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Entrevista a Antonio Ontañón, presidente de la asociación Héroes de la República y la Libertad

El investigador que ha identificado a mil víctimas mortales del franquismo en Cantabria denuncia la inacción de las instituciones

Fuentes: El Diario Cantabria

Santanderino de 84 años de edad y presidente de la asociación Héroes de la República y la Libertad, Antonio Ontañón es el hombre que a lo largo de cuatro décadas de trabajo e investigación ha logrado poner nombre a un millar de víctimas mortales del franquismo en Cantabria, la inmensa mayoría de ellas fusiladas en […]

Santanderino de 84 años de edad y presidente de la asociación Héroes de la República y la Libertad, Antonio Ontañón es el hombre que a lo largo de cuatro décadas de trabajo e investigación ha logrado poner nombre a un millar de víctimas mortales del franquismo en Cantabria, la inmensa mayoría de ellas fusiladas en la antigua tapia oeste de Ciriego -el cementerio de Santander-, donde fueron desconocidas y arrojadas a una fosa común. Ontañón erigió allí un trilito en 1980 y nueve monolitos -con los nombres de un centenar de fusilados cada uno- en 2001 y lo reflejó en su libro Rescatados del olvido (2004), todo un referente de la memoria histórica en Cantabria. Quince años después, recibe a eldiariocantabria en su casa para realizar esta entrevista. Lo hace rodeado de documentos y fotografías e insiste: «En Cantabria se ha podido documentar, en un trabajo realizado por el Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Cantabria, la existencia de 150 fosas comunes, y nosotros seguimos esperando a que las instituciones nos reciban para tratar de una vez este gravísimo asunto».

¿Cuál es tu objetivo como presidente de la asociación Héroes de la República y la Libertad?

Estar continuamente luchando e investigando -y sigo haciéndolo, aunque me gustaría encontrar relevo…- la represión franquista en Cantabria y las fosas comunes. Y con ello trato de implicar a las instituciones cántabras -el Parlamento y el Gobierno-, que dramáticamente e injustamente prácticamente no han hecho nada. Así como otras comunidades autónomas y provincias tienen sus comisiones de investigación y apoyan la memoria histórica, en Cantabria hasta ahora dramáticamente e injustamente a las distintas asociaciones prácticamente no nos han ayudado nada.

¿Nada?

En 2003 me dirigí al Parlamento de Cantabria [entonces presidido por Miguel Ángel Palacio (PSOE)] y le pedí que fuera consecuente y colaborara con la asociación -para el esclarecimiento de la feroz represión que se desarrolló en Cantabria-, porque a los caídos del bando franquista se les ha reconocido y se les ha exaltado, mientras que a los caídos del bando republicano no se les ha otorgado ningún tipo de favor; al contrario, se les ha ignorado premeditadamente. A nuestro juicio, esa discriminación es intolerable e injusta, y solicitamos y urgimos a ese Parlamento porque su omisión le hace cómplice de esa injusticia. En 2005 nos dirigimos, además de al Parlamento, al presidente del Gobierno de Cantabria [Miguel Ángel Revilla (PRC)] para hablar concretamente de las fosas comunes en Cantabria y también le mencionamos y argumentamos ese oprobio de indignidad intolerable que su Gobierno está obligado a corregir. Instamos, urgimos y exigimos la búsqueda de los desaparecidos y sus restos -por tratarse de delitos considerados crimen de lesa humanidad y un ultraje a la dignidad humana- e insistimos en la diferencia del tratamiento a los caídos de un bando y de otro. «Con este escrito tratamos de conseguir de usted una entrevista para tratar el asunto con la importancia que esto requiere…», y terminamos diciendo «esperamos que tengan ustedes la sensibilidad y la valentía para tratar de este gravísimo asunto y que tenga usted la dignidad suficiente para recibirnos y poderlo comentar».

¿Y Revilla, que era el presidente del Gobierno autonómico entonces y que lo es también ahora, no os recibió ni os ha recibido en ningún momento?

Revilla lo que hizo fue trasladar el asunto a la vicepresidenta del Gobierno de Cantabria [entonces, Dolores Gorostiaga (PSOE), actual presidenta del Parlamento de Cantabria]. Con ese motivo, en 2006 nos dirigimos a la vicepresidenta del Gobierno de Cantabria para tratar el asunto de las fosas comunes de Cantabria. Hago una introducción parecida y le digo además, porque coincide en el tiempo -en esa época yo estoy investigando la fosa común del cementerio de Valdecilla [pueblo del municipio de Medio Cudeyo]-, que en el cementerio de Valdecilla hay una fosa común en la que hay cinco o siete republicanos asesinados y que se ha hecho lo que han hecho sistemáticamente la mayoría de los cementerios: además de ocultar el crimen, lo han tapado edificando nichos y rentabilizando el suelo construido precisamente sobre las fosas comunes. Es de una injusticia y una criminalidad que es inconcebible, pero se ha practicado, y se ha practicado hasta hace muy poco tiempo. La mayoría de las fosas comunes del interior de los cementerios están ocultas y se ha construido encima, en un suelo rentabilizado y cobrado.

¿Se ha construido encima de fosas comunes sabiendo que se estaba construyendo encima de fosas comunes?

Precisamente, sí. A los que están en esa fosa común de Valdecilla que -además de la de Talledo [pueblo del municipio de Castro Urdiales], con Paco Etxeberria [director del grupo de trabajo de la Sociedad Aranzadi para la exhumación de fosas comunes de la Guerra Civil y el franquismo], y la de Caranceja [pueblo del municipio de Reocín]- he investigado yo los cogieron unos falangistas en Solares -lo tenían como norma: los cogían en un pueblo y los asesinaban en otro- y en el pueblo se comenta que uno de los asesinos va al surtidor de gasolina de Solares, pide que le llenen la lata de gasolina, le dice al del surtidor que es para quemar a unos comunistas, y el del surtidor le dice «si es para eso, te lo doy gratis». Entonces los llevan a Valdecilla, les hacen cavar la fosa común y seguidamente les dan el tiro en la nuca y los vierten en la fosa.

Decías que en tu escrito a Gorostiaga le hablaste de vuestras investigaciones sobre esa fosa común del cementerio de Valdecilla…

Sí, cuando me dirijo a la vicepresidenta del Gobierno para hablar de las fosas comunes, le digo que me van a acompañar los familiares de los que están en esa fosa común que acabo de investigar. Por darle un motivo más serio y dramático para que esta señora nos reciba, porque teóricamente es socialista…

Sí, en 2006 además de vicepresidenta del Gobierno era la secretaria general del PSOE de Cantabria…

Así es. Le dije que me iban a acompañar los familiares de las víctimas de esa fosa común y…

¿No os contestaron ni el Parlamento ni el presidente ni la vicepresidenta?

El director del Gabinete de Revilla nos contestó que había trasladado toda la documentación a Gorostiaga al considerar que era su consejería «la que debería liderar ese proyecto», pero ni el Parlamento ni Gorostiaga nos contestaron, no tuvimos respuesta. Terminamos recordándola que más del 40% de las víctimas de las fosas comunes de Cantabria pertenecían al Partido Socialista Obrero Español y que sus familias, al igual que las demás, claman por una justicia reparadora que honre y dignifique su memoria. «Por lo expuesto, y para tratar conjuntamente este gravísimo asunto, solicitamos se nos conceda esa entrevista. Quedamos a la espera de ustedes». Desde 2006 no se ha dignado ni a contestar. ¡Ni a contestar!

Y veo que el escrito tiene incluso registro de entrada en el Parlamento…

Claro, claro, claro. Y esta señora, que nos ignora premeditadamente y repito: se supone que es socialista, tiene la desfachatez de proclamar y reclamar «pedagogía y comportamientos ejemplares» a los políticos. Huelgan los comentarios. Huelgan los comentarios.

¿Y volvisteis a dirigiros a ellos?

Sí. Este es de 2008. Dirigido al presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla. «Solicitamos del Gobierno de Cantabria que usted preside el desarrollo de la Ley 52/2007 sobre la memoria histórica y que se elabore un proyecto de ley de Cantabria sobre las fosas comunes […] Este es un innegable derecho que nos asiste a las familias a saber de nuestros antepasados desaparecidos y es deber de su Gobierno el atender nuestra justa y necesaria petición […] Es un derecho exigible e irrenunciable para nosotros y esperamos que el Gobierno de Cantabria sepa estar a la altura de esta circunstancia histórica […] Esperamos su contestación». De abril de 2008. Cogí las firmas en Ciriego el día del aniversario de la II República, y seguimos esperando contestación. En 2009 me vuelvo a dirigir a Gorostiaga como vicepresidenta del Gobierno. «En nombre y representación de la asociación Héroes de la República y la Libertad, de Cantabria, […] con el fin de informarla de que es nuestro deseo proceder a la prospección y exhumación de una fosa común situada en el pueblo de Caranceja (Reocín), para lo cual cuento con la colaboración de Francisco Etxeberria, de la Sociedad Aranzadi […] Para su conocimiento le informamos de que esta iniciativa es parte de los fines de nuestra asociación y de que los trabajos de exhumación de dicha fosa los dirigirá Francisco Etxeberria Gabilondo, profesor titular de Medicina Legal y Forense de la Universidad del País Vasco […] Agradeciendo su atención, quedo a su disposición con un saludo muy cordial». Una carta más que ¡dramáticamente, injustamente e incomprensiblemente! esta señora no se ha dignado a contestar. Y se supone que es socialista.

La falta de colaboración institucional es…

El marmolista que nos construyó los nueve monolitos de Ciriego, Bontempini, me hizo una factura por importe de 4.292.000 de las antiguas pesetas, de las cuales el Gobierno no nos dio una sola peseta, y lo pudimos financiar con los sindicatos…

¿Se lo pedisteis y…

Sí, sí, sí, sí.

…no os dio nada?

Nada, nada, nada. Suscripción popular, subasta de cuadros, subasta de papeletas… y los sindicatos y asociaciones de izquierda. Y es importantísimo resaltar que todos los partidos de izquierda, a excepción del PSOE, nos dieron y aportaron suficiente para poder pagar los monolitos.

¿Y el PSOE no aportó nada?

No. Colaboraron todos los partidos de izquierdas menos el PSOE. Tengo un estudio económico con las aportaciones de los sindicatos y de los partidos y puedo demostrar documentalmente que están todos menos el PSOE. Felipe González no quería de ninguna manera colaborar. No quería.

El PSOE se ha comprometido a aprobar una ley de memoria histórica de Cantabria antes de que acabe esta legislatura, pero la legislatura toca a su fin y…

Y aunque la aprueben, no la aplican. Esto es una…

Esos nueve monolitos a los que te referías los erigisteis en 2001 y contienen los nombres de 900 fusilados y enterrados por el franquismo en Ciriego, nombres que no constaban en el registro del cementerio hasta que tú lograste rescatarlos del olvido…

Y esto es del propio registro de Ciriego, de agosto del 37. Dice «llegan a este cementerio unos 90 cadáveres en cuatro camiones», y entre esos cadáveres hay «dos mujeres y un niño de unos nueve años». Todos fueron a la fosa común, sin registrar sus nombres.

«Unos 90»; ni siquiera los contaron…

Ni siquiera los contaron.

¿Quiénes eran?

Fueron paseados y asesinados principalmente por falangistas y requetés a los dos días de la entrada de las tropas franquistas y después fueron arrojados a la fosa común. El próximo 14 de abril inauguraremos una placa referida a ellos, aunque de los 90 sólo hemos podido poner los nombres de los 26 a los que hemos podido identificar; los demás tendrán que figurar como «desconocidos». Las dos mujeres son Gertrudis Trucío y Flora González Fuente.

Llama la atención lo del «niño de unos nueve años»…

Es especialmente dramático. Cabe deducir que fueron a por sus padres para darles el paseo y se llevaron al niño con ellos.

A otros los fusilaron en la tapia del propio cementerio…

Los monolitos los erigimos a lo largo de las fosas comunes, porque en la tapia exterior los fusilaban, el jefe del piquete los remataba uno por uno, los echaban en unos carros de mano forrados de zinc que tenían dos ruedas de coche y, por una verja que ya no está, los metían a las fosas comunes y los iban arrojando en una zanja, que es donde están los monolitos. Y al final fondo está el trilito, que lo erigimos en el año 80, cuando era alcalde de Santander Juan Hormaechea Cazón. Él nos dejó escoger la manzana -que es la 52, porque era la más espaciosa y donde más fusilados hay- para erigir el trilito, y tuvo ese gesto porque a su abuelo materno, que era de Astillero y maestro nacional, lo fusilaron los franquistas. Cuando hablé con Hormaechea y le dije que íbamos a hacer los monolitos, me dio 100.000 pesetas.

¿Fue una aportación institucional o personal?

No, personal. Pidió el número de cuenta y…

Es curioso…

Cuando voy a visitarlo, le pido colaboración, me da 100.000 pesetas y me dice que en su casa jamás se habló de su abuelo materno. Tengo ahí dos o tres documentos sobre su abuelo, que años después le he llevado en persona. Se emocionó y me agradeció muchísimo que se los llevara.

¿Por qué su nombre y el del resto de los fusilados no constaban en los registros del cementerio de Ciriego?

En cada monolito de los nueve que erigimos en 2001 figuran 100 nombres por orden alfabético, nombres que efectivamente no constaban en el registro porque constaban como «desconocidos»…

¿Pero por qué constaban como «desconocidos»?

Porque el maldito que los desconocía, en virtud del acuerdo de Franco con la jerarquía española…

¿De la jerarquía católica española?

Católica, apostólica y romana. El acuerdo al que llegan en un momento dado -previa reflexión «¿cómo hacemos desaparecer a esta gente, si son miles? ¡miles!»- es «que no quede ni rastro de los rojos». Entonces, así como en Chile y Argentina los cogían, los torturaban, los drogaban, los amarraban al avión, y al agua, aquí no hacía falta, aquí los fusilaban y los des-co-no-cían, de forma que conculcaban el reglamento del cementerio, que exige que cada enterramiento quede acreditado. Aquí se da la orden de que los fusilados se desconozcan, para que no quede constancia de sus nombres, y sólo se ponga, al final de cada mes, el número de ellos. Y el responsable de eso era este maldito: Tomás Soto Pidal…

Otro con calle a su nombre en Santander…

Era el magistrado de la Catedral, y fue al que el obispo Eguino y Trecu puso de jefe del cementerio de Ciriego. Era el encargado de registrar los nombres de los enterrados, y premeditadamente los desconocía, a pesar de que -y ahí queda más demostrado el crimen- cuando el jefe del piquete va a la Prisión Provincial a buscar a los presos que están en capilla, el director de la prisión y el jefe de puerta entregan -rigurosamente comprobado- la relación nominal de los presos que van a ser fusilados.

¿A cuántos fusilaban cada día, más o menos?

La media era de en torno a 13/15, 13/15… ¿Por qué? Porque era la cabida de cada camión. Hubo días de 42 fusilados, con lo cual iban cuatro camiones. Cuando el jefe del piquete llega a la tapia oeste del cementerio, los bajan del camión, los ponen contra la pared, se monta el piquete, «apunten» y «fuego». A continuación, el jefe del piquete saca su pistola y va rematándolos uno por uno, y esos cadáveres -algunos todavía no muertos del todo- los cargan en esos carros de mano forrados de zinc, los meten por la verja que hoy está tapiada y los van arrojando en las fosas comunes. Y luego esos carros llenos de sangre los baldean con agua de la mar para limpiar la sangre…

La imagen es…

Hablamos de fosas comunes, pero el término correcto sería zanjas comunes, porque las fosas comunes suelen ser rurales y de seis, ocho o diez muertos, pero en Ciriego eran zanjas cavadas para cada 100 fusilados. Hoy fusilaban a 13/15: fusilamientos, fosa común, cal viva y un poco de tierra; al día siguiente, a otros 15… o 20 o 30; hubo días de 42: cal viva y un poco de tierra. Un día fue terrible: la zanja igual estaba dos o tres días sin cubrir porque no había llegado a 100, pero esa noche ha llovido, se ha hecho poza y queda un lago sangriento con la sangre de los fusilados y la lluvia que ha caído durante la noche. Un espectáculo terrible. Las zanjas las cavaban los presos que estaban en Corbán…

Tú publicaste sus nombres en 2004, tras una larga investigación que tuviste que hacer tú porque nadie había hecho.

Así es. Y como te decía, el jefe del piquete lleva la lista, pero es que el cura no se la pide. Ahí tengo también los nombres, la relación nominal, de todos los jefes de piquete -con todos los que fusilaron-, porque escribían muy rimbombante y las firmas eran todas legibles, por lo que he podido poner los nombres de ellos y, por las fechas, de los que fusilaban.

Curiosamente, conseguir los nombres de los fusilados fue más difícil que los de esos jefes de piquete…

Es que el jefe del cementerio, Tomás Soto Pidal -que está en un catafalco en La Virgen del Mar- por orden de Eguino y Trecu los desconocía. Ponía la fecha, el número de los que fusilaban, la fosa común a la que los arrojaban y los desconocía, por eso cuando hago la investigación en el registro de Ciriego no tengo los nombres. Entonces tomo nota de la fecha, del número de fusilados y de la fosa común y con esos datos y después de meses de solicitudes consigo entrar al archivo de la prisión, me voy a las fechas e identifico a todos esos desconocidos cuyos familiares iban a Ciriego a preguntar y no los encontraban en el registro. Cuando los identifico -están todos en el libro- exijo al alcalde que se haga un anexo y se ponga como suplemento en el archivo de Ciriego para que cuando vayan las familias puedan decirles si están allí en el cementerio o no. Y lo puse por orden alfabético para que la gente pudiera ver bien si estaba su pariente o no…

No todos eran cántabros…

Cuando las tropas franquistas hacen el copo en Cantabria, aquí venía gente huyendo del País Vasco en dirección Asturias, por lo que cogen gente de Huesca, gente de Gipuzkoa, gente de Bizkaia… gente de todas las provincias limítrofes. Por eso en las zanjas de Ciriego tengo localizados a 52 vascos.

Huyendo iban también los dos republicanos que exhumasteis de la fosa común de Talledo.

Sí, habiendo perdido la guerra en Cantabria tiran el mosquetón y el casco y cuando llegan al pueblezuco de Talledo lo hacen agotados, extenuados, y piden un vaso de agua y un trozo de pan… Bueno, pues no solamente no les dan ni agua ni pan sino que avisan a los falangistas, que vienen y los cogen, los torturan y los asesinan en el pueblo mismo, los cargan en dos mulos y los suben al cementerio del pueblo, que está todavía más arriba. La fosa común está dentro del cementerio, pegada a la pared.

¿Y cómo pudisteis saberlo?

Bueno, pues porque uno de los niños que ven cómo cargan a los dos asesinados en las dos mulas o burros… Ese -que lo vio y lo vivió de niño- es el que nos dijo dónde estaba la fosa común. Estaban enterrados a medio metro y fue relativamente fácil sacar los restos, que tenían las botas conservadas y las suelas casi intactas.

¿Por qué crees que has tenido que ser tú quien haga un trabajo que deberían haber hecho -o al menos promovido o al menos apoyado- instituciones públicas, como en otras comunidades autónomas?

Santander es una ciudad de derechas de toda la vida. ¡De toda la vida! Y no hay que perder de vista que la influencia de la Iglesia, la influencia de los terratenientes, la influencia de los grandes capitalistas, la influencia de Botín, etcétera, condiciona todo. Y es que en Cantabria, y más concretamente en Santander, ha habido épocas en las que el que no andaba recto, no encontraba trabajo o se le excluía o… Santander ha sido toda la vida… Y sigue siéndolo. Y sigue siéndolo. No ha habido nunca un alcalde de izquierdas.

Fuente: http://www.eldiariocantabria.es/articulo/cantabria/hombre-rescato-olvido-millar-victimas-mortales-franquismo-cantabria-denuncia-inaccion-gobierno-parlamento-han-hecho-nada/20190325174557058547.html