¿Están dispuestos a soportar subidas de impuestos en plena crisis económica? ¿Creen conveniente que seamos los ciudadanos los que paguemos con nuestro dinero la mala gestión política y los rescates bancarios? ¿Se indignan cuando ven que no llegan a fin de mes mientras los responsables de la crisis se van de rositas? Con las últimas […]
¿Están dispuestos a soportar subidas de impuestos en plena crisis económica? ¿Creen conveniente que seamos los ciudadanos los que paguemos con nuestro dinero la mala gestión política y los rescates bancarios? ¿Se indignan cuando ven que no llegan a fin de mes mientras los responsables de la crisis se van de rositas?
Con las últimas medidas de ajuste anunciadas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy y las subidas de precios del transporte, la gasolina, los peajes, los parquímetros o el gas, muchos hogares al borde de la asfixia económica van a acabar ahogándose. Esto se complica en ciudades grandes donde el transporte público es fundamental y es la única forma de poder ir a trabajar o a buscar empleo.
Lo que pasa es que si los sueldos no suben y el precio del transporte se incrementa, nos podemos encontrar en una situación muy complicada.
Ante todo esto, muchos ciudadanos, hartos, están comenzando a movilizarse a través de «Yo no pago«. El movimiento surgió en Grecia (Den Plirono en heleno) hace unos meses y aboga por no pagar el transporte público, los peajes o el parquímetro.
Un miembro del movimiento explica a El Confidencial que surge porque «consideran que con los recortes sociales y las subidas de precios e impuestos no hay un cambio en la actitud de la Administración. También vale para decir que ‘yo no pago’ la crisis porque no la he creado, ya que ha sido causada por los lobbys financieros con la condescendencia política de los gobiernos europeos«.
Es más caro el metro de otras ciudades, pero aquí el salario mínimo es menos de la mitad que allí Este miembro anónimo señala que «ante leyes injustas hay que tener cierto grado de desobediencia civil». Desde «Yo no pago» ponen como ejemplo la subida del billete sencillo del metro de Madrid de un 50 por ciento (%) y las que se avecinan en las próximas semanas. Además, critican duramente la campaña publicitaria del metropolitano que alude a que es el mejor metro y el más barato del mundo. «Es más caro el metro de otras ciudades, pero aquí el salario mínimo, que se ha congelado, es menos de la mitad que en esos países. Hasta en Grecia es mayor«, asegura. Buena prueba de ello es que muchos usuarios han criticado la campaña en Internet e, incluso, a llegar a realizar pintadas en los carteles aludiendo a los salarios de cada capital.
El 15 de enero, primera acción
El miembro del movimiento da a conocer en El Confidencial que la primera acción conjunta que tienen prevista se desarrollará el 15 de enero a las 17.00 horas en las paradas de metro de Sol, en Madrid; de Plaza Catalunya, en Barcelona; de Primero de mayo, en Sevilla; y de Abando, en Bilbao. Consistirá en que todo el que esté de acuerdo se cuele en el suburbano, sin llegar a actos violentos.
Esta primera maniobra surge después de que en sólo poco más de 20 días hayan conseguido más de 5.000 seguidores en su página de Facebook, donde se encuentra toda la información relativa a «Yo no pago» y en Twitter. Aunque no saben si el acogimiento de esta rebelión ciudadana tendrá tanta acogida como en Grecia -«el 40 % de los usuarios no paga el autobús, el 56 % está a favor del movimiento, e, incluso, los trabajadores de estos servicios son bastante permisivos«-, creen que tendrá «un grado de aceptación alto«.
«Hay cinco millones de parados que tienen que acudir al transporte público para buscar trabajo. No hay coherencia en este aspecto desde la Administración porque éstos tienen que tener facilidades«, explica.
Además, este miembro de «Yo no pago» explica que hay varios problemas añadidos: «por una parte el precio de los billetes y, por otra, que la gente que no tiene dinero está asistiendo al espectáculo de cómo unos y otros se lo llevan caliente. También porque se está apoyando a los bancos y no a los ciudadanos. Si a ti te va mal en tu negocio, nadie te va a rescatar«. Si seguimos en esta dinámica nos aproximaremos a la situación de Grecia.
De todas formas, a parte de las acciones colectivas, lo que se pide es que cada uno dentro de sus principios ejerza de forma individual esta rebelión. Un buen ejemplo en este sentido es que muchos grupos a nivel local se están organizando para poder facilitar de forma gratuita libros de texto -de gente que los dona o que los copia-. «Es una buena iniciativa y la hemos compartido«, aseguran desde el movimiento.
¿Miedo a las represalias de la Administración?
Ante las posibles multas o represalias por parte de la Administración que pueden derivarse de estas acciones, «Yo no pago» ha elaborado una serie de recomendaciones.
«Hemos enlazado la página de Facebook a portales como Memetro, ElComentarioTV o Paquímetros fuera donde dan pistas para esquivar las multas y para saber cuál es la autoridad de la seguridad privada«, explica este ciudadano. Asegura que «si te encuentras en el andén del metro, no te pueden multar. Sólo es posible si estás en el tren. Si recibes una sanción de la zona azul debe ser por parte de una autoridad y no de un trabajador de la empresa privada que se encarga de los parquímetros«. También explican cómo recurrir una multa ante la Administración, que si ha sido puesta por un trabajador de la empresa privada, tiene que ser respondida positivamente. «No es nada descabellado, es acudir a las leyes que ellos han marcado«, alude.
¿Qué deben hacer los políticos para detener «Yo no pago»?
Desde el movimiento señalan que «si seguimos en esta dinámica nos aproximaremos a la situación de Grecia. Poco a poco habrá más descontento social y empobrecimiento de los ciudadanos«. Por ello, consideran que «las condiciones para parar este movimiento van en línea con las reivindicaciones del 15M: democracia más directa -ya que creen que el hecho de que los ciudadanos estemos pagando la crisis es una consecuencia derivada de esto-, que la banca deje de atacar a ciudadanos y gobiernos, que se apoye a las personas en situaciones económicas graves, que el transporte sea gratuito, autopistas sin peajes o que se combata el fraude fiscal«. Explican sobre este último punto que mientras las SICAV tributan al 1 %, un trabajador paga más de un 20 % de IRPF.
«Si preguntamos a los votantes del PP, a que la mayoría le parecerá mal esta subida de impuestos anunciada, más aún después de decir en campaña que no los subirían«, comentan.