Traducido para Rebelión por LB
Una patética Trinidad Jiménez perora ante la ONU en términos etnicistas, se alinea con las tesis supremacistas del sionismo y hace votos para que los refugiados palestinos no retornen a su tierra para alterar el mapa demográfico de mayoría judía en Israel.
La ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, presentó el sábado una nueva política para el conflicto palestino-israelí al declarar por primera vez que Israel es la patria de los judíos y afirmar que la cuestión de los refugiados palestinos debe resolverse de tal manera que no ponga en peligro la actual composición demográfica de Israel de mayoría judía.
El discurso de Jiménez ante la Asamblea General de Naciones Unidas es particularmente relevante dado que España se está considerada como uno de los principales defensores de los derechos palestinos entre los países de la UE. La adopción de esa postura pro israelí puede inducir a otros países a seguir su ejemplo.
La ministra de Asuntos Exteriores hizo hincapié en el compromiso de España con Israel «como la encarnación del proyecto para crear una patria para el pueblo judío». Recordó que desde su fundación el Estado de Israel ha sufrido numerosas guerras y ataques terroristas contra su pueblo y agregó que la seguridad de Israel es una cuestión de máxima prioridad para España.
Jiménez pidió el establecimiento de un Estado palestino basado en las fronteras de 1967, con intercambios territoriales acordados mutuamente y con Jerusalén como capital compartida con Israel.
«La seguridad de Israel y Palestina requerirán garantías efectivas en el futuro acuerdo de paz, incluyendo una eventual participación internacional si las partes así lo solicitan», dijo la ministra española de Asuntos Exteriores. Dejó claro que la mejor manera de lograr ese acuerdo sería a través de un tratado de paz negociado.
La ministra española también se refirió al «doloroso drama de los refugiados palestinos» y presentó también en este punto una política nueva. Dijo que el problema de los refugiados debe ser justamente acordado entre Israel y los palestinos, preservando empero el carácter de Israel como Estado judío.
Jiménez dijo que España apoya que la Asamblea General otorgue a Palestina la condición de Estado observador no miembro, explicando que la comunidad internacional debe demostrar que está comprometida con la creación de un Estado palestino independiente.
«La paz efectiva y sostenible sólo puede lograrse a través de negociaciones entre las partes», subrayó, aclarando que «España considera que los palestinos podrían hallar en este nuevo estatuto un estímulo para la pronta reanudación de las negociaciones».
También advirtió de que este nuevo status no debe utilizarse abusivamente o de forma incompatible con el espíritu de las negociaciones.
Jiménez evocó el permanente apoyo de España a la lucha de los palestinos contra la ocupación, pero subrayó también la relación entre España y el pueblo judío a lo largo de los siglos.
«La identidad de España no puede entenderse sin su herencia árabe y judía», agregó.
rCR