Traducido para Rebelión por Daniel Escribano
Lo dijo Pernando Barrena, mientras estaba libre, cuando acababan de detener a Marije Fullaondo: «aunque detengan a los portavoces no conseguirán nada, porque la izquierda abertzale tiene 200 000 portavoces».
La fotografía de la rueda de prensa para realizar la convocatoria de huelga del jueves no puede ser más significativa: no está Barrena, Fullaondo, Permach ni Otegi. Detrás de un numeroso grupo de gente y con cinco personas en la mesa, en primera fila: Eusebio Lasa, Karmelo Landa, Mikel Etxaburu, Karmele Aierbe y Aitor Aranzabal. Los cinco estaban a la sombra, junto con otros nueve, cuando no habían pasado 24 horas desde que realizaron la comparecencia. Y ayer hicieron otra otros treinta de esos 200 000. Treinta valientes, todo hay que decirlo.
Alfredo Pérez Rubalcaba no anunció 200 000 detenciones, pero sí 200, al parecer, cuando sabía que ETA estaba a punto de romper el alto el fuego, en la reunión celebrada con diversos agentes internacionales. Presuntos miembros de ETA, a los que se imputa estar directamente en la organización armada, han detenido y encarcelado a unos 20 desde que ETA rompió el alto el fuego, la mayoría la policía francesa, y más de 40, en estos meses, a que imputaban ataques callejeros, de los que han encerrado a más de 20. De los detenidos sin imputar relación alguna con armas ni ataques callejeros, sin embargo, a más de 80 desde el final del alto el fuego y a más de 100 desde el atentado de Barajas. Entre esos están en este momento en la cárcel 24 del caso Haika-Segi, 36 del caso 18/98 y 38 del caso Batasuna. Casi 100. Conclusión: desde el final del alto el fuego a esta parte, el Gobierno de España está actuando más duro contra la izquierda abertzale política que los tribunales y fuerzas de seguridad contra la izquierda abertzale armada. Son los datos.
No hacía falta leer las palabras de Ramón Jáuregui para sospechar el procedimiento de esta estrategia del gobierno del PSOE, pero son harto aclaradoras las que dijo en la entrevista publicada el domingo 10 en Berria: «ETA y la izquierda abertzale deberán plantearse si este esquema les favorece o no y a ver si pueden resistirlo permanentemente». Y la frase del título: «Llevaremos hasta el final el principio de con violencia no hay política«. No se necesita gran imaginación para poner del revés la frase de Jáuregui y, si como dice no hay política, sospechar para qué se invita al sector a que se niega la opción de actuar en política o, al menos, para qué se le dan argumentos.
Todo esto es también campaña electoral. Para quitar a Rajoy uno de los principales argumentos que ha utilizado contra Zapatero tiene que demostrar que es capaz de actuar como el PP. Ilegalizar a EAE-ANV y EHAK son votos para Zapatero y las detenciones de ayer también son votos. Pero no son sólo elecciones. Recuérdese lo de Jáuregui: «A ver si pueden resistir con este esquema». Y es que el «esquema» es dejar a la izquierda abertzale sin aliento para, cuando llegue el momento de negociar algo, hacer como los Cornleone: «Le haré una oferta que no podrá rechazar».
Berria, 12 de febrero de 2008
* Imanol Murua es periodista político. Ha obtenido el premio Argia de prensa escrita de 2008.