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El Movimiento contra la Intolerancia presenta en Valencia el Informe Raxen-2015

El Estado español registra cerca de 4.000 «incidentes» y delitos de odio

Fuentes: Rebelión

Cerca de 4.000 «incidentes», agresiones y delitos de odio, presencia de grupos racistas y xenófobos en todas las comunidades autónomas, más de mil páginas Web, blogs, canales, foros y redes de intolerancia y contenido xenófobo; decenas de conciertos de música neofascista, actividad de más de 10.000 ultras y neonazis en el estado español y más […]

Cerca de 4.000 «incidentes», agresiones y delitos de odio, presencia de grupos racistas y xenófobos en todas las comunidades autónomas, más de mil páginas Web, blogs, canales, foros y redes de intolerancia y contenido xenófobo; decenas de conciertos de música neofascista, actividad de más de 10.000 ultras y neonazis en el estado español y más de 90 personas muertas desde 1992, víctimas de crímenes de odio. Son las conclusiones del Informe Raxen-2015, presentado en el Centre Octubre de Valencia por el Movimiento contra la Intolerancia. Iniciado en 1995, el informe recopila hechos relacionados con el racismo, la xenofobia, el antisemitismo, la islamofobia, el antigitanismo, la homofobia y otras formas de intolerancia en el estado español.

El Informe Raxen eleva las cifras de delitos de odio registradas en 2015 por la policía, 1.328, según anunció el pasado 24 de febrero el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. La mayor parte de los delitos recogidos en el censo oficial están relacionados con el racismo y la xenofobia (505), la ideología (308), la discapacidad (226) y la orientación o identidad sexual (169). Sin embargo, en la estadística hay que considerar que según la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea sólo se denuncian el 20% de los delitos de odio.

En la presentación del Informe Raxen, el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, ha pedido la aprobación de una Ley Integral contra los Delitos de Odio, la constitución de una Oficina contra estos delitos y la aplicación de la legislación existente contra la discriminación y toda forma de intolerancia, incluida la Ley contra el Racismo, la Violencia y la Intolerancia en el Deporte. También se ha mostrado partidario de que se estimulen las denuncias y el apoyo a las víctimas de delitos de odio, por ejemplo mediante la protección a testigos y la adecuación de atestados y procedimientos judiciales. Ibarra ha instado además al cierre de «sitios» en Internet que promuevan la discriminación y la violencia xenófoba; la prohibición de conciertos de música y grupos organizados en estadios de fútbol que animen al racismo, así como de organizaciones y partidos políticos orientados en el mismo sentido.

En el Informe Raxen-2015 figura como subtítulo el epígrafe «Afrodescendientes y negrofobia: Una asignatura pendiente». Se señalan, entre otras cuestiones generalmente desconocidas, el genocidio negro perpetrado por el III Reich. No sólo se trata de las deportaciones de negros a los campos de exterminio de la Alemania Nazi, ya que también durante los años 30 se desarrollaron esterilizaciones masivas. Además, miles de africanos, antillanos y americanos negros fueron arrestados durante la guerra o por militar en movimientos de resistencia. También se han visibilizado escasamente exterminios anteriores, como el del pueblo Herero en Namibia (1904), agregado previamente en campos de concentración que sirvieron después como punto de referencia al nazismo. «España fue uno de los últimos países en abolir el esclavismo, y sufrió un siglo XIX de enormes convulsiones promovidas por lo que los historiadores han denominado el ‘partido negrero’, en el que destacaban los hermanos Cánovas del Castillo y muchos notables indianos enriquecidos en América», explica Esteban Ibarra.

El Movimiento contra la Intolerancia compila anualmente ejemplos de sentencias e iniciativas legislativas relacionadas con los delitos de odio. En diciembre de 2015 la fiscalía pidió dos años de prisión para un hombre acusado de patear, escupir e insultar a una mendiga en un cajero del municipio de Torrent (Valencia). Un mes antes la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, anunció que iba a solicitar a la fiscalía una investigación sobre el colectivo «okupa» neonazi Hogar Social Madrid (HSM), al considerar que se sitúa «fuera del orden constitucional». También se da cuenta de la condena a cuatro años de prisión al conocido como «Rambo del Bierzo» por poseer un arsenal de armas. En el mes de septiembre, el juzgado de Tarragona archivó la causa por la muerte del mantero africano, Mor Sylla, al caer desde un balcón durante una redada de los Mossos d’Esquadra. En julio se produjo una sentencia pionera. Una jueza de Terrassa entendió que los insultos racistas a una cajera constituían un delito contra la integridad moral, y condenó al agresor a cuatro meses de privación de libertad.

En el capítulo de agresiones xenófobas se citan, entre otras, las producidas en noviembre en el Casal Popular de Vila-real, donde irrumpió un grupo de extrema derecha con piedras y botellas de vidrio. En el Ateneo Popular La Maquia de Gavà (Barcelona) aparecieron pintadas un mes antes con la consigna «Jordi Borrás muerte», rubricada con las siglas «Democracia Nacional Joven». Las amenazas antecedían a una conferencia del fotoperiodista. El 30 de septiembre el colectivo «Contigo por Las Rozas» informó del apuñalamiento a un joven de esta localidad madrileña por parte de varias personas con estética neonazi. El Informe Raxen da cuenta asimismo de la agresión a un menor cometida por tres neonazis a finales de agosto en Bilbao. Además los atacantes grabaron una esvástica a la víctima. El miedo a los grupos neonazis es un sentimiento compartido en Alcalá de Henares. También Podemos denunció el pasado verano dos ataques perpetrados por individuos de esta ideología en Toledo. «Se multiplican los casos de violencia neonazi», concluye el informe del Movimiento contra la Intolerancia.

En cuanto a las manifestaciones de xenofobia y populismo anti-inmigrante, el Informe Raxen pone como ejemplo las realizadas por el dirigente del PP de Cataluña, Xavier García Albiol, primer cargo público del estado español que tuvo que declarar ante el juez por una denuncia de racismo. En la campaña electoral a la alcaldía de Badalona, declaró en 2011: «Los rumanos son una plaga y suponen una lacra para la ciudad». Por otro lado, la Asamblea Antifascista de Carabanchel convocó el pasado tres de octubre una manifestación contra la aparición de un grupo fascista que anunciaba repartos de comida exclusivamente para españoles. Se trata de uno de los distritos de Madrid con mayor población inmigrante. También por esas fechas se pudo observar en Alicante pegatinas y pancartas contra las personas refugiadas. En septiembre de 2015 el Ministerio del Interior informaba de que los ataques contra el islam representaban el 40% de los delitos de odio en España. Ese mismo mes, cerca de 60 alumnos de la Universidad de Zaragoza presentaron una queja contra el profesor de Magisterio que expulsó a una alumna de clase por llevar velo. El Informe Raxen constata además el intento de incendio del que fue objeto la mezquita de Don Benito (Badajoz).

En la sección de antigitanismo y romafobia, se destaca entre otros ejemplos el procesamiento judicial de 24 vecinos de Estepa (Sevilla) por la participación en una concentración no autorizada después de la cual se asaltaron y arrasaron las casas donde vivían personas de etnia gitana. Los hechos sucedieron en el verano de 2014. La Unión Romaní denunció además la venta por Internet de una camiseta para «cazadores de gitanos» por parte de la empresa Zazzle. Además, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos llamó la atención en septiembre de 2015 sobre la «política nacional sistemática de expulsiones forzadas de gitanos» en Francia. Por otro lado, el documento del Movimiento contra la Intolerancia recoge casos de antisemitismo como el anuncio (febrero de 2015) de una manifestación en un barrio al norte de Londres donde reside la mayor comunidad judía ortodoxa de Europa. El grupo racista convocante se denominaba «Liberación de Stamford Hill», y quería mostrar el rechazo a la «judaización» de Gran Bretaña. En cuanto a los casos de «negrofobia», se detalla la muerte de un vendedor ambulante senegalés durante una operación de los Mossos d’Esquadra en Salou. O de las pintadas xenófobas aparecidas en la asociación de afroamericanos de Vitoria en el mes de noviembre, tras los atentados de París que causaron la muerte de 137 personas. Asimismo de las declaraciones del supuesto asesino de nueve personas negras en una iglesia de Charleston (Carolina del Sur), que pretendía una «guerra racial».

El Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia registró entre enero y julio de 2016, sólo en la Comunidad de Madrid, 105 agresiones homófobas o transófobas. La asociación Arcópoli, según recoge el Informe Raxen, ha denunciado casos como el del camarero de un bar de Madrid que expulsó a dos personas homosexuales al grito de «maricones de mierda». Ocurrió en diciembre de 2015, cuando cerca de mil personas se concentraron en Barcelona para recordar a Alan, un menor transexual víctima de acoso escolar que terminó suicidándose. El 22 de julio dos ciudadanos franceses resultaron detenidos por la supuesta participación en el asesinato de un transexual brasileño en Alicante. El Gobierno de Cantabria afirmó (octubre de 2015) sentirse «alarmado» por los ataques homófobos como los que sufrieron dos jóvenes en Torrelavega. Por otro lado, la agresión a una pareja gay de Almería terminó con las víctimas imputadas por exhibicionismo. En mayo de 2015 el presidente de Gambia llegó al punto de anunciar que «cortará el cuello» a los homosexuales que vivan en el país. El informe también se ocupa de los ejemplos de disfobia, como la denuncia de la Fundación Aspace a un hotel que obligó a doce personas discapacitadas a comer aparte. Y de los casos de aporofobia (odio al pobre): en noviembre la policía detuvo en Valencia a dos personas por la muerte a golpes de un indigente. El documento abarca además la actividad de los «okupas» xenófobos, los conciertos y la música de odio, así como el ciberodio y la violencia ultra en el fútbol.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.