La crisis de modelo económico en la que vivimos, agravada por las políticas de recortes sociales, ha generado niveles de desigualdad y exclusión social sin precedentes. Asimismo, la creciente movilización social como muestra del descontento generalizado hace, si cabe, más urgente la necesidad y la posibilidad de plantear una respuesta a las políticas económicas imperantes. […]
La crisis de modelo económico en la que vivimos, agravada por las políticas de recortes sociales, ha generado niveles de desigualdad y exclusión social sin precedentes. Asimismo, la creciente movilización social como muestra del descontento generalizado hace, si cabe, más urgente la necesidad y la posibilidad de plantear una respuesta a las políticas económicas imperantes. Es en este contexto en el que se piensan y se ponen en marcha nuevos proyectos, como los mercados sociales, que desde la práctica tratan de visibilizar, fortalecer y reivindicar las iniciativas económicas solidarias como realidades viables, escalables y, por tanto, alternativas al modelo económico actual.
En todas las fases del ciclo económico encontramos iniciativas económicas basadas en los principios y valores de la economía solidarias: cooperativas de trabajo y empresas de inserción en la producción, comercializadoras éticas y tiendas de comercio justo y productos agroecológicos en la distribución, herramientas de sensibilización y grupos de consumo responsable, y entidades de finanzas éticas en campo financiero. En muchos casos estas iniciativas funcionan de manera muy dispersa, con pocas herramientas formales de cooperación entre ellas, y esto les resta potencia como alternativas sólidas.
Detrás del Mercado Social hay un proceso de reflexión que nace de las entidades de la economía social y solidaria (ESyS) – agrupadas entorno a la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS). Dentro de esta Red, las entidades llevan años buscando espacios de cooperación, fortalecimiento e interrelación, dando pasos hacia un modelo de producción y consumo que ponga en el centro de las relaciones económicas a las personas y que fomente prácticas más justas y democráticas, comprometidas con el entorno y basadas en la satisfacción de necesidades reales. El Mercado Social surge para dar forma a estos objetivos.
El principio básico para crear mercados sociales es la intercooperación integral, tal y como se expone en su página Web el Mercat Social Catalán, Esto significa que cada una de las organizaciones y sus miembros tienen que ser protagonistas activos en la producción, la comercialización, el consumo y el ahorro. A partir de este principio se ponen los recursos, los mecanismos y la inteligencia colectiva necesaria para impulsar «Una red de producción, distribución y consumo de bienes y servicios que funciona con criterios éticos, democráticos, ecológicos y solidarios, constituida por empresas y entidades de la economía social y solidaria junto con consumidores y consumidoras individuales y colectivos. Cuyo objetivo es que esta red permita cubrir una parte significativa de las necesidades de sus participantes y desconectar la economía solidaria de la economía capitalista, tanto como sea posible».
En la medida en que la red vaya consolidándose localmente y creciendo estatalmente podrá ir cubriendo cada vez más necesidades socioeconómicas y ser más viable. Para ello tendrá que experimentando nuevas formas de producir, consumir, invertir y vivir cualitativamente mejores.
Algunos ejemplos como los de la cooperativa de consumidores de energía Som Energía o la cooperativa de crédito Fiare nos demuestran la capacidad que tenemos como comunidades conectadas en el territorio físico y en las redes para hacer posibles proyectos económicos fundamentales.
Después de varios años de trabajo, hay lugares donde el desarrollo de los mercados sociales ha sido mayor. Es el caso de Aragón, Euskadi, Navarra, Catalunya o Madrid. Su articulación estatal no está muy lejana si tenemos en cuenta tres grandes pasos que se darán: La presentación de la Web 2.0 del Mercado Social, la finalización exitosa de una campaña estatal de microdonaciones a través de la plataforma Goteo y la constitución de una cooperativa estatal mixta.
La creación de esta cooperativa estatal fundamentalmente pretende fortalecer los espacios de producción, comercialización y consumo de la economía solidaria. Tiene dos dimensiones inseparables: una política (para promover alternativas, sensibilizar sobre el consumo responsable…) y otra económica (para generar más y mejores mercados donde poder comprar y vender los productos y servicios de la economía solidaria). La escala estatal del proyecto permite ampliar la visibilidad e impacto de este movimiento más allá de sus contextos locales, promover alianzas político-económicas con redes de la economía alternativa y movimientos sociales de carácter estatal así como ofrecer un marco de principios compartidos y algunos servicios supra-locales. REAS Red de Redes, Ecologistas en Acción, Fiare Banca Ética, Coop57, Arç Seguros, Diagonal Periódico, Ideas Comercio Justo, Reas Euskadi, Reas Navarra, Reas Aragón, Xes, Reas Galicia, Reas Rioja, Reas Madrid,… son las entidades y redes promotoras de la constitución de esta organización cooperativa estatal de impulso del Mercado Social.
La auditoría social como mecanismo de control democrático de la producción
El Mercado Social tiene como objetivo construir un movimiento social con una clara perspectiva de alternativa económica y para ello debe dotarse de herramientas que permitan verificar el cumplimiento de los principios del Mercado Social en el día a día. Entendemos la ética como una praxis constante que se mide mediante la transparencia y la participación.
Con ese objetivo, estamos desarrollando un sistema de Auditoría Social siguiendo un proceso deliberativo, democrático y participado tanto por las organizaciones y empresas proveedoras como por las personas y grupos consumidores. Un sistema de certificación que mida las aportaciones sociales de cada entidad y que también ayude a detectar las carencias y a formular objetivos de mejora. Difundir con claridad la responsabilidad y el compromiso que asumen las entidades del mercado social también es un objetivo de la auditoría.
Las entidades proveedoras de bienes y servicios que participan en el Mercado Social se comprometen así a ir mejorando en el cumplimiento de unos criterios comunes establecidos: respeto al medio ambiente, empleo estable y de calidad, inserción de colectivos desfavorecidos, compromiso con el entorno, democracia y participación, equidad, sin ánimo de lucro, Igualdad, cooperación, transparencia, fines sociales, arraigo en el territorio, calidad entre otras… Los avances se irán contrastando a través de un sistema de evaluación y acompañamiento continuo (un Balance Social).
¿Qué es la moneda social y en que se diferencia del euro?
Algunos desarrollos territoriales del Mercado Social como el madrileño o el catalán han puesto en circulación monedas sociales complementarias al Euro. Tanto los Ecosols como los Boniatos son un instrumento facilitador para conseguir relaciones económicas igualitarias en la actividad económica real que se dan entre las entidades y personas participantes del Mercado Social. Son monedas locales basadas en la confianza, la cercanía y el conocimiento mutuo. No producen interese, por lo que no tiene sentido acumularlas y esto elimina la posibilidad de especular con ellas, favoreciendo una alta rotación de la mismas, un aspecto fundamental para que aumenten los intercambios dentro del ciclo económico. En este sentido, nunca hay escasez de moneda, sino que existe tanta como riqueza o trabajo real existe en el Mercado Social. Ni los Boniatos ni los Ecosols tienen una representación física (billetes o similar) salvo en ocasiones espaciales como por ejemplos las Ferias. Los intercambios de estas monedas se realizan a través de procedimientos electrónicos, mediante una interfaz web en la que cada persona usuaria dispone de una cuenta propia en moneda social.
El Mercado Social y el trabajo hacia la soberanía alimentaria
El Mercado Social es un espacio donde los consumidores responsables ejercen su soberanía alimentaria fomentando canales de distribución alternativos para los alimentos en los que se pone el acento en las condiciones de producción. Las entidades que proveen alimento están generando una relación de cercanía productor-consumidor que les empodera localmente y permite el desarrollo de una inteligencia colectiva al servicio de la sociedad. El Mercado Social prioriza los métodos de producción ecológicos y espera contribuir al respeto de la naturaleza protegiendo al medio ambiente del impacto de métodos de producción intensivos como la agricultura monocultivo, la pesca destructiva y la explotación ganadera industrializada.
El Mercado Social surge de entidades con amplio recorrido en promover valores sociales y laborales que garanticen la dignidad de las personas y asegurar criterios de equidad que disminuyan las diferencias e injusticias sociales. Desde este punto de vista, el Mercado Social puede ayudar a consolidar los procesos de certificación participativa que en diferentes territorios se están produciendo en el ámbito de la soberanía alimentaria.
Comisión de difusión del Mercado Social de Madrid
Fuente: www.konsumoresponsable.coop