¿Papeles reales o papeles cambiados? Política exterior, política interior y propaganda: Jefe de Estado Mayor, general Sanz Roldán; ministro de Defensa, José Bono; y presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero. Guerra antiterrorista en todos los ámbitos y la OTAN funcionando como la única referencia de la «política de seguridad y de defensa»: ése es el planteamiento […]
¿Papeles reales o papeles cambiados? Política exterior, política interior y propaganda: Jefe de Estado Mayor, general Sanz Roldán; ministro de Defensa, José Bono; y presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero. Guerra antiterrorista en todos los ámbitos y la OTAN funcionando como la única referencia de la «política de seguridad y de defensa»: ése es el planteamiento del general Sanz Roldán, que se condujo con la autoridad de un general Pentagonal en asuntos propios de Zapatero. La Guardia Civil como instrumento de confianza para acabar con ETA en lugar de las «propuestas ambiguas»: ése es el sabotaje descarado de Bono que actuó por encima del Congreso y de su propio jefe de Gobierno. Zapatero, entre tanto, se ofrecía como símbolo y voz de la izquierda europea y pedía el Sí en el referéndum de Francia.
En un fin de semana de gran intensidad informativa, con un reparto de papeles llamativamente contradictorio y cuya jerarquía real se irá definiendo progresivamente, Zapatero se dio un batacazo buscando la gloria europea, Bono insistió en boicotear la resolución del Congreso sobre la negociación con ETA, y el Jefe de Estado Mayor de la Defensa definió las líneas generales de la política exterior del gobierno.
Bono negó el «mandato de negociación» con ETA que había aprobado el Congreso, y el principio que lo sustenta: el diálogo y la negociación como instrumento y método para la resolución de un conflicto político y camino para llegar a la paz en Euskadi. Lo hizo de manera radical y con su estilo característico: afirmó que para acabar con ETA, confía más en la Guardia Civil que en las ‘propuestas ambiguas’ de su presidente del Gobierno.
El Jefe de Estado Mayor definió la política internacional con maneras de general Pentagonal. Sanz Roldán descubrió o fijó los ejes básicos de la política de seguridad y defensa que son también los de la política exterior del Gobierno.
El viaje a EEUU que hizo Bono para «reconstruir» las relaciones con los EEUU ha sido, al parecer, bien aprovechado. Al menos por su jefe militar. En una entrevista publicada en el diario ABC con motivo de la celebración del Día de las Fuerzas Armadas -reproducida ayer por inSurGente-, el Jefe de Estado Mayor de la Defensa, general Sanz Roldán, explicó algunos de los «conceptos» de la defensa nacional.
El principal es la doctrina bushiana sobre la naturaleza de la amenaza -el terrorismo- y la identidad básica de todas sus expresiones: «Yo no distingo entre terrorismo nacional e internacional». «Los terroristas no deben tener adjetivos calificativos: son terroristas, punto». El terrorismo es todo uno y no se define. Es una cuestión digital: se señala.
A partir de ahí, el Jefe de Estado Mayor, considera utilizables a las Fuerzas Armadas en Euskadi. Sólo lo desaconseja un problema de imagen, no de las propias fuerzas armadas, sino de su antagonista: «Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en vanguardia, y los ejércitos a su lado, cada vez que sea necesario. Hay países que utilizan los ejércitos desde hace cuarenta años, como los británicos en el Ulster, aunque España prefiere el uso de la fuerza policial para remarcar el carácter delincuente de los terroristas».
El general, que asume tranquilamente, sin corregir, la estructura de mando que le plantea el periódico: «el militar con más autoridad de España, sólo por debajo del rey», se sitúa después dentro de la estructura de la OTAN como el único lugar natural de las Fuerzas Armadas y el eje de la política de exterior y de defensa.
«Pronto constituiremos la ‘guardia’ de la Alianza» dice refiriéndose al próximo mando de la componente terrestre de la Fuerza de Respuesta Rápida de la OTAN.