El PP, los herederos directos del franquismo, han vuelto a poner el grito en el cielo ante el anuncio de que el Partido Socialista de Euskadi se entrevistaría con una representación de Batasuna. En una alucinante deriva hacia la extrema derecha, acusan a Zapatero de estar defendiendo la política de ETA. Así, han roto relaciones […]
El PP, los herederos directos del franquismo, han vuelto a poner el grito en el cielo ante el anuncio de que el Partido Socialista de Euskadi se entrevistaría con una representación de Batasuna. En una alucinante deriva hacia la extrema derecha, acusan a Zapatero de estar defendiendo la política de ETA. Así, han roto relaciones con el Gobierno ante «la ignominia del Ejecutivo» y, junto a la ultraderechista AVT, han vuelto a sacar a la calle a la caverna española para oponerse a las negociaciones con ETA.
En realidad, lo que critican a Zapatero es lo mismo que ellos hicieron en la época de Aznar, como ha recordado Arnaldo Otegi. Lo cierto es que al PP le importan un bledo las víctimas (en particular las que no comparten su ultraderechismo) y está quedando cada vez más al descubierto que su verdadero interés es la continuidad de ETA y de los atentados, pues necesitan el espantajo del terrorismo para aglutinar y mantener en pie de guerra a la España negra, enarbolando el nacionalismo españolista contra los derechos de las nacionalidades.
Rajoy da voz política a toda la cohorte franquista que, desde el PP, los medios de comunicación y, especialmente la judicatura (que sigue atosigando a Batasuna), se ha juramentado contra el derecho de ETA a negociar. Pero nadie puede negar a ETA, como a todo contendiente en un conflicto armado, el derecho a negociar su desarme, a cambio de la excarcelación de sus presos, la vuelta de los exiliados y el cese de la represión.
La obligación del Gobierno es iniciar inmediatamente las negociaciones con ETA y, al mismo tiempo, derogar la Ley de partidos y restituir sus legítimos derechos a Batasuna, como fuerza política representativa de todo un sector del pueblo vasco. La solución política al «contencioso vasco» nunca vendrá de «tender la mano al PP», sino del cese de la represión y del reconocimiento del legítimo derecho de los vascos a decidir libremente su futuro, lo que -no olvidemos- choca abiertamente con una Constitución que niega el derecho a la autodeterminación y pone al Ejército como garante de la unidad española.
* Publicación mensual del PRT – Izquierda Revolucionaria, sección en el Estado Español de la Liga Internacional de los Trabajadores – IV Internacional (LITci)