Del dicho al hecho hay un buen trecho. Las contradicciones del Gobierno canario en sus políticas medioambientales, energéticas y contra el cambio climático han quedado también reflejadas en el informe Navío, el análisis que el excoordinador del Observatorio Canario del Cambio Climático trasladó al Ejecutivo de Fernando Clavijo en diciembre pasado, después de seis meses […]
Del dicho al hecho hay un buen trecho. Las contradicciones del Gobierno canario en sus políticas medioambientales, energéticas y contra el cambio climático han quedado también reflejadas en el informe Navío, el análisis que el excoordinador del Observatorio Canario del Cambio Climático trasladó al Ejecutivo de Fernando Clavijo en diciembre pasado, después de seis meses de inoperatividad del órgano.
El Gobierno de Canarias incurre en contradicciones tales como sostener grandes declaraciones de intenciones y trabajar justo en el sentido contrario. Lo explica de esta manera Ezequiel Navío: «En mayo de 2015, el presidente Clavijo firmó una propuesta de la ONG Greenpeace para que Canarias fuera 100% renovable en 2050, hecho absolutamente imposible de alcanzar si mantiene su denotado apoyo a la industria gasística y a sus programadas inversiones en Canarias».
Las evidencias de ese respaldo del Ejecutivo de Coalición Canaria (y de buena parte del empresariado y otros partidos, como el PP o sectores del PSOE) son obvias, ya sea con el proyecto de puerto industrial y regasificadora en Granadilla, en el sur de Tenerife, o el intento de emular el mismo en el puerto de Arinaga, en el sureste de Gran Canaria, aunque este cuenta con el rechazo frontal del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales (NC), y los municipios de la Mancomunidad.
Y ante esta postura del Gobierno de Canarias, que aplica en la práctica lo contrario de lo que dice en teoría, el excoordinador del Observatorio de Cambio Climático incluye entre sus recomendaciones que el Ejecutivo «se implique en el desarrollo de una política energética que priorice sin fisuras en la reducción y eliminación progresiva de combustibles hidrocarburos, potenciando con todos los recursos a su alcance y con urgencia las fuentes renovables y limpias en las Islas».
Así, Ezequiel Navío incide en la principal contradicción gubernamental: «La política energética anunciada por el Gobierno de Canarias para promover extensas y numerosas redes de suministro de hidrocarburos (gas), constituye un grave error en la acción energética del Ejecutivo desde la perspectiva climática y social, ya que, mientras en otras regiones de Europa se reduce y elimina este hidrocarburo para disminuir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, en Canarias se fomenta con la terminología de energía de transición, cuando la energía de transición debe ser aquella sustentada en generaciones sostenibles, limpias y renovables».
El enfoque del excoordinador con respecto al gas es claro en este aspecto de lucha contra el cambio climático: «Al margen del debate si el gas contamina más o menos que otros hidrocarburos en su proceso de combustión, es necesario indicar que el gas genera importantes emisiones de Gases de Efecto Invernadero a la atmósfera si se computan las cuantías procedentes desde su extracción en origen, transporte y distribución, hasta su combustión en destino».
Inversiones perdurables en infraestructuras
La recomendación al Ejecutivo va a más allá de si «el gas contribuye en mayor, igual o menos medida que el fuel o petróleo a calentar el planeta«, sino en qué va a destinar el dinero público en materia de infraestructuras, ya que «se trata de que todas las nuevas inversiones e infraestructuras energéticas que se implementen en Canarias sean dirigidas a potenciar las renovables por ser limpias y por contribuir a reducir la elevada huella de carbono que se emite desde el archipiélago», apunta el excoordinador en su informe a la viceconsejera Blanca Pérez.
Los datos que aporta el experto naturalista para sostener su recomendación contra el gas al Ejecutivo canario son varios: las fuentes renovables, que son múltiples en las Islas, incrementan el grado de soberanía energética que requieren las islas (si esa fuera la intención final del Gobierno de Fernando Clavijo), «ya que con el gas se seguiría dependiendo de intereses exteriores, de otros países, de multinacionales y de mercados que no priorizan en el interés general de Canarias sino en su propio beneficio», como es el caso de la venta de la gasística ganadora del concurso para implantar el aire propanado en áreas metropolitanas canarias, Redexis.
El informe resalta los acuerdos adoptados en la Cumbre del Clima de París de 2015 para el que Canarias debe implicarse con el fin de evitar que se incremente en 1,5 o 2 grados la temperatura media del planeta antes de 2100. Y sentencia: «Este compromiso no podrá lograrse en ningún caso si, en 2017 y en años posteriores, el Gobierno continúa autorizando y ampliando nuevas infraestructuras en las Islas para almacenar, transportar y quemar más hidrocarburos». Como el gas.