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Guerra sucia: el Gal en libertad

El ex-general Galindo deja la cárcel tras cumplir cinco de los 75 años de condena

Fuentes: Gara

Enrique Rodríguez Galindo no ha dormido esta pasada noche en su celda de la cárcel de Ocaña II. El ex general de la Guardia Civil, condenado a 75 años de cárcel, abandonó ayer por la tarde la prisión toledana merced a la decisión del Gobierno del PSOE, cuya dirección de Instituciones Penitenciarias dio el martes […]

Enrique Rodríguez Galindo no ha dormido esta pasada noche en su celda de la cárcel de Ocaña II. El ex general de la Guardia Civil, condenado a 75 años de cárcel, abandonó ayer por la tarde la prisión toledana merced a la decisión del Gobierno del PSOE, cuya dirección de Instituciones Penitenciarias dio el martes luz verde a su excarcelación «por motivos de salud». A partir de hoy, Galindo cumplirá su pena en su domicilio de Madrid.

Enrique Rodríguez Galindo ya está en su casa. El máximo responsable del cuartel de Intxaurrondo durante muchos años, condenado a siete décadas y media de prisión por el secuestro y muerte de Lasa y Zabala, continuará cumpliendo la pena, a partir de hoy, en su domicilio de Madrid.

El ex general de la Guardia Civil abandonó la cárcel toledana de Ocaña II sobre las 19.20, a bordo de un turismo Renault Megane. Galindo, con gafas y vestido de traje y corbata, viajaba en la parte de atrás. Dos escoltas ocupaban los asientos delanteros.

Poco antes, los guardaespaldas habían llegado a las puertas de la prisión en ese mismo vehículo. Mientras que el copiloto descendía y se dirigía, con la documentación bajo el brazo, hacia las oficinas; el conductor introdujo el coche en el garaje de las instalaciones penitenciarias. Cumplidos los trámites, Rodríguez Galindo abandonaba Ocaña con rumbo a Madrid.

Esta hecho se produjo dos días después de que Instituciones Penitenciarias decidiera que el estado de salud del preso ­afectado por una dolencia cardiaca­ recomendara su excarcelación. Ante el aluvión de críticas en referencia a la «doble vara de medir» en comparación con otros prisioneros enfermos, el Gobierno español se ha apresurado a defender la «legalidad» de esta actuación. El último ha sido el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, quien destacó que «todos los presos son tratados de igual forma».

Aguilar justifica la medida

Así, López Aguilar manifestó ayer que la excarcelación de Rodríguez Galindo «ha sido una decisión perfectamente congruente con los parámetros con que Instituciones Penitenciarias se comporta cuando existen problemas de salud médicamente acreditados, como parece ser el caso».

Una sentencia que no comparte buena parte del arco político. Tanto es así que IU-ICV y EA han solicitado la comparecencia parlamentaria del ministro del Interior, José Antonio Alonso, para explicar los motivos por los cuales se ha autorizado a Rodríguez Galindo cumplir su condena en su domicilio madrileño. Elkarri y Batzarre también se manifestaron en contra de este doble rasero.

Tras dos días de mutismo, ayer se produjeron las primeras declaraciones desde el PSE. Su secretario general y candidato a lehendakari, Patxi López, aseguró que la noticia no le hace «feliz», y mostró su esperanza de que «se haya producido por una decisión absolutamente ajustada a derecho y no por la intermediación de nadie», en referencia a la reunión mantenida el martes en el Ministerio de Interior entre Antonio Camacho, secretario de Estado para la Seguridad, y José Barrionuevo, ex ministro y condenado por su implicación en el «caso Marey».