Presidente de la Junta Islámica Catalana, director del Congreso Internacional de Feminismo Islámico y editor de Webislam, Abdennur es autor de libros y artículos sobre feminismo, derechos civiles, persecución a las minorías… En su último libro, El Islam como anarquismo místico (Virus editorial), Abdennur propone una perspectiva diferente desde la que observar la realidad y trabajar con ella: frente a oposiciones ficticias generadas y mantenidas por y desde el poder (amigos/enemigos, propio/ajeno, lo occidental/lo islámico, etc.), ofrece una visión conflictiva y, por tanto, no cerrada.
DIAGONAL: En el libro relacionas términos como ‘sometimiento’, ‘siervo’, ‘entrega’, con ‘ayuda mutua’, ‘resistencia’, ‘colectivismo’, ‘oposición a estructuras de poder’, etc. ¿Cómo llegaste a captar esa relación entre islam, anarquismo y mística?
ABDENNUR PRADO: La relación entre islam, mística y anarquismo se me presenta de forma natural, es algo que comparto con muchos musulmanes. Al afirmar que el islam es la relación directa que existe entre Al-lâh y cada una de las criaturas, estamos proponiendo una vía mística, que no pasa por ninguna mediación instituida. Para acceder a la ‘fuerza matriz’ que mueve el universo no necesitamos de iglesias, ni de consejos de ulemas, ni de sacerdotes… No aceptamos como absoluto ningún poder humano, ningún saber humano, ninguna ley humana… Podemos aceptarlos por necesidad, pero sabiendo que se trata de meras convenciones. Me entrego a Al-lâh y en esa entrega me libero, en la medida en que lo hago desde mi propia capacidad y entendimiento. Ése es el radicalismo al que el islam nos invita: asumir la libertad del hombre del desierto. Y convivir con el resto de las criaturas desde esa entrega, desde esa conciencia, desde esa libertad. No hablo de grandes teorías, sino de un gesto cotidiano.
D.: Al hilo de la crítica de Bakunin a la religión, apuntas que se trata de una crítica a su orden jerárquico, de inspiración eminentemente cristiana. ¿No se da esta ligazón entre religión y Estado en los países de mayoría religiosa musulmana?
A.P.: ¡Por supuesto que se da! La connivencia de hombres religiosos con el poder mundano es un arquetipo universal, de la cual no se libra ninguna tradición. Ni siquiera el islam, que en teoría surgió para erradicar dicha connivencia… Consejos de ulemas, clérigos al servicio del poder, y sus consecuencias: violencia religiosa, machismo, homofobia, patriarcado, discriminaciones hacia las minorías… Todo eso se produce hoy en día en nombre del islam. El islam ha sido transformado paulatinamente en una religión al servicio del poder. Por eso considero tan urgente volver a lo básico, a realizar la experiencia de la revelación, aquí y ahora, y recuperar la naturaleza anarquista y libertaria del islam. Y, muy especialmente, el discurso de igualdad social y de lucha contra la opresión que está en su origen. Por eso, creo que es muy sano para el islam contemporáneo el aplicarle la crítica atea de la religión. Aunque para nada nos sirve ese materialismo zafio que reduce al ser humano a un consumidor-productor, y que hoy en día es el mejor aliado de la globalización corporativa.
D.: Al capítulo «La revelación como revolución» objetaría que la revelación es individual y la revolución colectiva. Esa tensión entre lo individual y lo colectivo que hay en el anarquismo, ¿se da también en el islam?
A.P.: Antes que la gallina y el huevo, esta Al-lâh. Es decir: la ‘realidad’ es una, pero nuestra percepción lineal y fragmentada no logra captar la totalidad de los procesos. Estamos separados por nuestros egos limitados, por nuestros egoísmos, y no somos capaces de reconocernos en el otro. Por eso necesitamos de la revelación: entrar en comunicación con la ‘realidad’ directamente. En este sentido, la revelación es aquella fuerza capaz de romper con nuestro solipsismo de criaturas, y ponernos a disposición los unos de los otros. La tensión entre individuo y colectividad se resuelve en la comunidad, como espacio en el cual cada individuo ocupa su lugar de forma natural. Esa es la prueba de fuego de que realmente hemos abandonado nuestros egoísmos, sin renunciar a ser lo que somos. Por eso es tan importante oponer la idea de comunidad a la idea del Estado, o de macro estructuras de poder en las cuales somos devorados por la masa.
D.: Aparte del interés y las ganas de debatir que despierta su lectura, ¿qué crees que puede aportar el Islam como anarquismo místico al debate sobre las luchas antiautoritarias?
A.P.: Sería pretencioso para mi pretender aportar algo… En cualquier caso, desde una óptica libertaria siempre existe un placer en dinamitar tópicos, en hacer saltar en pedazos barreras mentales heredadas, y hacer surgir nuevas posibilidades. Por mi parte, cada vez tengo más claro que lo que distingue a los seres humanos no es si se consideran o no creyentes, ni las etiquetas mediante las cuales nos «identificamos». Tengo claro que diferentes anarquistas son más dignos representantes de los valores del islam que muchos supuestos musulmanes. Y he visto una auténtica conciencia libertaria en comunidades musulmanas que ni siquiera sabían que eran anarquistas…
«EL CORÁN NO DICE NADA SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD»
D.: ¿Cuál es el estado de salud del movimiento feminista islámico? ¿Qué tareas desempeñas como codirector del Congreso Internacional de Feminismo Islámico?
A.P.: El feminismo islámico es una realidad emergente. Ahora se trabaja en varias direcciones: re-lectura del Corán con perspectiva de género, concienciación y divulgación entre las bases, reforma de los códigos de familia patriarcales, fortalecimiento de redes transnacionales, colaboración entre feministas creyentes y no creyentes, etc. Se trata de una tarea inmensa, imposible de resumir aquí. Como codirector del Congreso, me limito a actuar como posibilitador. No tratamos de presentar el feminismo islámico como un movimiento monolítico, ni corroborar nuestra visión previa mediante la selección oportuna de ponentes, sino de reunir diferentes perspectivas y contextos.
D.: ¿Qué dice el Corán de la homosexualidad?
A.P.: A pesar de lo que se pretende, insisto en que el Corán no dice nada sobre la homosexualidad… Es cierto que tradicionalmente se han interpretado los pasajes sobre el pueblo de Lot como una condena a la homosexualidad, pero esto no resiste el más mínimo análisis. Primero, porque el Corán no menciona el amor entre dos hombres, sino la promiscuidad sin freno y la violación. Hay algunos que confunden lo uno con lo otro, pero con ello tan sólo demuestran hasta qué punto los prejuicios heredados se proyectan sobre la lectura del Corán. Por otro lado, hay algunos versículos coránicos que permiten intuir una aceptación de la homosexualidad.
«Atracción y rabia»
«Webislam es un ejemplo de muchas de las cosas que he tratado de plasmar en este libro. No se trata de militancia anarquista, sino de una comunidad interpretativa, basada en la hermandad y en la ayuda mutua, en la cual no existen jerarquías artificiales. Desde esta plataforma hemos sido capaces de elaborar un discurso islámico contemporáneo, creativo y crítico tanto con el poder constituido como con las estructuras religiosas conservadoras. De ahí tanto la atracción como la rabia que genera… Webislam es el marco en el cual se ha desarrollado mi visión del islam como anarquismo místico
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/El-islam-ha-pasado-al-servicio-del.html