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Los presupuestos para 2010 y los cambios en la política fiscal representan un avance hacia el desastre

El Gobierno en Zugzwang

Fuentes: Diagonal

En el ajedrez hay una posición llamada Zugzwang, en la cual cualquier movimiento del jugador que tiene el turno le lleva a perder la partida. Pues bien, la situación económica empieza a ser tan dramática que cualquiera que sea la política del Gobierno puede calificarse de errónea. Acaba de presentar el Presupuesto para 2010 y […]

En el ajedrez hay una posición llamada Zugzwang, en la cual cualquier movimiento del jugador que tiene el turno le lleva a perder la partida. Pues bien, la situación económica empieza a ser tan dramática que cualquiera que sea la política del Gobierno puede calificarse de errónea. Acaba de presentar el Presupuesto para 2010 y las críticas le llueven en cascada.

Y no es para menos, pero partiendo de que cualquier otro proyecto merecería asimismo ser condenado. Esto no se afirma para exonerar al Gobierno de responsabilidad, sino todo lo contrario: para resaltar el desastre actual, que de modo tan decisivo ha contribuido a crear.

Con una actividad hundida, con un nivel de paro desolador, cabe preguntarse si no corresponde en estos momentos utilizar la política fiscal para amortiguar la depresión. Es decir, imprimirle un sesgo expansivo aumentando el déficit público, con el impulso del gasto y la contención de los impuestos, para no afectar a la demanda del sector privado. Pero hete aquí que el déficit público en este año alcanzará la cota insólita del 10% del PIB, y en estas condiciones lanzarse a una política expansiva es suicida, teniendo en cuenta, además, las dificultades de financiar los déficit con la crisis internacional.

Entonces, se dirá, lo correcto es procurar disminuir ese déficit conteniendo todo lo posible los gastos y aumentando inevitablemente los impuestos, tal como propone el Gobierno con el Presupuesto presentado. Pero la primera objeción que surge es que la política fiscal agravará la crisis económica desde una situación muy desesperada, con un paro amenazante que puede fácilmente superar los cinco millones de personas. La subida de impuestos tiene un impacto restrictivo sobre la economía, al punto de que cabe temer que, a pesar de los cambios, los ingresos no aumenten y se prolongue en 2010 el fiasco recaudatorio de este año, con caídas muy pronunciadas en la recaudación.

Disminuirá la actividad, se contraerá el consumo y aumentará el fraude fiscal, de modo que se pronostica generalmente que el déficit público el próximo año será de nuevo el 10% del PIB, si no más. En este sentido, 2010 será un año perdido.

Las críticas que haga la izquierda a la subida de impuestos deben tener, además, otra consideración. Después de haber aprobado una contrarreforma del IRPF para planchar su progresividad y capacidad recaudatoria, de reducir el impuesto de sociedades, de eliminar el impuesto del patrimonio, de otorgar un trato abusivo a la rentas del capital frente a la rentas del trabajo, de la improvisación con que se hizo todo eso, es intolerable que, llegadas las dificultades, el Gobierno recurra a aumentar el IVA como principal solución al problema del déficit público. Hay en esta decisión una gran cobardía por parte de los socialistas, aparte, claro está, de una gran injusticia. Los retoques para la rentas del capital no eliminan el trato discriminatorio favorable que éstas tienen -el nuevo tipo medio y único del 21% (para rentas superiores a 6.000 euros) se estima inferior al tipo medio y progresivo al que tributan los salarios en el IRPF-, por no referirse al escándalo del tratamiento fiscal que reciben los fondos de inversión y las SICAV.

El Gobierno ha elegido el camino fácil, el que exige menos gallardía: gravar a los débiles por no atreverse con los fuertes. Sin duda va a incurrir en un elevado coste político y electoral, y dejará de su gestión un penoso balance fiscal, por lo regresivo. Este Gobierno, que ya no sabe si subir o bajar los impuestos es de izquierdas, llegada la hora de la verdad, cuando el dinero está por medio, siempre opta por la derecha.

Los resultados presupuestario y económico del año próximo son indescifrables en estos momentos, pero hay que partir de que todo es susceptible de empeorar. Y si a los interrogantes económicos se añaden los políticos, a estas alturas no es posible saber cuál será el destino de los Presupuestos de 2010. Los partidos de la izquierda, por mínima que sea su sensibilidad, no pueden respaldar los cambios fiscales propuestos, y cualquiera de ellos que les diera apoyo se achicharraría y se comprometería con el desastre que viene.

Si el PSOE llega a contar finalmente con algunos partidos nacionalistas de la derecha, será después de pagar un precio que haría el Presupuesto menos digerible aún. Hasta las direcciones sindicales de CC OO y UGT tendrán entonces que reaccionar y dejar de mirar para otro lado como hasta ahora, con la justificación derrotista y bastante ruinosa de que no hay que hacer nada que facilite la llegada al poder de la derecha.

Presupuestos 2010

800 millones se van a destinar a misiones militares en el extranjero. Este monto no se incluye en el presupuesto de Defensa de 8.813 mill. -7,7% es el recorte previsto para el Ministerio de Vivienda. Ciencia e Innovación

IVA Las rentas inferiores a 30.000 euros anuales serán las más perjudicadas por la subida al 18% del IVA, según los técnicos de Hacienda. contará con un 15% menos de presupuesto.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/El-Gobierno-en-Zugzwang.html