Afirma que al Oeste están los anarquistas, y que luchan juntos, son camaradas de armas para derrotar al fascismo y hacer juntos la revolución de los obreros y los campesinos. Son palabras -en medio del combate- de Juan Vidal (el actor Marc Martínez), miembro del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), incluidas en el trailer […]
Afirma que al Oeste están los anarquistas, y que luchan juntos, son camaradas de armas para derrotar al fascismo y hacer juntos la revolución de los obreros y los campesinos. Son palabras -en medio del combate- de Juan Vidal (el actor Marc Martínez), miembro del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), incluidas en el trailer de la película Tierra y Libertad, estrenada en España en 1995. «El Gobierno (republicano) de Valencia dice que se acabaron los milicianos, y que hemos de formar parte del nuevo ejército popular comunista», asegura Vidal en otra secuencia. El grito, en forma de pregunta, de una mujer del pueblo aproxima también al contenido del filme: «¿Por qué no vais a matar a los fascistas, en vez de mataros los unos a los otros?» Al igual que las esperanzas -durante una asamblea-, de uno de los trabajadores que participa en las colectivizaciones: «Pero esta tierra nos pertenece, compañeros; de aquí tenemos que sacar la fuerza para continuar luchando».
Tierra y Libertad, del realizador británico Ken Loach, de 83 años, se anunció como la experiencia de un joven comunista en paro (David Carr, el actor Ian Hart), que en otoño de 1936 viaja desde Liverpool a España para luchar contra el fascismo; se enrola en el POUM, conoce y batalla con otros voluntarios internacionalistas; mantiene una relación sentimental con una miliciana -Blanca, interpretada por la actriz Rosana Pastor («Los estalinistas traicionan la revolución, nos llaman socialfascistas», afirma); el miliciano resulta herido en el frente de Aragón y hospitalizado en Barcelona, donde vive el conflicto en la retaguardia republicana (mayo de 1937). Los protagonistas «defienden los ideales de igualdad entre las personas, compartir tierra y bienes sin existencia de clases sociales», apuntaron las reseñas.
Ken Loach participó en un acto celebrado el 29 de noviembre en el Centre La Nau de la Universitat de València, para conmemorar el 25 aniversario de Tierra y Libertad; convocaron la jornada, además de la Universitat, los sindicatos CGT y Comisiones Obreras, el Col·lectiu Alba, la plataforma de Familiars d’Afusellats Fosses de Paterna y Rosana Pastor, que recibió en 1996 -por el papel de Blanca- el Premio Goya a la mejor actriz revelación.
«El mayor homenaje que hoy podemos hacer a los luchadores antifascistas es enfrentarnos a la extrema derecha; esta vez no aparecerán con botas de combate, pero hemos de estar atentos: planean el apoyo a la explotación laboral y del planeta que piden las grandes empresas; miren lo que está haciendo Trump…», señaló el director en el Centre La Nau.
Adscrito al realismo social británico, el director de El espíritu del ’45 (2013) y Jimmy’s Hall (2014) defendió el valor de la solidaridad internacionalista, como ocurrió durante la II República (más de 35.000 brigadistas llegaron a España de 53 países para combatir a los llamados rebeldes; murieron cerca de 9.000 voluntarios); Ken Loach destacó también el movimiento solidario con la Revolución Sandinista en Nicaragua, que derrotó en el verano de 1979 al dictador Somoza; y con Palestina (750 personas de 40 países promovieron la Flotilla de la libertad, en mayo de 2010, para romper el bloqueo a Gaza; el ataque a la flotilla por parte del ejército de Israel se saldó con 10 activistas muertos).
Sobre el oficio de cineasta, Loach subraya la importancia del trabajo en equipo. Rebecca O’Brien es la productora de Tierra y Libertad, y de otros filmes del director británico desde que empezaran a colaborar en Agenda Oculta, de 1990 (la película trata del asesinato de un activista estadounidense que investigaba, durante el gobierno de Thatcher, los abusos de las fuerzas de seguridad británicas en Irlanda del Norte); ha producido Mi nombre es Joe (1998), sobre las circunstancias de un exalcohólico en paro que sobrevive en un barrio empobrecido de Glasgow; Pan y rosas (2000), acerca de la lucha contra la explotación de las obreras migrantes en Los Ángeles; El viento que agita la cebada (2006), sobre la rebelión irlandesa contra el imperialismo británico en las primeras décadas del siglo XX; o Yo, Daniel Blake (2016), en torno al laberinto burocrático que afrontan los parados ingleses. Del equipo de Ken Loach formó parte también Jim Allen -guionista de Tierra y Libertad-, quien además de escritor fue obrero de la construcción y en la minería; y sobre todo, Paul Laverty, guionista habitual de Loach desde 1996 (La canción de Carla).
Un antecedente directo de Tierra y libertad es el libro testimonial Homenaje a Cataluña, que un voluntario alistado al POUM en la guerra de España -George Orwell-, publicó en 1938. Al llegar a Barcelona, en diciembre de 1936, observó respecto a la CNT, el proceso de autogestión y las colectivizaciones: «Los trajes ‘elegantes’ eran una excepción, nadie daba ni recibía propinas, los camareros, las floristas y los limpiabotas le miraban a uno cara a cara y le llamaban ‘camarada’. Yo no había sabido ver que todo esto se debía principalmente a una mezcla de esperanza y camuflaje (…)». Sobre su experiencia en Aragón, el escritor apunta -como eje del sistema de milicias- que oficiales y soldados tenían la misma remuneración, comida y ropa; además las órdenes se daban entre camaradas, no de modo vertical, y se intentó «una especie de modelo provisional y vivo de la sociedad sin clases».
Otro punto de referencia para la película es el Cuaderno Rojo de la Guerra de España (1937), de los militantes trotskistas (y feminista) Mary Low y Juan Breá (la editorial Virus publicó en marzo de 2019 la primera edición en castellano). La joven pareja de periodistas, miembros del movimiento surrealista, recaló en la Barcelona revolucionaria (verano de 1936), Aragón, Madrid, Toledo y Sigüenza (Guadalajara); «la única perspectiva ofrecida a España por el estalinismo es ganar la guerra y perder la revolución (…). Aunque, a fin de cuentas, ¿para qué? La gente no tendrá nada, ni tan siquiera el aliento de la democracia», concluye la crónica.
Mirambel es un municipio de la provincia de Teruel con poco más de 100 habitantes, en la comarca del Maestrazgo, cuyas principales actividades son las agropecuarias y el turismo. En esta localidad y su entorno, Ken Loach rodó -entre mayo y junio de 1994- la mayor parte de Tierra y Libertad (también grabó en Teruel, Barcelona y Liverpool). El pasado 30 de noviembre Loach participó en Mirambel en una jornada conmemorativa del 25 aniversario de la película; ya en 2017 se impulsó una ruta turístico-cultural por los escenarios de la filmación: la Casa Masas (duelo por la muerte de Coogan, el miliciano irlandés); la Casa de los Julianes (una asamblea discute sobre la colectivización de la tierra); o la iglesia de Santa Margarita, desde donde dispara el sacerdote.
El periodista Mario Ornat difundió la historia del rodaje en el libro Bienvenido, Míster Loach (Doce Robles, 2015). «Todos los escenarios de sus películas -exteriores e interiores- son reales; en los repartos mezcla actores profesionales con otros que no lo son, integrando siempre a personas de las comunidades en las que localiza su historia», explica Ornat en el plano de la ruta, editado por el Ayuntamiento de Mirambel y el Gobierno de Aragón; en Tierra y Libertad actuaron más de 200 extras, de Mirambell, el Mestrazgo y otras provincias cercanas.
14 horas diarias, seis días a la semana; la flexibilidad se considera un plus y la furgoneta es preferible alquilársela a la empresa; el margen para el reparto de los paquetes es de una hora, para orinar el trabajador necesita una botella de plástico y, expone el encargado, «no puedes fallar jamás». Son las condiciones ofrecidas a un falso autónomo en la última película de Ken Loach (con guión de Paul Laverty), Sorry We Missed you, proyectada por CGT-València dentro de las XXI Jornades Llibertàries. «En Inglaterra sufrimos los efectos de un capitalismo durísimo; el proceso, que llamamos neoliberalismo, se inició en la época de Thatcher con la destrucción de los sindicatos», recordó Ken Loach en la Universitat de València.
El cineasta se hizo eco del informe del Relator de Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Philip Alston (mayo 2019), tras su visita al Reino Unido: cerca de un 20% de la población -14 millones de personas- vive en la pobreza (de las que 1,5 millones en la pobreza extrema); el Relator prevé además que, en 2021, el 40% de los niños sufra de penuria; además, «millones de empleados dependen de diversas formas de donativos para sobrellevar esta situación», lo que la ONU calificó en un comunicado de «proyecto ideológico diseñado para cambiar de forma radical la relación entre el Gobierno y la ciudadanía».
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