No son los primeros y, lamentablemente, no serán los últimos, pero su ejemplo pone negro sobre blanco los efectos perversos de la reforma laboral en el precario equilibrio de las relaciones trabajador-empresario. Y es que Coca-Cola, la multinacional que se cuela en nuestras casas con mensajes de amor y paz y con albañiles cachas que […]
No son los primeros y, lamentablemente, no serán los últimos, pero su ejemplo pone negro sobre blanco los efectos perversos de la reforma laboral en el precario equilibrio de las relaciones trabajador-empresario. Y es que Coca-Cola, la multinacional que se cuela en nuestras casas con mensajes de amor y paz y con albañiles cachas que ponen contestas a las chicas de la oficina a la hora del almuerzo, resulta que se cuela también en las casas de sus trabajadores, pero para ponerlos en la calle.
«No hay criterios económicos, porque los beneficios de Coca-Cola en España fueron de 900 millones de euros el año pasado. No hay razones de producción para cerrar la planta de Fuenlabrada, la más grande de España y la segunda de Europa, porque en Madrid se produce el 20% del consumo de España. No hay razones logísticas ni organizativas, tal y como nos han reconocido al comité de empresa distintos consultores. No hay nada de eso. Únicamente se trata de rapiña, de sustituir puestos de trabajo bien remunerados y con derechos por mano de obra barata y sin derechos. Eso es Coca-Cola, la rapiña de la vida… y eso que presumen de ser socialmente responsables».
Así contesta Francisco Bermejo, portavoz de CCOO en el Comité de Empresa de la fábrica de Coca-Cola en Fuenlabrada y en el Comité Intercentros, para quien, a pesar de la maraña jurídica que teje la reforma laboral contra los derechos de los trabajadores, la escasa jurisprudencia y el vacío legal existente a día de hoy obligan a pelear jurídicamente para demostrar en los tribunales la «ilegalidad y la inmoralidad» del ERE presentado por la empresa el pasado 23 de enero.
Francisco Bermejo dice también que la multinacional, no satisfecha con aprovecharse torticeramente de la ley, la vulnera cuando lo considera oportuno. Esto es, con la ley, y más allá…«Con la huelga indefinida que se está llevando en Madrid, si no fuera por el esquirolaje empresarial que se está practicando y después de los días que llevamos de huelga, en Madrid no debía de quedar ni una lata».
Los trabajadores de Coca-Cola han recibido el apoyo de los grupos del PSOE e IU en el Congreso y de la totalidad de los grupos políticos de la Asamblea de Madrid, pero tienen claro que para dar la vuelta a este desproporcionado desequilibrio de poderes, de este «David contra Goliat», como dice Francisco Bermejo, hay un elemento que, en estos tiempos de apariencia y fotoshop, puede resultar crucial. «La imagen de la marca. La inmaculada imagen de la marca», dice Bermejo, «ya lo está notando y, de hecho, el consumo se ha resentido más de un 20%, según nuestros datos».
Los trabajadores de Coca-Cola han protagonizado ya marchas y concentraciones y el pasado miércoles se congregaron a las puertas del Vicente Calderón antes del partido de Copa entre Atlético y Real Madrid y lo volverán a hacer en el partido de vuelta. Y se van a concentrar también hoy a las puertas del Centro de Congresos Príncipe Felipe del Hotel Auditorium de Madrid, donde se celebrará la entrega de los premios Goya. Allí, aunque no podrán contar con el respaldo del ministro de Cultura, Juan Ignacio Wert, que no va, sí esperan recibir el apoyo del mundo del cine y de la cultura.
«Hasta ahora el respaldo de la gente y de los medios de comunicación ha sido espectacular. Incluso hemos recibido llamadas de televisiones de Francia, Gran Bretaña… Por eso seguimos pidiendo el apoyo de los ciudadanos y como decimos nosotros: ‘Si no se fabrica, no se consume’. Todo el mundo debería saber que este conflicto laboral no afecta solo a los trabajadores de Coca-Cola, sino que nos afecta a todos, porque es de la involución del modelo social de lo que estamos hablando».
Cuando nos referimos genéricamente al ERE de Coca-Cola hablamos, por ejemplo, de 1.250 despedidos, 581 de ellos en la Comunidad de Madrid, pero cuando rascamos un poco hablamos ya de gente, de profesionales, «de buenos profesionales», dice Bermejo, muchos de ellos con familias y con hipotecas, que si pierden su empleo pueden perder todo lo demás. «Yo llevo trabajando aquí 41 años y puedo decir que las conquistas de los trabajadores han incidido siempre en el beneficio empresarial. Es con eso con lo que quieren acabar. Y no deberíamos permitirlo». La Marea Roja, como se hacen llamar, tiene claro que la unidad de acción de los trabajadores y la complicidad social, como en otros conflictos laborales y cívicos vividos recientemente, será fundamental para ganar esta desigual partida.
Fuente: http://www.cuartopoder.es/elolordeldinero/el-ere-de-coca-cola-es-la-rapina-de-la-vida/6088