrita especialmente cuando viene de alguien apadrinado por la misma banca, que cerró drásticamente el grifo de los créditos a todas esas empresas y autónomos. Como poco, resulta desvergonzado por su parte.
Entre el PP y la CEOE nos preparan un viaje a través del tiempo, justo hasta la época más oscura de la Revolución Industrial y a la implantación de una dictadura oligárquica a la que, como ciudadanos libres, no tenemos más remedio que oponernos con todas nuestras fuerzas. Nunca habían sido tan descarados como ahora, siendo conscientes de que la izquierda sociológica está noqueada por la cantada traición del PSOE, que se veía venir desde Suresnes, y fragmentada en familias, filias y fobias incapaces de presentar un frente homogéneo común contra todo esto que se nos viene encima.
Si la ciudadanía no reacciona inmediata y vigorosamente contra esta plaga en que se ha declarado esta casta política, empresarial y financiera, nos espera el tener que vivir añorando lo que perdimos y nos dejamos arrebatar por pura inacción y cobardía.
Fuente: http://www.opiniondigital.es/