No pocos llegamos a creer que dada su condición opusiana en la que la obediencia debida y la lealtad al superior son rasgos distintivos e incuestionables le llevaría a asumir el marrón de la Operación Kitchen de forma sumisa y abnegada.
La supuesta profunda fe cristiana que dice profesar y siendo de misa y confesión diaria no le sirvió para que se saltara todos sus principios éticos y morales habidos y por haber al frente del Ministerio de Interior del Gobierno del PP de Rajoy, al menos en lo que concierne a la llamada Operación Kitchen.
El juez de la Audiencia Nacional, García-Castellón, exculpando a Rajoy y Cospedal de toda responsabilidad en calidad de presidente del gobierno y secretaria general del PP en esos momentos, ha procesado a Fernández Díaz en el asunto, entre otros mandos de Interior y Policía, al entender que el exministro se encontraría en la cúspide de lo que describe como una estructura delictiva ideada para espiar a Bárcenas y su entorno, usando para ello recursos policiales -incluidos fondos reservados- a fin de localizar la información sensible que pudieran tener sobre el PP y sus dirigentes para evitar que llegara a manos de la Justicia. Para ello, el exministro presuntamente organizó un dispositivo de vigilancia a la mujer de Bárcenas, Rosalía Iglesias, en el que participaron decenas de agentes y que controló sus movimientos al menos entre el 25 de julio de 2013 y el 12 de febrero de 2014.
Fernández Díaz al ver como Rajoy y Cospedal se van de rositas, olvidando su condición opusiana ha decidido que él solo no se come el marrón y ha recurrido la decisión del magistrado de la Audiencia Nacional de procesarle por la Kitchen, mediante un escrito en el que no solo no niega la existencia del operativo ilegal, ni que tuviera participación en él, sino que sitúa a Rajoy, Cospedal y Sáenz de Santamaría presuntamente en el origen del mismo, ya que entre el material existente examinado están perfectamente identificados.
El exministro alberga la esperanza de que su recurso prospere y se le desimpute porque termina diciendo que no existen motivos para sostener por más tiempo su imputación con riesgo de someterle injustificadamente a una ‘pena de banquillo’ adicional a la ‘pena de telediario’ que ya ha sufrido.
Hay quien quiere ver, al hacerse público el recurso presentado, como un mensaje inequívoco y directo a Rajoy, Cospedal y Sáenz de Santamaría. Si ninguno de los citados no mueve piezas e influencias para evitar su procesamiento definitivo por las vías que sean, no será el único que al menos se coma la pena de banquillo adicional a la de telediario por venir.
Fernández Díaz, según el juez instructor, cometió serios delitos al instigar o permitir el operativo ilegal, poniéndose su ética y moral cristiana por montera, ahora, pierde todo decoro instando subliminalmente a que le salven del lío en el que está metido, de lo contrario, a lo mejor, alguien saca a luz el contenido de algo de lo sustraído supuestamente a Bárcenas.
A lo mejor, la no renovación del Consejo General del Poder Judicial es lo que le pueden ofrecer por ahora, algo que no debe contentar del todo al ex titular de Interior y de ahí su iniciativa. En cualquier caso, sin dejar de mirar el dedo que señala, es bueno que se mire hacia donde señala. Atentos.