Nos encontramos con un libro singular, servido a domicilio, lujosamente impreso, 160 páginas a todo color, de 35×22 cm y, sobre todo, gratis total. Hasta aquí podría ser normal, pero resulta que el libro, no es que sea anónimo, ya que está editado e impreso por una gráfica madrileña. No hay autor ni del texto, […]
Nos encontramos con un libro singular, servido a domicilio, lujosamente impreso, 160 páginas a todo color, de 35×22 cm y, sobre todo, gratis total. Hasta aquí podría ser normal, pero resulta que el libro, no es que sea anónimo, ya que está editado e impreso por una gráfica madrileña. No hay autor ni del texto, ni de las fotos, ni código de barras, tirada, nada que pueda dar una pista de a quién atribuir la paternidad. Eso sí, legalidad ante todo, tiene número de depósito.
«Construyendo Asturias en Gijón» es el título del libro dedicado a Gijón. El resto de Asturias se construye con otros cinco libros. Los proyectos realizados o en ejecución son recogidos con fotos, entrevistas, presupuesto y el nombre de la empresa adjudicataria, cuando la obra no es anónima, como lo es en muchos casos, con lo que se destapa la primera sorpresa.
Haciendo una simple tabla de sumas y conceptos resulta que: Obras finalizadas 33, en las que han participado 28 empresas, de las que cuatro tienen más de una obra, por un importe de 94 millones de euros. Pero otras 27 obras con un presupuesto de 71,5 millones de euros, también han finalizado, pero anónimamente; no se indica quién la ejecutó. Extraño, cuando menos. No se incluye los 252,8 millones destinados a la autovía minera y a la carretera Gijón-Oviedo.
Siguiendo con la tabla: Obras en ejecución, sólo 8, con un presupuesto de 55,8 millones, que están siendo realizadas por 12 empresas, de las que cuatro, están en dos obras o más, pero en cambio 36 proyectos, presupuestados en 108 millones, son anónimos. Para que salgan las cuentas no se incluyen, nada menos, que 197 millones, destinados también anónimamente a incentivos y aportaciones a empresas y a fomento del empleo y los destinados a la remodelación de la Universidad Laboral. Tampoco se incluyen los 579 millones para la ampliación del Puerto de Gijón, ni los 129 para la autovía Gijón-Oviedo.
En el libro hay 16 páginas completas de anuncios, de las que 15 son de empresas constructoras y sólo una no es de la construcción, sino proveedora de mobiliario de oficina. Así parece que la única actividad es la construcción (y los únicos agradecidos)
Tres adivinanzas tiene este juego ¿Quién financia el libro (los seis libros)? ¿A quién benefician los libros? Y ¿por qué los han financiado las empresas que lo hayan hecho, anunciantes o no? La respuesta, cuando menos, no es fácil, y lo mismo que los colores, va del blanco al negro, cada uno puede dar cualquier solución al acertijo, porque todo es posible.
Una treintena de empresas gastan su dinero graciosamente en dar jabón al Gobierno Autonómico y al Municipal. Las gracias son libres entre empresas, si estas lo consienten, pero no con la Administración y no es necesario explicar las razones. Si estas dádivas son públicas, en privado ¿cuánto y por qué no más generosidad? Aunque ni las primeras ni las segundas sean lícitas. La campaña electoral parece que ya se ha iniciado. Para más intriga, este túnel finaliza con el comienzo de otro, e IU, socio incondicional de ambas Administraciones, propone una comisión del parlamento regional, es decir, los mismos en el banquillo que en la mesa, así todo resuelto,… menuda oposición.
La ausencia de una ley de financiación de los partidos, una ley electoral que propicia desmesuradamente el bipartidismo, como ha sucedido –aparte de otras cuestiones–, posibilitan este tipo de juego tan peligroso y poco claro, de tal modo que la sociedad, tan propugnada como democrática, queda al margen e indefensa ante cualquier,… digamos anomalía, ya que no hay manera de realizar el más mínimo control, pues el juego se reduce a tuya o mía; a hoy por ti y mañana por mí. Sorprende que en un tema tan delicado, nadie inicie una investigación. La sospecha, no es sinónimo de culpa, pero desde luego no puede ser sinónimo de inocencia, como está sucediendo. Tan absurdo –y delictivo– es considerar al sospechoso como culpable, como considerar la sospecha como indicio de inocencia. Parece lo más normal que, ante algo tan «raro», con benefactores y con beneficiarios tan relacionados y dependientes, que algún Fiscal o a quién le corresponda, no inicie algún procedimiento que conduzca a esclarecerlo, en el sentido que sea. Mientras, la mosca, sigue detrás de la oreja, pues los indicios son más que razonables y de no resolverlos acaban siendo todos culpables, por acción u omisión, entre otras cosas.
Muchos millones de euros están en juego, y parece que dan para jugar con libros ensalzadores de grandes hazañas, que en algunos casos no corresponden a los políticos tan homenajeados y, en otras, tales proezas ya han acabado hace años. Creo que en la mente de todos está lo de aquél tres por ciento, de un político en activo, y que sigue en activo.
Siempre se ha dicho, que la mujer del César, además de serlo, ha de parecerlo, pero en la cosa política, añadiría, que también convendría demostrarlo. Pero los tiempos cambian, ahora ni siquiera es necesario parecerlo y, con esta lógica, ni serlo.