El Ministerio llegó a un «trato» con la asociación de pueblos nucleares para que presentaran candidatos a albergar el almacén
El Gobierno tuvo que poner dinero sobre la mesa para encontrar pueblos dispuestos a albergar el almacén temporal centralizado (ATC) que custodiará las 6.700 toneladas de residuos nucleares de las centrales españolas. El Ministerio de Industria hizo un «trato» con la Asociación de Municipios en Áreas Nucleares (AMAC) por el que se comprometió a aumentar hasta 8,25 millones de euros cada año la suma que reciben, según fuentes de la negociación, con la condición de que presentaran candidatos a quedarse con el vertedero atómico. El Ministerio niega tal acuerdo.
Los pueblos nucleares recibieron en 2009 más de 20 millones de euros, según la contabilidad de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa). Los 69 municipios de la AMAC, incluidas todas las localidades con centrales atómicas, se reparten la mayor parte de esta cantidad, procedente de las cuotas que pagan las compañías eléctricas propietarias de los reactores.
El trato apalabrado entre Industria y los pueblos nucleares era que sin candidatos no habría dinero, y viceversa. El 29 de diciembre, el mismo día que el Ministerio publicó en el Boletín Oficial del Estado la convocatoria para elegir el emplazamiento del ATC, el departamento de Miguel Sebastián cumplió su parte y abrió el grifo del dinero, al arrancar el proceso para modificar la Orden Ministerial de asignación de fondos a municipios nucleares.
El mínimo se multiplica
El borrador de Orden Ministerial crea una nueva partida de hasta 7,55 millones de euros anuales para cofinanciar «actividades de desarrollo local» en los pueblos atómicos, aquellos situados a menos de 20 kilómetros de una central. Además, el borrador asume otros puntos pactados, como que el mínimo que recibirá cada municipio ascenderá hasta los 100.000 euros. En la actualidad, hay pueblos que cobran 30.000 euros o menos por encontrarse en las cercanías de una planta atómica. Con este cambio, el conjunto de los municipios atómicos recibirá 700.000 euros más cada año, según fuentes de Industria. El arreglo entre la AMAC y el Ministerio, sumada la cofinanciación y la subida del mínimo, supone 8,25 millones de euros más cada año.
El 11 de enero, en la última reunión directiva de la AMAC -a la que acudieron los alcaldes de Yebra (Guadalajara) y Ascó (Tarragona), además del resto de regidores de pueblos con reactores-, el gerente de la asociación, Mariano Vila dAbadal, comentó que «la Orden [prometida por el Ministerio para incrementar el dinero] ya está en trámite de audiencia» y aseguró: «Si AMAC presenta candidatos esto llegará al final», según el acta de aquella reunión, a la que ha tenido acceso Público.
«El compromiso de AMAC es presentar candidatos, si no los presentamos no habrá Orden. El día que han publicado la convocatoria del ATC ha salido la Orden Ministerial, con lo que el Ministerio ha cumplido la palabra. No podemos sembrar la sospecha», advirtió el gerente a los alcaldes. El regidor de Vandellós, Josep Castellnou, insistió en la importancia de cumplir el pacto: «El trato era este, el trato era que si presentamos candidatos se modificaba la orden». Diez días después, el 21 de enero, poco más de una semana antes de que expirara el plazo, Yebra se presentó como primer candidato. Al día siguiente, Ascó dio también un paso al frente.
La AMAC forzó el trato con Industria en julio de 2009, cuando dio una patada en la mesa de la negociación y aseguró que no presentaría ningún candidato. En un comunicado, la asamblea de la asociación cargó contra el Gobierno: «No existe ningún organismo ni institución en el Estado que pueda asumir la dirección del proceso con garantías de transparencia, información y participación para los municipios ni para la población».
Miedo al concurso
Tras la amenaza, portavoces del secretario de Estado de Energía, Pedro Marín, prometieron poner dinero sobre la mesa. Industria temía que si la AMAC no presentaba candidatos, ningún otro pueblo de España se atrevería a ser el primero, el concurso quedaría desierto y el Gobierno se toparía con otro desatino en materia de energía nuclear, tras la gestión de la prórroga de la central de Garoña, según fuentes de la negociación. Una vez que Yebra y Ascó abrieron el melón, 12 pueblos sin tradición nuclear se apuntaron in extremis o incluso fuera de plazo a la carrera por el ATC.
La recompensa por la colaboración de los pueblos nucleares podría aumentar. La AMAC ha pedido al Ministerio más dinero para la zona de Almonacid de Zorita. Su planta cerró el 30 de abril de 2006, sin que el Gobierno ofreciera alternativas económicas al monocultivo nuclear. Paradójicamente, el Ejecutivo prevé 1,05 millones de euros anuales para amortiguar los efectos del cierre del reactor de Garoña, previsto para 2013. La AMAC ha pedido a Industria que trate los dos casos por igual y los negociadores del departamento de Miguel Sebastián «han confirmado que sí lo aceptarán», según consta en el acta de la reunión del 11 de enero.
Los pueblos nucleares también han pedido al Ministerio que el emplazamiento del ATC, previsiblemente Ascó o Yebra, comience a cobrar su asignación anual de 7,8 millones de euros en cuanto se conozca el ganador, antes del verano. Industria quiere demorar este desembolso y contempla empezar a pagar cuando comience el almacenamiento de residuos nucleares en el ATC, como pronto en 2015.
Un centenar de interesados
Fuentes del Ministerio niegan el cambio de dinero por candidatos. «No hay tal acuerdo. La Orden Ministerial tenía que salir a la vez que la convocatoria para elegir el emplazamiento del ATC, para que se conociera la asignación que recibirá el pueblo [la suma está explicitada en la Orden]», aseguran estas fuentes. «Llevábamos tiempo dando vueltas al tema de la cofinanciación de proyectos de desarrollo local en estos pueblos, para evitar el monocultivo nuclear», explican. Industria también rechaza la hipótesis de que sin Ascó y Yebra, el concurso para albergar el ATC habría quedado desierto. «Desde que empezó el proceso en 2006, hemos recibido peticiones de información de un centenar de pueblos», añaden.
Pese a que los pueblos implicados siempre lo han negado, la AMAC lleva preparando a cuatro candidatos en la sombra desde 2006: Yebra, en las inmediaciones de la central de Zorita (Guadalajara); Ascó, un pueblo tarraconense con dos reactores; Tivissa, cerca de Vandellós 2, también en Tarragona; y Merindad de Cuesta-Urria, próxima a Santa María de Garoña (Burgos). Los dos últimos se borraron de la lista al no encontrar aceptación en sus municipios.
El acuerdo de los pueblos nucleares era apoyar sólo a los candidatos restantes, Yebra y Ascó, que se postularon en una asamblea a puerta cerrada en 2006. Sin embargo, el pasado 11 de enero, el alcalde de Almonacid de Zorita, Gabriel Ángel Ruiz, del PP, anunció que pensaba sumarse a la competición por el ATC, a última hora y a sabiendas de que no contaría con el paraguas de la asociación, según consta en el acta.
Acusado de cobardía
El presidente de la AMAC le espetó que estaba encendiendo «la mecha de la dinamita» que podría «hacer desaparecer» la agrupación de pueblos nucleares. El regidor de Tivissa, Jordi Jardí, de CiU, pidió entonces la palabra: «La valentía del alcalde de Almonacid que ha demostrado hoy es inversamente proporcional a la cobardía que ha demostrado durante estos cuatro años que hemos estado los cuatro candidatos». El gerente de la asociación, Vila dAbadal, recuerda a los candidatos en la sombra que están a tiempo de retirarse, pero les advierte: «No nos darán la orden y acabaremos con todo». El 22 de enero, Almonacid renunció al ATC.
Fuente: http://www.publico.es/