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Es la séptima potencia exportadora mundial de armas, según el informe “Jugando con Fuego”

El estado español exportó armas en 2013 por valor de 4.000 millones de euros

Fuentes: Rebelión

La exportación de armamento constituye un pingüe negocio para el estado español. Según los datos que maneja el Stockholm Internacional Peace Research Institute (SIPRI), España ocupó entre 2009 y 2013 el séptimo puesto en el elenco de las diez principales potencias exportadoras de armamento, con un 3% del mercado global. El estado español se situó, […]

La exportación de armamento constituye un pingüe negocio para el estado español. Según los datos que maneja el Stockholm Internacional Peace Research Institute (SIPRI), España ocupó entre 2009 y 2013 el séptimo puesto en el elenco de las diez principales potencias exportadoras de armamento, con un 3% del mercado global. El estado español se situó, así, por detrás de Estados Unidos, Rusia, Alemania, China, Francia y Reino Unidos, y por delante de países como Ucrania, Italia e Israel.

Ésta es una de las principales conclusiones del informe «Jugando con fuego», presentado el 10 de junio de 2014 por las organizaciones Amnistía Internacional, FundiPau, Greenpeace e Intermón Oxfam.

El estado español está especializándose en los últimos años en la venta de armas a otros países. De hecho, destaca el estudio, fue el segundo exportador de armamento de la Unión Europea en 2012, con una cifra de 7.700 millones de euros, sólo por detrás de Francia (13.800 millones de euros) y superando a Alemania (4.700 millones de euros) y el Reino Unido (2.700 millones de euros).

A grandes rasgos, el Informe «Jugando con fuego» resalta que Oriente Próximo se está configurando como un mercado cada vez más relevante para la industria militar europea (un aumento en las exportaciones en 2012 del 22% respecto al año anterior). Otra cuestión es el respeto que los gobiernos de la región manifiesten por los derechos humanos. Los negocios discurren por otro camino. Así, el estado español se situó en 2012 en cuarta posición dentro de los países de la Unión Europea, al exportar armas a la región por valor de 802 millones de euros, por detrás de Francia, Alemania e Italia.

El estudio de las Organizaciones No Gubernamentales señala que las autorizaciones para la exportación de material de defensa, antidisturbios, armas de caza y tiro deportivo por parte del ejecutivo español ascendió en el año 2013 a 4.785 millones de euros (sólo en material de defensa se registró un aumento del 100% respecto al año anterior, lo que da una idea del ritmo de crecimiento del negocio). Las exportaciones de armas españolas ese mismo año alcanzaron los 4.000 millones de euros. Además, el informe detalla que en comparación con los datos de 2004, las exportaciones autorizadas se han multiplicado por diez.

El informe «Jugando con fuego» insiste en la relevancia de las exportaciones de la industria militar española a Oriente Próximo. Se registraron autorizaciones en 2013 a esta región por valor de 260 millones de euros (casi el 7% del total de operaciones autorizadas). Las exportaciones efectivamente realizadas de material de defensa a Oriente Próximo se situaron en 1.380 millones de euros (un 31% del total). Con todo, la venta de armas que el gobierno español realizó en 2013 a países de la Unión Europea continuaba representando el 36,2% del total.

En el apartado de valoraciones, las ONG manifiestan su preocupación dado que se mantienen tendencias señaladas en informes anteriores, en concreto, «por la naturaleza del material exportado y/o el riesgo de que éste pueda ser utilizado para cometer o facilitar graves violaciones de los derechos humanos».

Agrega el informe «Jugando con fuego» que el incremento de las exportaciones de armas por parte del estado español en la última década, periodo en el que las ventas de armamento al exterior se han multiplicado por diez, «aumenta el riesgo de que se esté relajando el control en favor de otras consideraciones, como las económicas»; además, «a mayor número de operaciones, mayor es el riesgo de que armas españolas se puedan utilizar para cometer atrocidades».

Las ONG denuncian sin medias tintas que el objetivo del actual gobierno de apoyar a la industria armamentística se ha plasmado en medidas de liberalización para exportar material de defensa, como la Ley 12/2012, de 26 de diciembre, que regula los acuerdos gobierno a gobierno, además de «una intensa agenda internacional del ministro y otras autoridades, incluido el monarca español, para abrir y consolidar nuevos mercados». Como ejemplo de esta política interesada en la exportación de material bélico, se citan los viajes realizados en abril y mayo de 2014 a Oriente Próximo con el propósito de «impulsar la presencia comercial de la industria española de defensa, interesada en vender carros de combate, fragatas y aviones militares a países como Arabia Saudí, Kuwait, Omán y Bahrein». Recuerda el informe que, pasado el verano, está previsto un viaje a Catar.

Las entidades autoras del informe ponen de manifiesto un listado de países a los que España vende material militar. Señalan, por ejemplo, el caso de Arabia Saudí, donde las exportaciones superaron los 406 millones de euros. Respecto a este país, las ONG señalan su preocupación ante la posible venta de 250 carros de combate Leopard, «una operación que cuenta con la oposición del gobierno alemán, pero que podría haberse reavivado tras la reciente visita del gobierno español a diversos países del Golfo Pérsico».

Además, en el estudio se apunta que el gasto militar de Arabia Saudí aumentó un 14%, hasta los 67.000 millones de dólares, «a causa posiblemente de las tensiones con Irán pero también del interés de mantener unas fuerzas de seguridad fuertes y leales para prevenir potenciales protestas como las que se produjeron en la Primavera Árabe». De hecho, este país se convirtió en el quinto país importador mundial de grandes armas en el periodo 2009-2013, a pesar de que en el periodo 2004-2008 ocupaba la posición número 18. Otro ejemplo significativo es el de Colombia, donde «la venta de aviones de transporte, la munición de artillería y obuses es susceptible de ser utilizada para cometer o facilitar graves violaciones de los derechos humanos».

También apuntan las ONG la venta de material de defensa a Estados Unidos, «sin que existan suficientes garantías de que las armas exportadas no terminen utilizándose en los conflictos armados en que está implicado este país, además del riesgo real de que puedan ser utilizadas para la comisión de delitos» (recuerda el informe «Jugando con fuego» que el 44% del material español se destinó a empresas privadas norteamericanas). Otro ejemplo citado son las exportaciones de armas de caza y tiro deportivo a Ghana, «un país ubicado en una zona de fuerte inestabilidad, con varios países de su entorno en situación de conflicto o postconflicto». Por último, el informe refiere los casos de Egipto, Pakistán y Venezuela.

El estudio reconoce la necesidad de mayor información para valorar determinadas operaciones, como la venta de material militar a las fuerzas armadas de Bahrein por valor de 35,5 millones de euros; o las exportaciones de material de defensa a Brasil por valor de 9,7 millones de euros, incluidas armas de un calibre inferior a 20 milímetros entre las que figuran fusiles, pistolas, ametralladoras y revólveres para las fuerzas armadas. Se incluye en el mismo apartado la exportación de armas a Catar, o la venta de armas de caza, tiro deportivo y cartuchos a Guatemala y honduras, pese a tratarse de países que registran una tasa singularmente elevada de homicidios. Se destaca también la autorización de una licencia de exportación de material antidisturbios a Libia por valor de casi 7 millones de duros, así como material de defensa valorado en aproximadamente un millón de euros, a lo que se añaden armas de caza y tiro deportivo por importe de casi 300.000 euros.

Por último, se apunta el caso de México, país al que el estado español exportó armas de un calibre inferior a 20 milímetros valoradas en más de 16.000 euros, así como cinco licencias de exportación de material de caza y tiro deportivo valoradas en 1,8 millones de euros y la exportación de escopetas y cartuchos por importe de más de un millón de euros. Todo ello a pesar de la proliferación de armas de fuego y las muy elevadas tasas de homicidios que se registran en este país. En Túnez, a pesar de las denuncias de tortura y malos tratos por parte de la policía, el gobierno español exportó en 2013 cartuchos, botes lacrimógenos y material antidisturbios a este país. En Ucrania, asimismo, el estado español autorizó la exportación de armas de caza y tiro deportivo por valor de más de 2,7 millones de euros y realizó exportaciones de cartuchos y pistolas por importe de más de 1,6 millones de euros.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.