M.H.: William Javier Díaz es directivo de la escuela sindical de la Asociación de educadores, un compañero colombiano, compañero de Renán Vega Cantor, participante de su revista Cepa, que supo dirigir también Fals Borda uno de los fundadores de la Facultad de Sociología en Colombia junto a Camilo Torres. Se me ocurre preguntarte ¿hubo cambios […]
M.H.: William Javier Díaz es directivo de la escuela sindical de la Asociación de educadores, un compañero colombiano, compañero de Renán Vega Cantor, participante de su revista Cepa, que supo dirigir también Fals Borda uno de los fundadores de la Facultad de Sociología en Colombia junto a Camilo Torres. Se me ocurre preguntarte ¿hubo cambios como resultado de los acuerdos de La Habana y el Teatro Colón entre las FARC y el gobierno colombiano?
W.D.: Primero quiero agradecer la invitación a participar de este programa, yo soy directivo de la principal estructura sindical que tiene Colombia que es la Asociación Distrital de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación, hacemos parte de la principal federación que es la Federación Colombiana de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación que es FECODE y de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Las tres estructuras sindicales principales del movimiento sindical en Colombia. Para bien o para mal quiero presentar esto en el sentido de la aniquilación que ha tenido la estructura sindical dentro de las estructuras del movimiento social que a sangre y fuego han querido eliminar o callar en Colombia. En ese escenario, como directivo sindical, nosotros avanzamos en un análisis profundo de los acuerdos de paz que se desarrollaron entre las FARC-EP y el gobierno nacional. Abrigamos los trabajadores de Colombia con gran esperanza el inicio de estos diálogos y cómo durante más de 4 o 5 años generaron todo un movimiento en Colombia donde la fatiga de la guerra era manifiesta y lo sigue siendo. Sin embargo, el gobierno nacional ha jugado de manera sucia con la sociedad colombiana y generó diferentes procesos de traición de los acuerdos.
El acuerdo de La Habana sufrió cambios posteriormente producto del plebiscito que se perdió el 2 de octubre de 2016. Ese plebiscito desde los diferentes líderes de las FARC, principalmente Iván Márquez, que era el jefe de la delegación negociadora, lo habían advertido, que el plebiscito era un mecanismo que conducía al fracaso de la refrendación de los acuerdos. Porque las FARC había solicitado desde un comienzo una Asamblea Nacional Constituyente como había ocurrido con los procesos de paz especialmente con el del M19 en la década del ´90, que producto de esta nueva configuración del orden social colombiano a través de un acuerdo de paz, era necesario rehacer la Constitución como un pacto nacional que la reforma constitucional refrendara, no solamente de cara al país sino a la comunidad internacional.
Esa Asamblea Nacional Constituyente no fue aceptada por el gobierno nacional y fue impuesto de alguna manera el plebiscito. Iván Márquez había manifestado claramente que conduciría al fracaso y efectivamente el 2 de octubre de 2016 se generó una de las grandes frustraciones para el pueblo colombiano, porque era un hecho de que el santismo no haría campaña en favor del plebiscito. Se lavó las manos y dejó a cuenta abierta la situación prácticamente en manos del uribismo, de toda la ultraderecha colombiana para que éstos hicieran de las suyas con un plebiscito que sabían podían ganar y ganaron.
El «No» ganó y eso debilitó los acuerdos de La Habana. Por esa razón se sometieron a los intereses de dos sectores ultra radicales, ultra conservadores y con una estirpe fascista muy peligrosa para nuestro país y para el continente y es el sector de ese cristianismo fascistoide que se ha impuesto en toda América Latina y a través de la denominada «Ideología de género» empezó a minar los acuerdos de La Habana, que garantizaban una serie de derechos que tenemos en deuda con las mujeres y con las diversidades de género en Colombia.
A través de esto las iglesias cristianas laceraron fuertemente la intención de la población colombiana respecto de los acuerdos de paz. Y el otro elemento es que el uribismo en términos de la bandera política de la entrega del país a la insurgencia, también minó la credibilidad y la confianza del pueblo colombiano ante estos acuerdos. Ahí aprovecharon para generar una serie de reformas que aumentaron el número de páginas de los acuerdos a más de 300 mediante una serie de articulados complementarios y modificaciones fuertes. Eso generó la desviación del propósito fundamental de los acuerdos que era generar una serie de reformas que no son revolucionarias, ni es la revolución por decreto, sino que es simplemente una reforma mínimamente democrática que necesita una sociedad semi feudal como la colombiana.
Con Duque fue reelegido por tercera vez Uribe
M.H.: Introdujiste el término fascismo y justamente en el último editorial de la revista Cepa se menciona la emergencia de un fascismo social, cultural y tecnológico en Colombia. Un tema de mucha actualidad por la emergencia en Brasil de Bolsonaro, la discusión si fascismo o no, hace pocos días Atilio Borón sacó un artículo señalando que es un error hablar de fascismo respecto de Bolsonaro y un término que he oído mucho a Renán Vega Cantor, respecto de lo que él denomina la cultura traqueta. ¿A qué se hace referencia cuando se habla de fascismo social, cultural y tecnológico y de cultura traqueta?
W.D.: En el último número de Cepa quisimos entrar en el tema de la derechización que nuevamente se apodera de la directriz económica y social de nuestro país a partir del advenimiento de la elección del Presidente Duque, pero que para nosotros no se trata de su elección sino la reelección por tercera vez del ex Presidente Álvaro Uribe Vélez. Tanto es así que los medios de comunicación, el gabinete de Duque, consideran a Uribe el Presidente eterno.
En esta perspectiva nosotros reconocemos algunos elementos característicos del fascismo, obviamente una expresión de comienzos del siglo XX que se consolida a mediados de la década de los ´30 y se desarrolla dentro de la Segunda guerra mundial.
Algunos dirían que esa ecuación no puede ser trasladada de manera mecánica prácticamente un siglo después a un espacio como es el latinoamericano. Ni el tiempo ni el espacio lo permitirían en términos de la comprensión. Pero si tomamos algunos de los elementos constitutivos del fascismo nos damos cuenta de que no es de ahora sino que vienen haciendo un recorrido de tiempo atrás las expresiones de fascismo en América Latina y eso es lo que quisimos mostrar en la revista, cómo es este nuevo ejercicio de la ultraderecha colombiana, cómo esa ultraderecha ha tenido un elemento de exportación fundamental en el continente que tiene algunos elementos característicos. Primero la cultura traqueta, que no es una cultura traqueta que se haya quedado en las entrañas del pueblo colombiano, porque es uno de los principales productos de exportación de nuestro país lamentablemente. Y la cultura traqueta hoy irradia al resto del continente pero principalmente al subcontinente latinoamericano porque se ha implantado cultura traqueta en muchas latitudes.
En Argentina hay una cultura traqueta inmersa en lo que son los diferentes eslabones de la cadena del narcotráfico continental y global. Y en esa perspectiva la cultura traqueta de Colombia junto con esa nueva alianza de la ultraderecha para alejar a los progresismos ha funcionado. En ese orden, la cultura traqueta recoge dentro del uribismo algunos aspectos clave, por ejemplo, dentro de lo que son las categorías del fascismo, cómo suplanta, usurpa los conceptos y las categorías del socialismo y engaña, enreda y confunde a la sociedad en su conjunto. Usamos un ejemplo muy sencillo para explicarlo, en la primera campaña electoral de Uribe Vélez, utiliza cosas como uno de los poemas del nadaísmo revolucionario de la década de los ´60 y ´70 en Colombia de Gonzalo Arango y otros, toma un pequeño poema que se llama «Revolución», como parte de la campaña. Ese poema dice «Una mano más una mano no son dos manos, son manos unidas. Une tus manos a nuestras manos para que el mundo no esté en pocas manos.»
Una de las grandes consignas políticas del germen revolucionario de los ´60 y ´70 en Colombia y Latinoamérica es tomada por uno de los principales promotores de la ultraderecha en Colombia y en el continente. Además en esa época se conmemoraba el centenario de Pablo Neruda, y el tristemente célebre Belisario Betancourt, uno de los directivos de la Fundación Santillana que se murió hace pocos días en nuestro país y se le hizo un gran homenaje como uno de los Presidentes con un grado de intelectualidad mayor de nuestro país, un farsante de la intelectualidad y del pensamiento de la cultura por lo menos desde los sectores populares. Este personaje hace un homenaje a Pablo Neruda en la Fundación Santillana e invita a Álvaro Uribe Vélez como uno de los principales oradores. Él aprovecha este escenario para reivindicar a Pablo Neruda. Nosotros decíamos que Pablo Neruda debía estar revolcándose en su tumba porque uno de los promotores de la ultraderecha como lo es Álvaro Uribe Vélez le hiciera un homenaje.
Pero este es uno de los elementos clave, donde nos muestran cómo nos roban los conceptos, los elementos y los principios junto a los elementos culturales e históricos y los asumen como propios. La esposa de Uribe Vélez que hace parte del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia, una de las universidades emblemáticas públicas estatales de Colombia, salía en eventos con la camiseta de Mao Tse Tung. El Ejército Popular de Liberación de expresión maoísta de la guerrilla en Colombia, tiempo atrás en la década de los ´90 se desmoviliza junto al M19 y gran parte de la estructura militar migra integralmente hacia el paramilitarismo en Córdoba y Urabá, principalmente en Urabá. Y sus principales cuadros dirigentes migran hacia la estructura política partidaria del uribismo. Por eso la estructura del Centro Democrático y originalmente del partido de la U, es una estructura que atrapa a muchos de los conversos y arrepentidos que quizás vuelva a atrapar en este nuevo escenario de acuerdo de paz que transita Colombia. Para nutrir ese fermento de una derecha que está muy bien asesorada por importantes ideólogos de la izquierda en nuestro país. Esto es parte de los elementos que queríamos caracterizar desde la revista Cepa, donde si bien no queremos trasladar ese concepto de manera mecánica, sí hay elementos de coincidencia con el fascismo original y cómo se está creando un fascismo criollo, a la colombiana y a la latinoamericana, pero conserva muchos de los elementos de la construcción de la teoría y la práctica nefasta del fascismo primigenio.
M.H.: Hace unos días me invitaron a un debate sobre Brasil y planteé que no se puede asimilar a Bolsonaro a los regímenes fascistas del siglo pasado. El compañero William J. Díaz y los compañeros de Cepa nos están planteando un desafío, porque hablan de un fascismo social, cultural, tecnológico, de una cultura traqueta y son elementos que tendremos en cuenta en un análisis futuro.
¿Existen diferencias entre la administración anterior de Santos y la actual de Duque?
W.D.: En Colombia existen varias posiciones pero podemos destacar dos respecto del gobierno de Juan Manuel Santos y el nuevo gobierno que lleva cinco meses de Iván Duque. Pero no solamente de estos tres, sino también de los dos anteriores de Álvaro Uribe Vélez. Algunos consideran que es el 5º período de Uribe Vélez y del uribismo. Es decir, se van a completar 20 años.
El proyecto 2019 que planteó Uribe en su primera administración se está cumpliendo de alguna manera al pie de la letra. Es decir que hay una proyección estratégica de la derecha en Colombia que no ha tenido variaciones. Para algunos la gran variación, y es la segunda interpretación, que el gran quiebre o variación de esa propuesta estratégica de la ultraderecha en Colombia se dio con el gobierno de Juan Manuel Santos cuando aparentemente frena toda la maquinaria bélica que venía desplegada principalmente contra las FARC en una gran ofensiva que tiene varias etapas, que se agudiza con el Plan Colombia, viene la Iniciativa Andina que es el Plan Colombia con perspectiva regional, viene todo lo que es la profundización de la guerra en Colombia tratando de ubicar los principales cuadros de la insurgencia para acabarlos y acabar «la culebra por la cabeza» como decía Álvaro Uribe Vélez.
Aparentemente Juan Manuel Santos frena esa arremetida. Digo aparentemente porque no es tan cierto. Avanzado gran parte del proceso de paz, el gobierno de Juan Manuel Santos sigue desarrollando la política de «seguridad democrática» con un nombre distinto que era «la política de prosperidad democrática» pero la estructura militar sigue operando, no solo de manera abierta y directa dando golpes a la insurgencia, sino también atacando a los sectores sociales y populares que se oponen y nos oponemos a los gobiernos que vienen generando esas situaciones de desigualdad en nuestro país y vienen avalando, amparando y promocionando las políticas neoliberales.
En esa perspectiva hay quienes consideran que Santos marca una diferencia política del uribismo en Colombia. Nosotros nos ubicamos principalmente en la lectura inicial donde hay una continuidad donde Santos sabe leer el momento y dentro de la perspectiva de la derecha en Colombia saben que la guerra no puede ser una constante en términos del desangre económico que genera al país en un solo bombardeo desperdiciar más de 25.000 millones de pesos. Esa lógica del desgaste económico la guerra no la soporta, ni siquiera los EE UU con su poderío económico, político y militar; mucho menos una colonia como la colombiana donde la burguesía no quiere ni ha querido nunca financiar esa guerra, sino que ha colocado a la sociedad colombiana en su conjunto a financiar la guerra y se han inventado múltiples impuestos para que la sociedad colombiana desde los sectores populares con los impuestos terminemos financiando esa guerra.
En esa perspectiva no hay un cambio de libreto, hay una continuidad, pasos calculados y milimétricos. Repito, en conclusión, la máxima aspiración del uribismo en su comienzo en el año 2002, la lograron en el gobierno de Santos, se culmina uno de sus principales proyectos estratégicos que es la entrega de las armas de la principal guerrilla del continente y quizás del mundo que eran las FARC-EP. Eso lo lograron, por eso la paz no era el objetivo de ninguno de estos gobiernos. Su principal objetivo era desarmar a una insurgencia fuerte, poderosa que garantizaba por lo menos de alguna manera que no lograran llegar a muchos rincones del país para desarrollar la maquinaria minera, la política extractivista que Uribe y Santos vienen proyectando y que Iván Duque proyectará con mayor fuerza porque ya no habrá limitaciones para entrar a las selvas colombianas y empezar a explotar a sus anchas grandes cantidades de recursos naturales que existen en nuestro país.
El gran protagonista social y político del 2018 fue el movimiento estudiantil universitario
M.H.: En este último año, durante 60 días asistimos a un paro estudiantil, toma de edificios universitarios, resistencia a la policía en un importante movimiento en defensa de la Universidad pública y la educación como derecho fundamental que algunos dijeron que el gran protagonista del 2018 social y político en Colombia había sido el movimiento estudiantil universitario. Formás parte de la Universidad colombiana y me gustaría conocer tu apreciación al respecto.
W.D.: La comunidad educativa con varios de sus actores hizo presencia en el 2018 y de una manera fuerte y beligerante, pero no era la primera vez en los últimos años. Este es un capitulo que continúa desde 2011 y la lucha contra el Presidente Santos y la reforma de la denominada Ley 30 de la financiación de la educación superior pública en Colombia. En 2011 se logró frenar esa reforma y tuvo que engavetarla el gobierno de Santos. Podríamos compararlo con el caso chileno, el movimiento de los pingüinos en secundaria que luego se transformaron en una gran fuerza, años después, para garantizar reformas importantes en la educación en Chile, no todo lo que se hubiera querido pero sí un avance muy importante. Y su gran líder Camila Vallejo llega al Congreso y participa en políticas públicas en beneficio del sector educativo y demás.
En el caso particular de Colombia, lo de 2018 hace parte de un proceso, pero que no es aislado, entre 2011 y 2018 los estudiantes no se han quedado quietos y no solamente los estudiantes sino el sector universitario, ahí estuvieron presentes una buena parte de los docentes, muy buena parte de los trabajadores, de alguna manera los directivos que se bajaron en un momento no indicado. Yo creo que se equivocaron gran parte de los rectores de las Universidades públicas estatales que por lo menos en un 70% firmaron un acuerdo que todavía no les han cumplido y que quizás no les vaya a cumplir el gobierno de Iván Duque y dejaron a los estudiantes, trabajadores y profesores dando la pelea solos.
Pero ese proceso demuestra una vez más que el movimiento social y popular tiene diferentes expresiones y que el movimiento universitario es una de ellas y ha marcado el camino a seguir. El camino a seguir no es solo concretar acuerdos mínimos dentro del incumplimiento de la clase dirigente colombiana, sino definir elementos concretos donde el dinero que se compromete el Estado colombiano a girar para la Universidad Pública Estatal tenga basamentos concretos, elementos definidos que pueden permitir dar la pelea para que eso se cumpla. Porque en el caso del sindicalismo en términos de los docentes, que llevamos dos grandes movilizaciones, dos grandes paros con miles de personas en las calles en 2015 y en 2017, con paros de 15, 20 días, un mes, 37 días fue el último paro de 2017; nosotros llegamos a unos acuerdos pero el gobierno colombiano creó los mecanismos para no cumplirlos claramente y ha dilatado y gran parte de esos acuerdos no se han cumplido.
Lo que quiero decir con esto es que los estudiantes están marcando una línea concreta de cómo definir unos acuerdos que tengan posibilidad de cumplimiento. El paro no se ha levantado, los acuerdos se tienen que refrendar con las bases universitarias en las universidades cuando continúe el semestre que no ha terminado, que venía del año pasado. En estos primeros días de enero se van a reunir para avalar si van a levantar o no el paro. Y van a plantear desarrollar una serie de estrategias de movilización para garantizar la implementación. Situación que ha hecho falta, comparándola con el proceso de paz en Colombia, donde no ha existido la movilización social suficientemente fuerte que garantice la implementación de los acuerdos.
Esa es una tarea que va de la mano pero que está inmersa en el mismo desarrollo de educación, paz y desarrollo para nuestro país. Es decir, los estudiantes universitarios hoy están marcando el camino claro dentro de lo que hemos planteado en el sector sindical, de una gran manifestación educativa, de estudiantes, profesores, trabajadores y directivos. El sector de FECODE que es importante, unificado en una gran movilización y un gran paro del sector educativo para que se nos garantice la educación gratuita en Colombia financiada por el Estado.
También a comienzos de enero se van a realizar una serie de cumbres sociales donde múltiples sectores nos encontremos para preparar y allanar el camino para el gran paro cívico nacional. Que sería para algunos al finalizar el primer semestre, para otros a mediados del segundo semestre, pero en definitiva generar una gran convocatoria para luchar contra el principal cáncer que tiene nuestro país, que es la corrupción inmersa dentro del poder administrativo nacional. Que lo lideran funcionarios de alto nivel. El ministro de Hacienda, Carrasquilla, porque la situación del compromiso ético y moral no solo se define en términos de la legalidad, se ha hecho ultra millonario robándole los recursos a los municipios más pobres con el pretexto de garantizarles el suministro del servicio de agua potable.
Está más que demostrado que ha sido todo un acto de engaño a las comunidades más pobres del país. La ministra de Educación que siendo secretaria de Educación del distrito, nos dijo a nosotros, cuando se robaban y se siguen robando el dinero del PAE (Plan de alimentación escolar) para los niños más pobres del país, le exigimos que no contratara a las mismas mafias en Bogotá, y nos dijo que ella administraba y gobernaba con el Código penal y no con el Código de ética. Hasta tanto no estuvieran inmersos en un Código penal ella no podía hacer nada y nosotros le pedíamos que por mínima ética y moral frenara las contrataciones. Ella está avalando esas mafias que se roban la alimentación de los niños más pobres.
Por último, la joya de la corona de la administración Duque, el Fiscal general de la Nación. El señor Martínez Neira tiene varios procesos, uno, el de los Panama Papers donde aparece como beneficiario de los paraísos fiscales. Dos, los apartamentos, la finca Raíz que es propiedad de él a través de terceros en Madrid, España, que no ha sido reconocida en términos de las declaraciones fiscales que tiene que darle al país. Tres y el más patético, el caso Odebrecht, que junto al hombre más rico del país, el señor Sarmiento Angulo, estos señores han hecho un concierto para delinquir porque mientras oficia como Fiscal General, en otro momento oficia como el abogado personal de Sarmiento Angulo. Esa es una de las principales luchas.
El próximo viernes 11 de enero a las 6 de la tarde se va a dar una gran movilización social en Colombia en contra de este Fiscal. Ese es uno de los grandes problemas del país pero no es el principal, porque la corrupción es inmersa y connatural al sistema capitalista. La corrupción no emerge hoy como una de las grandes situaciones difíciles de la sociedad colombiana. Lo que pasa es que hoy la han colocado en un nivel de referencia inmediata de los medios de comunicación pero la mayoría del tiempo fue ocultada por los gobiernos y esos mismos medios en toda América Latina.
Hoy el referente de la corrupción también se da en Argentina, en Brasil, donde supuestamente Bolsonaro con su posición ultrafascista llega para combatir la corrupción pero también para combatir el socialismo y lo dijo claramente.
Es la bandera que utiliza la ultraderecha extremadamente corrupta con una doble moral para supuestamente enfrentar lo que es connatural a lo que ellos son. El capitalismo es en esencia corrupto y mafioso y Odebrecht hace parte de la cadena donde desafortunadamente han caído en la tentación sectores progresistas y de izquierda en el continente y en nuestro país.
M.H.: Dos testigos muertos en Colombia.
W.D.: Dos testigos y el hijo de un testigo muertos en el caso de Odebrecht que termina muriendo envenenado al tomar una botella de agua del escritorio de su padre muerto. Aparentemente el padre muere de un paro cardíaco pero no ha sido claramente evidenciado. El Director de medicina legal, encargado de realizar el proceso para definir cómo murió el señor Pizano, renunció porque considera que falló en su compromiso moral y ético durante el procedimiento. Eso es parte de la andanada corrupta y mafiosa de nuestro país.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.