Acaba de terminar la segunda fase del XIII Programa de Intercambio de Libros de Texto de Gijón/Xixón, que organizan la Asociación Estudiantes Progresistas y la Confederación Asturiana de Madres y Padres de Alumnos (COAPA), con la colaboración del Ayuntamiento de Gijón/Xixón, el CMX* y el CMPA**. El Programa busca promover el uso continuado de los […]
Acaba de terminar la segunda fase del XIII Programa de Intercambio de Libros de Texto de Gijón/Xixón, que organizan la Asociación Estudiantes Progresistas y la Confederación Asturiana de Madres y Padres de Alumnos (COAPA), con la colaboración del Ayuntamiento de Gijón/Xixón, el CMX* y el CMPA**. El Programa busca promover el uso continuado de los libros de texto, y sus organizadores defienden las ventajas que supone para la economía familiar y de la Administración y para el Medio Ambiente. Javier Suárez Llana, coordinador del Programa, nos cuenta los detalles de una edición que califican de éxito por el crecimiento en los participantes.
– Acaba de terminar la décimotercera edición del Programa con un importante crecimiento en el número de participantes, ¿ayuda la crisis o está generándose conciencia sobre la importancia de recuperar los libros de un año para otro?
Creemos que los dos factores influyen. Por un lado, durante los trece años que llevamos realizando el Programa no sólo hemos repartido libros, sino que también hemos intentado concienciar a familias y estudiantes sobre la importancia de dotar a los libros de texto de un uso que se prolongue durante más de un curso, no sólo por una razón social, económica y educativa (el derecho constitucional a la gratuidad de la Educación), sino también por razones culturales y medioambientales: la reutilización de los recursos y la solidaridad como base para un desarrollo más sostenible. Y sin duda estos mensajes han calado en los participantes del Programa. Y por otro lado, efectivamente, está el contexto económico: las familias cuentan con menos recursos, y buscan por tanto métodos alternativos a la tradicional compra de los libros, y esto se ha notado de una manera significativa en las dos últimas ediciones.
– ¿Qué ventajas tiene reutilizar año tras año los libros de texto?
Ventajas tiene muchas. Quizá la más evidente sea el ahorro económico que genera en las familias que participan en programas de intercambio como el nuestro. Pero no es la única. Un desarrollo más sostenible cultural y medioambientalmente pasa por reducir los residuos, y una manera de conseguirlo es alargar la vida de los recursos, en este caso de los libros. Si en vez de durante un año utilizamos un libro durante cuatro, la generación de residuos se reducirá a la cuarta parte, y también la nueva producción; es decir, hará falta talar cuatro veces menos árboles que con el sistema de un sólo uso.
– Con todos esos argumentos a favor, ¿por qué no se establece un programa generalizado desde la Consejería de Educación?
Porque hasta ahora no ha habido una apuesta política seria y clara por la gratuidad de la Educación. En el año 2006 se anunció que se iba a poner en marcha un sistema de ayudas a la compra de los libros, y en ese momento Estudiantes Progresistas y COAPA propusimos a la Consejería que estableciera un sistema de préstamo y reutilización de libros como el que puso en marcha en el año 2005 la Junta de Andalucía. El entonces consejero rechazó nuestra propuesta, y desde entonces tenemos unos sistemas de becas que no son universales, que no cubren en gasto total en libros y que encima se conceden a familias en función de su declaración de la renta de hace dos años, obviando que en dos años la situación económica de una familia puede variar muchísimo, y más en una época de crisis como esta. Parece que el Gobierno de Asturias prima el negocio editorial frente al derecho constitucional a la gratuidad de la Educación, porque no existen ninguna otra explicación, ya que un sistema como este, en el que la Consejería compra libros cada cuatros años y cede su tutela a los centros educativos públicos, está probado que ahorra gasto público respecto a los sistemas ineficaces de becas.
– Hablemos de datos: ¿cuántos árboles no se talaron gracias a este Programa en 2011?
Con los libros que hemos recogido hasta ahora, 12252, y los que hemos entregado, 5053, hemos evitado que 12,12 toneladas de papel acabaran en los contenedores, y que 161 árboles no necesitaran ser talados para fabricar nuevos libros. Por supuesto los datos son mucho más espectaculares si sumamos los libros que llevamos recogidos y entregados desde 1999: 96589 libros recogidos, que han evitado que 95,55 toneladas de papel fueran al contenedor, y 40424 libros entregados que supieron que 1288 árboles no fueran talados.
– Y en euros, ¿de qué ahorro estamos hablando?
El precio de los libros de texto varía de un año a otro, y en el mismo año, varía también dependiendo del nivel educativo (más baratos en Primaria y más caros en Bachillerato) y de la asignatura (los libros de idiomas suelen ser los más costosos). Calculando una media de 32 euros por libro, el ahorro total que han conseguidos las familias y los estudiantes que han participado este año asciende a 161.700 euros.
– ¿Cuentan con la colaboración de los centros educativos para promocionar el Programa de Intercambio?
Sí, y de hecho la implicación de los centros educativos, bien a través del profesorado y del equipo directivo, o bien a través de las AMPAs, es indispensable. Por mucha campaña de difusión que hagamos desde el Programa a través de folletos, de carteles, de la prensa, de Internet… la experiencia nos dice que el «boca a boca» es la mejor y la más efectiva medida de difusión, y quien está en contacto de manera directa con familias y estudiantes son los centros educativos y sus AMPAs.
– ¿Cómo es el trabajo diario en el Programa?
El trabajo diario, en general, es muy mecánico. Un trabajador y dos trabajadoras nos encargamos de atender a las familias y los estudiantes: recogemos los libros, damos a cambio un vale por cada libro, lo registramos en la base de datos, lo clasificamos y lo colocamos. Y en la fase de entrega, los usuarios vienen con la lista de libros que necesitan, se los buscamos, y se los entregamos haciendo el intercambio bien por los vales que ya les entregamos con anterioridad, o bien por libros que traen en ese momento para intercambiar. Además intentamos que a través de Internet y de los medios de comunicación las familias y los estudiantes cuenten siempre con información acerca de los libros que llevamos recogidos y entregados, del número de participantes, de donaciones de centros educativos… de cómo se desarrollan estos programas en otras comunidades autónomas… Intentamos hacerlos partícipes del Programa más allá de ser simples usuarios. Y por supuesto hay una fase de preparación previa al inicio del Programa que nos lleva todo un mes.
– Ahora comienza la tercera fase del Programa, ¿qué objetivo tiene esta tercera parte del Programa?
Esta tercera fase es un experimento, ya que nunca antes la habíamos puesto en marcha, y lo que buscamos es atender la demada de estudiantes que se incorporan tarde al curso por la razón que sea – se matriculan tarde, llegan a Gijón por cambio de residencia, etc. Estos últimos años habíamos observado que una vez finalizado el Programa en Septiembre, muchísimas familias y estudiantes seguían acércandose al Conseyu a preguntar si podían aún acceder al Programa, y al no ser así, quedaban en una situación difícil, ya que tampoco las librerías a esas alturas reservaban ni vendían libros de texto. Y lo que pretendemos durante este mes de octubre es dar respuesta a ese problema.
Notas:
*CMX: Conseyu de Mocedá de Xixón (Consejo de Juventud de Gijón).
**CMPA: Conseyu de Mocedá del Principáu d’Asturies (Consejo de la Juventud del Principado de Asturias).
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