Si finalmente TV3 impide la emisión del documental «¿Monarquía o República?» quedarán confirmadas varias cosas. Por un lado que el ADN del régimen borbónico es el mismo que el del régimen franquista, y por otro, que Catalunya no es ajena a esta vergüenza nacional e internacional. Lo que hace unos días era un rumor y […]
Si finalmente TV3 impide la emisión del documental «¿Monarquía o República?» quedarán confirmadas varias cosas. Por un lado que el ADN del régimen borbónico es el mismo que el del régimen franquista, y por otro, que Catalunya no es ajena a esta vergüenza nacional e internacional. Lo que hace unos días era un rumor y hoy es una noticia de que la televisión pública catalana ha censurado -con todas las letras, en negrita y con mayúsculas si fuera necesario- un reportaje en el que políticos e intelectuales de toda condición opinaban sobre la sacrosanta institución impuesta por Franco.
No sólo le bastó a la cadena dirigida por Mònica Terribas i Sala dar un primer «tijeretazo» al documental -como en los mejores tiempos del NODO-, sino que exigió un segundo tijeretazo. Si nada cambia, el documental no se emitirá y convertirá a TV3 en un órgano más de propaganda de un régimen que tiene los años contados, a pesar de miserables y grises censores, de políticos cobardes, y a pesar de la podredumbre intelectual de quién aún defiende una institución impuesta por un genocida.
Por tanto que no crea la cadena que va a censurar el reportaje sin más. El escándalo va a ser mayúsculo y la credibilidad de la cadena va a quedar más tocada de lo que piensa, y por supuesto, la de los responsables de la censura, si ésta finalmente se acaba produciendo.
Habría que denunciar, desde todos los micrófonos, páginas y espacios a los que tengamos acceso, el vergonzoso espectáculo de esta intolerable censura, de la que los primeros responsables serán los socios de gobierno del señor Montilla (ERC e ICV) si no exigen inmediatamente encauzar la situación y que la televisión pública catalana emita el documental tal y como estaba previsto, y que durante muchos meses se ha estado produciendo también con dinero público, que ahora se planea tirar a la basura, junto a las opiniones incómodas de determinados intelectuales y políticos.
El régimen tiene miedo y se defiende como mejor sabe, declarando el «estado de excepción informativa». En los últimos días se han hecho públicas una serie de encuestas y datos que demuestran que la Monarquía hace tiempo que emprendió el camino hacia su desaparición y muerte. Para algunos quedará en la memoria como un error, para otros como un mal menor, pero para los libros de Historia como un régimen heredero de la más cruel dictadura que ha vivido este país. Y la figura de Juan Carlos I rendirá cuentas ante la historia, y cuando la censura impuesta que le protege y le ensalza caiga, quedarán al aire sus vergüenzas.
En definitiva,no vendría mal ir colapsando las líneas del teléfono del espectador de TV3 (902 22 5430), al tiempo que exigimos desde todos los ámbitos la emisión íntegra y original de documental «¿Monarquía o República?». Si no, el 18 de febrero pasará también a la historia de TV3, como el día en que esa cadena se convirtió en el NODO.