A ocho meses de la declaración del alto el fuego permanente, el PSOE continúa con sus intentos de convertir lo que había empezado como un proceso de paz en un paso más para acabar con la lucha del pueblo vasco. El PSOE debe comprender, y muy rápidamente, que si es un proceso de paz el […]
A ocho meses de la declaración del alto el fuego permanente, el PSOE continúa con sus intentos de convertir lo que había empezado como un proceso de paz en un paso más para acabar con la lucha del pueblo vasco. El PSOE debe comprender, y muy rápidamente, que si es un proceso de paz el que se ha abierto eso significa diálogo y negociación. Y no imposición y violencia.
Como siempre, para conseguir sus fines, el PSOE utiliza a sus amigos y a sus «enemigos».
Ya en Europa consiguió sacar adelante una declaración en la que planteaba que en vez de avanzar en el proceso de resolución del conflicto, lo que se hacía era avanzar en «la lucha contra el terrorismo», pero no logró esconder que quedara claro que el conflicto era un conflicto político que se debía resolver.
En Euskal Herria sigue por el camino que se ha trazado. Acusa repetidamente de que la violencia de una de las partes continúa, pero claro no se habla de la violencia de la otra parte, violencia mucho más estructurada, pues no sólo se limita a la utilización de las fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad del Estado. Violencia es toda la estructura que el Estado capitalista utiliza para mantenerse en el poder, tanto la policía como los presupuestos del Estado, tanto los tribunales como la política educativa pasando por la iglesia. Toda esa estructura que se utiliza para oprimir y reprimir al pueblo trabajador y a las naciones es violencia. Muchas veces esta violencia no se ve, parece que no existiera, puesto que puede expresarse de diferentes maneras y es por ello que a veces sólo llamamos violencia a la violencia física, pero no podemos perder de vista que cualquier instrumento que un Estado utilice en contra nuestra, es violencia.
¿Es violencia el continuo rosario de detenciones? ¿Y las torturas que se han dado después del alto el fuego? ¿Qué es sino violencia el ataque a cualquier tipo de movilización? ¿La entrada violenta en los gaztetxes? ¿Y los controles policiales que continúan realizándose por todas las carreteras de Euskal Herria? ¿Y una condena de 12 años por dos artículos de opinión? ¿Acaso no es violencia? ¿Y la doctrina Parot aprobada para impedir que los presos y presas vascas que ya han cumplido su condena no salgan de la cárcel? ¿Qué es todo esto, sino violencia ejercida por ese «Estado de derecho» que nos legó Franco? Estado de derecho que ilegalizó a Batasuna y que ahora pide a Batasuna que dé los pasos para ser legal. Si Batasuna no es legal es porque ellos no quieren. No es Batasuna la que tiene que legalizarse, son ellos los que tienen que derogar esa ley. Pero… ¿esa ley de partidos, acaso no es violencia?
¿Qué es sino violencia el ataque mediático y la criminalización a cualquier intento de avanzar en el proceso de paz, a cualquier posición u opinión defendida por la Izquierda Abertzale? ¿Y la presencia de las fuerzas de ocupación en Euskal Herria, qué es? Violencia pura y dura.
El PSOE se escuda en la cerrazón del PP para no cumplir con los acuerdos a los que llegó para que ETA decretara el alto el fuego permanente.
Pero esa pantomima de enfrentamiento se deja de lado cuando en el Parlamento vascongado se presenta, y se aprueba, una proposición no de ley en la que este Parlamento insta al gobierno español a que elimine el régimen de incomunicación a las personas detenidas, a que derogue la ley antiterrorista y a que desaparezca la Audiencia Nacional. Los dos partidos han coincidido en analizar esta proposición como un ataque al Estado y a las fuerzas de seguridad del Estado. Si ven que alguno de los puntales del Estado español peligra se ponen rápidamente de acuerdo.
Es relevante que Ezker Batua se haya abstenido en esta votación. ¿Le asaltan dudas «de forma» cuando ve peligrar aunque sea mínimamente algún pilar de la imposición y de la represión del Estado español en Euskal Herria?
El PSOE tiene en el PNV un aliado dispuesto a lo que sea para que no avance el proceso de resolución del conflicto. El PNV es la voz de su amo. Si el PSOE dice que no va a hablar con Batasuna, el PNV dice lo mismo; si el PSOE dice que no va a aceptar chantajes, el PNV corre a decir lo mismo; si el PSOE dice que va a haber consecuencias por no se sabe qué, el PNV pierde el culo para repetir lo mismo. Y eso no es lo peor sino que el PNV intenta hacer responsable de todo el proceso al gobierno español, escondiéndose tras de él para quitarse de encima la responsabilidad que le corresponde de no hacer avanzar la constitución de la mesa de partidos o la responsabilidad que le corresponde por la utilización de la Ertzaintza en la aplicación de la violencia del Estado español contra cualquier expresión política de la Izquierda Abertzale.
Y si en algo destaca el PNV es en la persistencia de la aplicación de las directrices marcadas por la Audiencia Nacional española, por la aplicación de las ilegalizaciones contra las organizaciones vascas a pesar de decir una y otra vez que no está de acuerdo con dichas directrices ¿Entonces, a qué vienen las cargas y detenciones sistemáticas en las movilizaciones convocadas por SEGI? No olvidemos que esa actitud servil trae como consecuencia el encarcelamiento y el robo de millones de euros en forma de fianzas a los jóvenes y sus familias por delitos cometidos a veces únicamente en la cabeza de un desgraciado como el señor Azkuna y toda su pléyade de sirvientes.
A pesar de lo que dice el Estado francés de que el proceso de paz no les incumbe en nada, esta última semana hemos visto que eso era falso y que el Estado francés toma parte activa en el proceso. El gobierno español amenazó con medidas por el supuesto robo de pistolas (no olvidemos que todavía no ha sido reivindicado y el propio gobierno español siempre ha dicho que ETA reivindica sus acciones), y rápidamente el gobierno francés las ha tomado deteniendo a seis personas. Que no intente el gobierno francés hacernos comulgar con ruedas de molino. Él es una parte interesada en este proceso, puesto que una parte de Euskal Herria está bajo su control. El pueblo vasco lo sabe, la Izquierda Abertzale lo sabe, el Estado francés lo sabe y muy bien. Por tanto, que acabe ya con las mentiras y se decida claramente a tomar parte en el proceso para la resolución del conflicto.
«La paz no tiene precio político», esta frase se oye hasta la saciedad. El PSOE, el PP, el PNV y todos los otros partidos que pululan por el parlamento de Gasteiz e Iruñea la repiten y la repiten, ¿acaso quieren convencernos de algo que es falso? Utilizan la técnica del plan ZEN que decía que si una mentida se repite continuamente acaba siendo verdad.
Pues no, no han conseguido confundirnos todavía. Estamos convencidos y convencidas de que la paz sí tiene precio político. Para avanzar en el proceso se debe reconocer qué es lo que ha llevado al enfrentamiento. Debe estudiarse qué problema político de fondo es el que ha hecho que el pueblo vasco se haya enfrentado durante siglos al Estado español. La Izquierda Abertzale ya lo dice claramente, si se quiere avanzar en un verdadero proceso de paz se ha de reconocer el derecho de autodeterminación del pueblo vasco y su territorialidad. Si eso es para el gobierno español pagar un precio político, pues lo tendrá que pagar.
Zapatero ha de darse cuenta y con él el PSOE y todos sus acólitos, que si decide finalmente cerrar en falso este problema, el pueblo vasco no lo aceptará y no cejará hasta conseguir una solución democrática al problema planteado.
Como resumen de lo que acabamos de escribir, veamos lo que el 18 de agosto, ETA decía sobre el papel del PSOE y del PNV:
«El gobierno español se ha valido de la represión para debilitar a la
izquierda abertzale. Los aparatos del Estado se han dedicado a atacarla
sin pausa.» […] «El PSOE y el PNV están mostrando una clara voluntad de retrasar los
pasos que hay que dar. Entretanto, plantean nuevas condiciones y
exigencias a la izquierda abertzale.» […] «Los mismos agentes intentan sin cesar desfigurar el proceso y vaciarlo de contenido, identificando la situación abierta con el fin de ETA y con la aceptación sumisa por parte de la izquierda abertzale del actual marco.» y «El PSOE quiere convertir el proceso en un medio para promover su
propio modelo de Estado y para mantenerse en el gobierno.»
La semana pasada, en Canadá, el Parlamento, reconoció el derecho de Quebec a ser una nación soberana. Esta decisión debería ser un ejemplo para el gobierno y el Parlamento del Estado español; pero como siempre que hay una decisión de este tipo, salió rápidamente Zapatero para apresurarse a declarar que la situación de Quebec no tiene nada que ver con Euskal Herria. Lo mismo dijo el gobierno español cuando los acuerdos en Irlanda, exactamente lo mismo cuando Montenegro se declaró independiente. ¿Qué, ningún reconocimiento del derecho de autodeterminación puede aplicarse a Euskal Herria? Lo que pasa es que el Estado español ve que cada día que pasa se hace más indefendible la posición de querer mantener sometido a un pueblo que ya ha demostrado sobradamente que no quiere ser español. Todos los pueblos que luchan por sus derechos y que a los que se acaba por reconocérseles son un espejo en el que Euskal Herria se ve reflejado. El pueblo vasco lucha por su derecho a decidir y por su territorialidad y cuando otro pueblo lo consigue nos da ánimos y fuerza para seguir en nuestra lucha para conseguir lo que otros pueblos ya han conseguido.
No podemos acabar esta editorial sin hacer referencia a la situación de Iñaki de Juana. Su caso, que ha trascendido más públicamente a causa de una primera huelga de hambre de 63 días y por esta segunda huelga de hambre indefinida que está llevando a cabo, no es sino la punta del iceberg de la política de los gobiernos español y francés contra el Colectivo de presos y presas políticas vascas. Desde hace varios meses el gobierno español está intentando que los presos y presas que ya habían cumplido la condena que su propia ley les había impuesto (ley que ni ellos mismos reconocen ni aplican), no recobren la libertad. Para ello se inventa todo lo posible e imposible. A Iñaki de Juana lo mantiene en la cárcel por dos artículos que escribió, más de 11 presos y presas los mantienen privados de libertad aplicándoles retroactivamente una ley que se han sacado de la manga, lo que se conoce como la «doctrina Parot».
Tenemos que movilizarnos y hacer cuantos actos de solidaridad sean posibles para que sean puestos en libertad, todos los que ya han cumplido su condena, sin excepciones. Que escuchen nuestra voz de forma directa.
Salvemos la vida de Iñaki!!!
José Luís Rodríguez Zapatero
Presidente del Gobierno Español
Palacio de la Moncloa,
Avda. Puerta de Hierro, s/n.
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Carlos Divar Blanco
Presidente Audiencia Nacional
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