Actualización 27 mayo: Abderrahim fue devuelto a su país el 24 de marzo desde el CIE València por un «error de interpretación» de un auto judicial. Su abogada ha logrado que acuda al consulado español para que le permitan regresar, tal y como ordenó el tribunal en un auto «histórico» que no se ha intentado cumplir hasta que el caso apareció en los medios, denuncian.
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El pasado 24 de marzo Abderrahim L. fue deportado a Argelia desde el CIE valenciano de Zapadores. En el caso Abderrahim L., la Campaña CIE No de Valencia difundió el 24 de mayo tres reivindicaciones en las redes sociales; en primer lugar, que el Ministerio de Asuntos Exteriores español tramite el visado de manera “urgente”, y la misión diplomática (de España en Argelia) le proporcione seguridad hasta que el ciudadano argelino -solicitante de asilo en el estado español- se halle en España; además, que el Ministerio del Interior se haga cargo del coste del desplazamiento, como reparación por el perjuicio causado.
Por último, las ONG pidieron que la Dirección General de la Policía destituya al director del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Valencia, por incumplimiento de una resolución de la Audiencia Nacional, y como responsable de las posibles consecuencias que la expulsión tenga para Abderrahim L.
El pasado 24 de marzo Abderrahim L. fue deportado a Argelia desde el CIE valenciano de Zapadores. Una de las circunstancias más relevantes del caso es que –previamente, el 18 de marzo- la Audiencia Nacional había emitido una Providencia con la siguiente resolución: “Hasta el 16 de abril no está prevista la salida del recurrente (Abderrahim L.), no apreciamos la concurrencia de urgencia (…); se oficia al CIE de Valencia, que pende de resolución la presente medida por lo que no puede expulsarse hasta que se resuelva (el procedimiento para reconocer o no la condición de refugiado)”.
Además el 11 de abril la Audiencia Nacional emitió un auto, en que se hace referencia a las condiciones, situación y expectativas del ciudadano argelino recurrente (el Ministerio del Interior había denegado a Abderrahim L. el derecho de asilo y protección subsidiaria el 9 de marzo; la solicitud fue realizada en el interior del CIE de Zapadores): “De ser cierta, supondría una verdadera razón de protección internacional, para evitar que de regresar a Argelia, su país de origen, se le pudieran ocasionar daños que afectaran a su vida, integridad física y libertad”.
En otro de los razonamientos jurídicos, subraya la Audiencia Nacional: “(…) indebidamente (el ciudadano recurrente) fue devuelto a Argelia el 24 de marzo; por tal razón, en aras a la mayor efectividad de la tutela cautelar ya concedida, procede transformar esta concreta medida, que no ha perdido objeto (…) en otra positiva que consista en ordenar a las autoridades españolas que permitan la entrada en España de Abderrahim L., y su permanencia en nuestro país, durante la sustanciación de este proceso, con todas las consecuencias inherentes a la condición de solicitante de asilo”.
Por tanto, el Auto de la Audiencia estimó la medida cautelar que consistía en suspender la salida obligatoria del territorio español, que afectaba al ciudadano argelino.
Otra circunstancia significativa del caso es la actuación del director del CIE de Zapadores, donde estuvo encerrado Abderrahim L. después de llegar al estado español y ser detenido en Almería.
La dirección del centro de internamiento, según constata la Audiencia Nacional, sabía que no podía hacerse efectiva la expulsión pues había una resolución pendiente sobre la medida cautelar; sin embargo, “el 29 de marzo se recibió comunicación del director del CIE poniendo en conocimiento de esta sala que, debido a un error de interpretación, se materializó la repatriación del recurrente, siguiendo el trámite ordinario, el pasado 24 de marzo”.
En este contexto, la Campaña CIE No de Valencia ha exigido el “retorno urgente” de Abderrahim L. al estado español, ya que fue expulsado desobedeciendo a la Audiencia Nacional (que paralizó la deportación). Además la Campaña ha exigido la destitución “inmediata” del director del CIE, Carlos Llorca Ponce, quien tuvo conocimiento del Auto y lo desobedeció (el personal del centro está encargado de la custodia y de velar por las personas internas, recuerdan los activistas). El incumplimiento se debió a un presunto “error de interpretación”.
Otro hecho destacable, subraya el comunicado de la Campaña, es que el ciudadano deportado solicitó protección internacional en el estado español tras sufrir torturas en Argelia. Un informe del Alto Comisionado para los Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR), con fecha 9 de marzo, señala respecto a la solicitud de protección internacional por parte de Abderrahim L.: “Según las alegaciones y los informes periciales aportados, habría indicios de que el solicitante haya sufrido trato inhumano y degradante y que requiera un apoyo psicológico especializado”.
La oficina de ACNUR en España agrega en el parágrafo siguiente: “De acuerdo con la información aportada por la letrada del solicitante en relación con su estado psicológico, se indica que debido a las experiencias traumáticas y graves violaciones de derechos sufridas, el solicitante ha tenido dificultad para afrontar este proceso administrativo”.
A fecha 24 de mayo el recurrente continúa en Argelia, donde su vida corre peligro grave, y sin que se le haya tramitado el visado para el regreso a España, denuncian las ONG.
De este modo se cumple un mes de la deportación, en un mismo vuelo vespertino, de Abderrahim L. y del exmilitar y activista argelino Monhamed Benhalima, quien estuvo asimismo interno en el CIE de Zapadores y a quien el Gobierno de España también denegó la solicitud de asilo.
Organizaciones como Amnistía Internacional (AI) y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), además de CIE No de Valencia, han denunciado que Monhamed Benhalima se halla actualmente preso en la cárcel militar de la ciudad de Blida, en Argelia, condenado a muerte por deserción del ejército y conspiración. AI desplegó una recogida de firmas en apoyo del activista, exoficial y denunciante de la corrupción entre los altos oficiales militares argelinos.
Mohamed Benhalima había huido en 2019 a España para solicitar asilo, pero finalmente el Gobierno español rechazó el reconocimiento y dictó su deportación a Argelia, pese a que las ONG habían advertido de los riesgos de que en su país fuera detenido y torturado. “Así sucedió con otro activista argelino deportado en agosto del año pasado y han documentado diferentes organizaciones internacionales”, denuncia la Campaña CIE No.
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