Habría acontecido, al ser la joven detenida mientras se hallaba grabando la movilización realizada en Popayán el 12 de mayo. Ivan Duque envió a esa ciudad a sus ministros de Defensa e Interior para sofocar los disturbios.
El ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios), es una unidad especial de la Dirección de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional de Colombia, cuya misión es el control de los disturbios, con el fin de restablecer el orden y la seguridad de los habitantes.
Una nueva noche de ira ha dejado escenas de guerra urbana entre manifestantes y policías en la que se cuenta al menos un muerto. El suicidio de la menor, provoco que una muchedumbre se concentrara frente a la comisaria, en la cual fue supuestamente abusada sexualmente la menor, que luego de sobrevellevar esa circunstancia, se quito la vida.
Las mujeres en Colombia, salieron a las calles a protestar con el miedo de no poder volver a sus casas. La agrupación Lazos de Dignidad, repartió cuando se iniciaron las manifestaciones, una guía con el fin de instruir a las mujeres cómo deben actuar ante el acoso policial durante las protestas. La principal recomendación, es tratar de no caminar solas.
A plena luz del día, las mujeres están desprotegidas, pero el riesgo en la noche es mucho mayor, cuando la calle está llena de policías. Diana Diaz, una de las manifestantes relato que cuando marchaba en Cali, el grupo con el que lo hacía quedó separado por la acción de los gendarmes, y fue en ese momento que se “acercó uno del ESMAD y abuso de mi en presencia de todos sus compañeros”.
Contó Diana, que mientras tenía los brazos en alto, cómo muestra de que estaba desarmada, fue abusada. “En contra de mi voluntad me manoseo y metió su mano en mi zona intima”.
Otra manifestante, Laura Paez, afirma que:” Cómo mujeres, nos ven cómo un botín, cómo un cuerpo que no apuntan a matar, que apuntan a dejar una marca”y enfatizando su relato sostenía :”Ayer lo escuchamos, todos lo pueden ver, un policía diciéndole a otro” hágale lo que quiera”, refiriéndose a una mujer que marchaba.
Colombia en estos días hace rememorar todo lo acontecido en Chile hace casi dos años, durante el estallido social ocurrido hacia fines de 2019 y que duró cuatro meses. Pero a la situación social de Colombia debe sumarse su catástrofe sanitaria producto de la pandemia.
Expertos en derechos humanos de la ONU y OEA, han condenado las violentas represiones de las protestas pacíficas en Colombia, que acumula más de 40 muertos, en el marco de los disturbios entre manifestantes y la fuerza pública.
Las concentraciones masivas cómo consecuencia de las reformas tributarias, esconden problemas que afectan a todo Latinoamérica. Colombia de 2021, tanto cómo Chile anteriormente, presentan ambos movimientos, la particularidad de no mostrar líderes visibles en cabeza de sus grupos descontrolados, que son contenidos mediante una dura represión policial.
“La reforma tributaria fue un error de cálculo, pero solo fue una chispa”, sostiene Mauricio Cardenas, ex ministro de finanzas del gobierno del presidente Juan Manuel Santos, en una entrevista.
Iván Duque, presidente de Colombia, pretendía elevar la carga tributaria para financiar subsidios a las familias más empobrecidas. La reforma provocó indignación, y debió ser levantada, ocasionando la dimisión del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla. Pero las protestas siguieron aumentando.
Oscar Guardiola-Rivera, filósofo colombiano del Birkbeck College en Londres, sostuvo en una entrevista radial que:” las pandemias suelen provocar oleadas de estallidos sociales”. Se afirma que la COVID ha dejado al descubierto la vulnerabilidad de las clases bajas y también de la burguesía, careciendo Colombia de un sistema de salud medianamente estable.
Al igual que en otros países latinoamericanos va creciendo la frustración por la baja tasa de vacunación, de su población más vulnerable convirtiendo a la tercera ola de la epidemia cómo la más letal. El flagelo ha provocado un aumento de la pobreza de hasta un 42% de su población.
La ONU y la OEA condenan la represión
Expertos en derechos humanos de la ONU y OEA, han condenado las violentas represiones de las protestas pacíficas en Colombia, que acumula más de 40 muertos en el marco de los disturbios entre manifestantes y la fuerza pública.
Han pedido al Gobierno que se lleve a cabo una investigacion exhaustiva e independiente sobre muertes reportadas, violencia sexual, casos sobre presuntas detenciones arbitrarias y de desapiricion forzada.
Sostuvieron los expertos: “ Estamos profundamente consternados por el uso excesivo e ilegal de la fuerza por parte de la policía y los miembros del ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios), contra manifestantes pacíficos, defensores de los derechos humanos y periodistas en varios lugares del país”.
El secretario general de la Organizacion de los Estados Americanos, Luis Almagro, condenó los casos de “tortura y asesinatos cometidos por las fuerzas del orden”, aunque exhorto a cesar con los bloqueos de carreteras que ponen en riesgo el normal abastecimiento de alimentos y medicinas en algunas localidades.
Entre las múltiples denuncias recibidas, los expertos reportan 1.876 casos de violencia policial y entre ellas 12 casos de violencia sexual.
Antecedentes y protestas en las principales ciudades. Lo sucedido en Popayán
El 28 de abril de 2021, los trabajadores colombianos, liderados por una alianza de sindicatos y grupos sociales empezaron a movilizarse ante un proyecto de ley de reforma fiscal la cual supuestamente profundizaria la desigualdad. La gran mayoría de las protestas se efectuaron en forma pacífica, aunque también, se reportaron actos de violencia.
Según la ONG Temblores, los casos de agresiones sexuales a mujeres por parte de las fuerzas policiales durante las más de dos semanas de protestas ascienden a 16. Las manifestaciones contra estos actos se han multiplicado en todo el país, en especial despues de conocerse el suicidio de una menor de edad, que supuestamente fue acosada sexualmente por agentes de la ciudad de Popayan.
La policía colombiana ha quedado en el centro de la polémica debido a las numerosas denuncias de abusos perpetrados contra las mujeres participantes.
Emilia Marquez, investigadora de la ONG Temblores sospecha que ante un número de personas que no efectúan las denuncias pertinentes ante los organismos a cargo de recibirlas, el número de casos por detenciones arbitrarias y el uso abusivo de la fuerza sea mucho mayor.
Un colectivo feminista denominado “Casa de la Mujer”, y otras organizaciones sociales, aseguran que una joven habria sido abusada sexualmente por los agentes antidisturbios, tras ser capturada mientras intentataba tomar testimonio filmico de los disturbios en la ciudad de Popayan.
Las denuncias señalan que la joven se habria quitado la vida luego de salir de la URI (Unidad de Reaccion Inmediata), donde presuntamente fue victima de abuso sexual, el cual había sido denunciado por ella, en sus redes sociales al ser liberada.
El medio “Noticias Popayán y Cauca”, público a través de su perfil de Facebook que la joven era hija de un policía. El colectivo “Casa de la Mujer” divulgo un comunicado en que expresaba que lamentaban mucho la muerte de Alison Melendez, quien despues de sufrir violencia sexual por parte de agentes de la Policia, hoy aparece sin vida por suicidio”.
Popayán vivió un viernes de fuertes tensiones, además de la destrucción de la URI, donde habría sido abusada la menor de 17 años. Trataron también a los manifestantes de dañar el Colegio de la Policía en el barrio La Esmeralda.
La Fiscalía investiga el caso de la menor que se suicidó
La adolescente denunció en sus redes que cuatro agentes antidisturbios la agredieron sexualmente en el momento de su detención. Se dice que hay un video que registra los acontecimientos, grabado por un manifestante que captó los instantes donde la mujer es arrastrada por cuatro policías a los cuales, la joven presa por el pánico, les grita” me están quitando el pantalón”.
Horas más tarde, al ser liberada la menor, la misma escribió en Facebook que no participaba de las revueltas, y fue detenida mientras se dirigía a la casa de un amigo.” Ni siquiera corrí porque era peor”, sostuvo, “lo único que hice fue esconderme detrás de un muro y solo porque estaba grabando me cogieron. En medio de eso me bajaron el pantalón y me manosearon hasta el alma”.
Horas después, se terminó quitando la vida en su domicilio. La abogada de la familia de la menor, ha contado que es cierto que la menor fue recogida por su abuela, pero con moretones y golpeada. “En casa, tuvo una crisis psicológica y emocional. Por la mañana atentó contra su vida. Vemos un claro caso de violencia sexual”, sostiene Lizeth Moreno, la letrada de la adolescente.
Lo sucedido ha provocado la indignación del pueblo colombiano ocasionando nuevas protestas y disturbios frente al lugar donde se consideran que se han producido las agresiones sexuales a la menor.
La Defensoría del Pueblo, refleja datos que estremecen
El orgamismo estatal, confirma que se han recibido 87 reportes de violencia contra las mujeres y personas con orientacion sexual e identidad de genero diversas, durante la protesta social.
En 79 de los casos las víctimas fueron mujeres, siendo los 8 restantes, población LGBTI y personas de Orientaciones Sexuales e Identidad de Género Diversa (OSIGD). Los delitos fueron cometidos por la policía y el escuadrón ESMAD.
La mayoría de hechos de abuso policial contra las mujeres ha ocurrido en la noche y cerca de las estaciones de la policía, llamada CAI (Comando de Atención Inmediata). A esas comisarías, ninguna mujer se anima a concurrir. Basandose en datos de Medicina Legal, durante 2017, 2018, y 2019 se registraron 241 casos de violencia sexual llevados a cabo por la fuerza publica.
En Colombia las mujeres sostienen que son las amigas quienes las cuidan, y no la policía.
Un estudiante fallecido, más de 20 heridos y una URI quemada son el saldo de las últimas protestas en Popayán.
@danielhectorsa3
Columnista Diario Digital Femenino