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Documento íntegro, aprobado en el IX Encuentro de Solidaridad con Cuba (Las Palmas de Gran Canaria, 13-16 de abril de 2006)

El movimiento de solidaridad trabajará para avanzar hacia un modelo justo, solidario e internacionalista

Fuentes: Rebelión

El estado actual del neoliberalismo Hasta llegar a este IX Encuentro de Solidaridad con Cuba, son muchos los acontecimientos que se pueden haber repasado y sobre los que todas las organizaciones, los colectivos y también todos los compañeros y compañeras que trabajan en este campo, habremos discutido. 47 años después del triunfo de la Revolución, […]

El estado actual del neoliberalismo

Hasta llegar a este IX Encuentro de Solidaridad con Cuba, son muchos los acontecimientos que se pueden haber repasado y sobre los que todas las organizaciones, los colectivos y también todos los compañeros y compañeras que trabajan en este campo, habremos discutido.

47 años después del triunfo de la Revolución, Cuba, su Gobierno, su modelo económico y social, su mundo, comparable a otros y siempre mejor, su entrega al progreso de la humanidad y su desarrollo interno, siguen siendo la guía y, más aún, el impulso para los que trabajamos en la confianza de que otro mundo sí es posible.

Sin embargo, en los dos años transcurridos desde el VIII Encuentro celebrado en Vilanova i la Geltrú, algo fundamental ha cambiado. En este tiempo, la autenticidad del proyecto cubano se ha estado midiendo, no con el enemigo todopoderoso asumido hasta ese momento, sino con otro bien distinto; uno cada vez más desnudo, cada vez más despojado de la fuerza que le daban sus mentiras, cada vez más puesto contra las cuerdas por su propia barbarie.

El imperialismo capitalista nos ha abierto la inmundicia de sus cloacas. Ya no valen como argumentos los apabullantes datos de la macroeconomía o las fluctuaciones al alza de los mercados financieros internacionales como resultado de la especulación bastarda de una parte del mundo sobre la otra.

Por el contrario, lo que resuena en la memoria acumulada de los ciudadanos de cualquier país son las cifras de los diez mil muertos (la mayoría negros y pobres) de los Estados norteamericanos de Nueva Orleans, Luissiana y Missisipi después de que el huracán katrina atracara en sus costas o la de las 100 mil vidas de civiles que se ha cobrado ya la guerra ilegal que los Estados Unidos y sus aliados europeos le impusieron al pueblo de Irak (mintiendo sobre la existencia y peligrosidad de sus ADM).

Las conciencias de hombres y mujeres se van despertando porque no pueden dormirse más. Es probable que los vuelos de la CIA, conocidos, identificados y silenciados en los aeropuertos españoles o alemanes, hayan hecho más ruido del que se esperaba mientras llevaban a quién sabe cuántos activistas políticos anónimos a ser torturados en las cárceles secretas que el imperio, encarnado por los Estados Unidos y bien protegido por las potencias europeas, mantiene en los países del Este, como si torturar o matar fuera del territorio nacional significara un eximente de la legalidad.

De la misma manera, resuenan los ecos del hartazgo de la población francesa que se lanzó a la calle a quemar los símbolos de un sistema que les usa como meros objetos, les hace pagar impuestos, trabajar y producir, pero les niega sus derechos más elementales. Son los hijos y nietos de los inmigrantes que la colonización obligó a salir de los continentes asiático o africano blandiendo las espadas del saqueo y del expolio. Son, junto a la población obligada a emigrar, el eslabón más débil del juego perverso de la economía neoliberal.

Lo son tanto como el creciente número de españoles que vive bajo el umbral de la pobreza en este país.

Los datos pueden parecer fríos pero la realidad es que no lo son; hay gente detrás de los números. Por eso, lo que en estos dos años ha pasado a ser una evidencia clara es que el sistema económico y social capitalista que sirve al imperialismo, no sirve para la gente y, además, nunca va a servir porque el desarrollo de su naturaleza es opuesto al ser humano.

En ese tiempo, una verdad, conocida y estudiada por algunos, se ha convertido en un grito sordo al que muchos millones de personas atienden porque proviene del mundo desarrollado, de ese primer mundo que hasta ahora parecía intocable ante los que se pensaba eran rasgos inherentes al subdesarrollo.

El desprecio que los países capitalistas han hecho del medio ambiente, provocando la desertización del planeta y el calentamiento de las aguas fue la causa última de que el huracán Katrina tocara las entrañas de los Estados Unidos y mostrara al resto del mundo lo que había dentro de ellas. Este es un caso que nos obliga a frenar este modelo de desarrollo y a redefinir el concepto de desarrollo y bienestar.

Entonces se vio que la mayor potencia del mundo reproduce dentro de sus fronteras los esquemas de quiebra y marginación que exporta. El gigante del Norte descalzó sus pies de barro poniendo en imágenes no sólo la fractura abismal de la sociedad que ha construido y el desinterés absoluto por la protección de sus ciudadanos, sino la incapacidad del Gobierno para resolver con recursos propios los estragos que un desastre natural podía causar a su población.

Pese a que era algo aparentemente asumido, lo que se pudo comprobar, en esos días de octubre, es que el abismo entre negros y blancos, entre ricos y pobres en los Estados Unidos es, no sólo profundo, sino trágico.

La prepotencia de un país cuyo gobierno impone guerras y se apropia de las reservas naturales de gran parte mundo, tiene 60 millones de pobres caminando por sus calles, no hace nada para que 46 millones de sus ciudadanos tengan una mínima cobertura de seguridad social y, por supuesto, tampoco para evitar que la consecuencia directa de este hecho sea la muerte prematura de 18 mil estadounidenses al año (más de la mitad de ellos negros).

La lección que el mundo aprendió del Katrina es que el desastre no lo causó la furia de la naturaleza, fue el resultado de la ambición desmesurada y violenta del imperialismo.

En nuestro entorno, las cosas no son muy distintas; las entrañas de Europa también están infectadas. Si bien en Estados Unidos, desde que Bush alcanzara la presidencia del Gobierno, el número de personas que han perdido su empleo ha aumentado en varios millones (tres de ellos son ciudadanos de raza negra), en Europa la tendencia apunta a la flexibilización del despido, a la desprotección de los trabajadores y la sumisión de estos a condiciones abusivas en sus contratos.

Eso es lo que puede leerse entre líneas en el texto de la Constitución Europea sometida a referéndum en varios países de la Unión, rechazada significativamente por Francia y Holanda y aprobada, con un 60% de abstención, por los votantes del Estado español.

La Carta Magna de Europa, por favorecer la creación de un bloque capaz de enfrentarse a los Estados Unidos en la competencia por un Mercado único global, sigue a pies juntillas las normas impuestas por el modelo capitalista de relaciones socio-políticas.

En base a ello, el Tratado expone, una tras otra, las líneas maestras de la liberalización de la economía; esto es, deslocalización industrial y de servicios (representada por la directiva Bolkestein), recorte de programas sociales y criminalización de los conflictos sociales.

Al tiempo, todas estas medidas figuran enmarcadas, como no podía ser menos, en la traslación europea del modelo estadounidense, en un contexto de política armamentista y de seguridad que se traduce en el aumento de las partidas presupuestarias destinadas a gastos militares, el apoyo a las declaraciones de guerras preventivas y, también en la generalización de conceptos belicistas en la vida cotidiana. La inmigración se asocia interesadamente a la delincuencia o al terrorismo y por tanto hay que combatirla, castigarla, sin que quede ningún espacio para el análisis de las causas que la provocan. El papel de los medios de comunicación, al servicio de las clases dominantes es fundamental en la creación de los estados de opinión que garantizan el sostenimiento de la ideología y las políticas neoliberales.

El caso del Estado Español es un fiel reflejo del panorama esbozado anteriormente. Tras 20 años de su incorporación como miembro de pleno derecho de la Unión Europea y, por tanto, de la puesta en práctica de las políticas clásicas del capitalismo ascendente en esa etapa, los ciudadanos del Estado Español se debaten en medio de fuertes injusticias sociales. El abaratamiento del despido, las contrataciones precarias y, la subsiguiente inestabilidad en el empleo, la terciarización de la economía, son moneda de cambio habitual de un modelo que favorece la privatización de los servicios públicos (escandalosa cuando afecta al sector sanitario o educativo), las ventajas fiscales para los empresarios (a costa de un incremento de los impuestos indirectos) y el aumento incontrolado de los precios basado en un sistema de intercambio profundamente especulativo.

Podemos concluir que el capitalismo, en su fase actual de desarrollo, para mantener la tasa de ganancia agudiza las contradicciones hasta extremos insoportables, como única salida que encuentra para sobrevivir.

Derechos Humanos y terrorismo

Al otro lado del Atlántico, Cuba, a pesar de todas las dificultades impuestas por la política de hostigamiento con que los Estados Unidos la acosa desde el comienzo de su transformación revolucionaria, responde con certeza a las cuestiones que pueden plantearse a raíz de todo lo expuesto y, de la misma forma, lo hace ante la manipulación burda que se pretende cuando se utilizan los conceptos de terrorismo y derechos humanos. Se hace evidente que el terrorismo, hoy más que nunca, es expresión práctica de la política de dominación de los estados capitalistas, en especial de los Estados Unidos.

En este año 2006 se cumple el quinto aniversario de la invasión de Afganistán, el tercero de la de Irak y el segundo de la ocupación «humanitaria» de Haití. También se cumplen 45 años desde el inicio oficial del bloqueo norteamericano contra Cuba, verdadero terrorismo económico que obstaculiza el normal desarrollo de su proyecto revolucionario. La connivencia de la Unión Europea en este sentido, no hace más que reflejar la sumisión a los intereses imperialistas.

Frente a las condenas interesadas hechas a Cuba, que la Comisión de Derechos Humanos de la ONU logra arrancar de sus Gobiernos satélite, los Estados Unidos han sembrado sólo en los últimos cinco años, la destrucción de tres países, han violado de forma macabra la Convención de Ginebra creando cárceles (Guantánamo y Abu Ghraib) donde se practica la tortura y el asesinato, o utilizando sustancias prohibidas (fósforo blanco/líquido) por las leyes internacionales, cuyas secuelas sobre la población aún están por verse. Al mismo tiempo garantizan la impunidad de sus soldados que cometan crímenes en cualquier parte del planeta.

Ahora, se ha dispuesto sustituir la Comisión de Ginebra por un Consejo de DDHH donde la disminución del número de miembros lo hace menos representativo. EEUU y sus aliados se empeñan en que en el nuevo consejo siga permaneciendo su visión de los derechos humanos, frente a la propuesta de los países del Sur que reivindicaban el derecho al desarrollo (derecho a la vivienda, la salud y la educación), la lucha contra el racismo y la xenofobia.

Su participación probada en el golpe de Estado contra Venezuela y el amparo que brindan a los terroristas Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, ambos responsables confesos del atentado contra el vuelo de Cubana de Aviación que costó la vida a 73 personas, en 1976 se suman a la larga lista de argumentos que oponen al Gobierno norteamericano con una práctica real de justicia.

Paralelamente, el Gobierno norteamericano que comete crímenes tiene en prisión a cinco ciudadanos cubanos que, con su trabajo, frustraron el ataque terrorista masivo que se cernía sobre su país. De sus investigaciones se informó a los responsables políticos de los Estados Unidos que lejos de encarcelar a los que planeaban ese ataque masivo, decidieron cebarse con los que los habían abortado.

A partir del momento de su detención, Fernando González, Ramón Labañino, Gerardo Hernández Antonio Guerrero y René González, han estado sometidos a las máximas arbitrariedades procesales. Después de permanecer casi año y medio en celdas de aislamiento sin poder contactar con sus abogados los Cinco fueron reos de un juicio esperpéntico en el que se convirtieron en el blanco de la hostilidad de las mafias anticubanas de la ciudad de Miami. La forma en que se desarrolló el proceso hizo que en mayo de 2005, el Grupo de Trabajo sobre detenciones arbitrarias de Naciones Unidas se pronunciara sobre la gravedad de las irregularidades cometidas y dictaminara que el encarcelamiento de los Cinco incumplía las leyes del derecho internacional, concretamente lo establecido en la Convención Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

Asimismo en el mes de agosto, el Tribunal de Apelaciones del Circuito 11 de Atlanta declaró nulo el juicio y las condenas de los Cinco enviando el caso al Tribunal de Primera Instancia para que se celebrara un nuevo juicio fuera de la ciudad de Miami. Pese a su dictamen, las presiones políticas hicieron que el Tribunal no abordara el tema de la insuficiencia de pruebas para un nuevo procesamiento.

Los Cinco permanecen injustamente en las cárceles norteamericanas mientras el aparato político y jurídico de los Estados Unidos dilata el proceso e impide su liberación. Con esta acción, los Estados Unidos, retratan el doble rasero del sistema imperialista frente al Terrorismo pero también frente a la democracia, la soberanía de los países y, lo que es más grave, frente a los derechos humanos más elementales de hombres y mujeres dentro y fuera de sus fronteras.

Los Estados Unidos emplean el abuso de poder como un vehículo más en su plan de extensión hegemónica. Este país, el único que ha usado armas de destrucción masiva, mantiene más de 700 bases militares en 121 naciones del mundo evidenciando, a través de ellas, no sólo la necesidad que tiene el capitalismo de reproducirse por la vía de la fuerza y la violencia, sino la relación estrecha que existe entre el control económico y el control político y militar, es realmente una amenaza para la humanidad.

Con semejante realidad de miseria, destrucción y muerte, ese país, al igual que sus aliados, están desautorizados para condenar a Cuba en ningún foro, no les asiste la moral para hacerlo; más bien son Cuba y los países del Sur los que tienen muchas cuentas que pasarle.

En estos días de abril se hace balance de una de ellas: Playa Girón. Hace 45 años que la potencia hegemónica del mundo decidió invadir Cuba para cambiar por la vía de la imposición y la violencia, lo que el pueblo cubano había tardado siglos en conseguir, su independencia total.

Los gobiernos norteamericanos de Eisenhower y Kennedy, a través de la mano ejecutora de la CIA, invirtieron casi 50 millones de dólares en entrenar a los mercenarios cubanos y estadounidenses que atacaron a Cuba en 1961 (informe presentado por el Inspector General de la Agencia Central de Inteligencia seis meses después del desembarco y desclasificado treinta y siete años después, en 1998). 176 revolucionarios cubanos murieron en esa gesta, 300 resultaron heridos de gravedad.

La isla parecía ser un bocado fácil de engullir por los mercenarios que el imperio había entrenado para sus fines abyectos. Los cubanos demostraron que los pueblos que luchan no deben ser menospreciados y que, por eso, el futuro les pertenece.

Resistencias, luchas y alternativas de los pueblos

Los comienzos del siglo XXI llenan de razón a los que defendieron las costas de Cuba como la fortaleza en que la isla se convirtió frente a los abusos del imperialismo. La Revolución le ha hecho miles de «girones» al imperialismo de los Estados Unidos y a su política injerencista, da igual la bandera con la que se presentara en las muchas batallas que se han librado en todos estos años.

El impulso cubano ha estado presente en todo este tiempo y ahora empiezan a verse las pruebas de que ha sido así. El pueblo venezolano está construyendo una democracia protagónica al servicio de los intereses populares y con una vocación bolivariana de integración latinoamericana con profundas raíces antiimperialistas

Paralelamente, otras voces comienzan a elevar el tono de sus reivindicaciones a sabiendas de que el imperialismo y la globalización están heridos de muerte.

Es el caso de las clases populares de Argentina, que han dado un ejemplo valiosísimo de cómo rearmar parcialmente un tejido productivo carcomido por la aplicación integral del neoliberalismo, los zapatistas en México, las organizaciones populares y revolucionarias en Colombia que se enfrentan al Plan Colombia, aparato militar y represor del ALCA, del MST en Brasil que encabeza la lucha de los pobladores del campo sudamericano representado igualmente por las masas campesinas de Paraguay, Perú y Ecuador.

Sectores significativos de los representantes políticos de países como Nicaragua, Perú, Ecuador o Colombia firmaron en septiembre un documento en el que alertan a sus pueblos del peligro de suscribir el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.

Ahora ya no es un secreto que las políticas de ajuste emanadas de la Organización Mundial de Comercio, Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional tienen como objetivo prioritario imponer a los distintos gobiernos las políticas económicas y sociales que más convienen a sus intereses; por ello distintos gobiernos latinoamericanos buscan alternativas soberanas al pago de la deuda externa.

Desde una línea de acción más avanzada, el pueblo boliviano, treinta y ocho años después del asesinato de Ché Guevara a manos de la CIA, se ha hecho con las riendas de su recuperación nacional, de la defensa de sus recursos naturales y de su soberanía eligiendo al dirigente popular indígena Evo Morales como Presidente, lo que supone un avance de enorme trascendencia para la afirmación, necesaria y mil veces postergada en la Historia, del papel identitario de los pueblos originarios en ese continente.

A su vez en los países imperialistas los pueblos demuestran que es posible hacer frente a través de la movilización a las políticas más agresivas del neoliberalismo. La lucha contra la guerra de Irak, contra la Constitución europea, por el derecho al trabajo, por los derechos de la población inmigrante…son ejemplos evidentes de este potencial popular ocultado por los consensos sociales.

Con idéntico espíritu aunque desde otra perspectiva, las manifestaciones populares que acompañaron a la Cumbre Iberoamericana de Salamanca y la Cumbre de los Pueblos en Mar del Plata han sido sentencias irrevocables del rechazo a las políticas depredadoras que encarnan los Estados Unidos.

Salamanca enfrentó a dos formas de ver el mundo y sirvió para vislumbrar cuál de los dos saldría vencedor en esa batalla. Los países representados en esa Cumbre hablaron con voz propia sobre el reconocimiento y la necesidad de poner fin al bloqueo con que se ha castigado a Cuba durante 46 años y se pronunciaron a favor de la extradición del terrorista Posada Carriles y de la eliminación del término terrorista asociado a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

Fue su forma de decirle al mundo que los pueblos de América Latina están decididos a parar el atropello de sus soberanías nacionales cometido hasta ahora impunemente pos los Estados Unidos o por sus propios Gobiernos, en alianza con ellos.

No fueron sólo Cuba y Venezuela, fueron también los pueblos de ese continente los que en Mar del Plata (Argentina), en Noviembre de 2005, propiciaron una victoria popular contra el imperio. EE.UU. pensaba acudir a su patio trasero convencido de que podría imponer su voluntad con el ALCA.

Se equivocaron y perdieron.

El Presidente Chávez, arropado por las masas populares proclamó allí el entierro del ALCA y el nacimiento del ALBA; se trata de una propuesta estratégica, alternativa al capitalismo que impulsa un nuevo sistema de relaciones entre los países latinoamericanos.

No se busca el lucro y la ganancia sino un intercambio de cooperación equitativo, justo y solidario que promueva el desarrollo económico y social de todos los pueblos, especialmente los más empobrecidos.

Un ejemplo de esto es PETROCARIBE, por el que Venezuela ofrece petróleo a precios diferenciales para que el excedente sea empleado exclusivamente en planes de desarrollo social. También es este contexto surge TELESUR, para que la información objetiva y no manipulada por las grandes empresas mediáticas, llegue a todos los pueblos.

También año tras año, Cuba gana por abrumadora mayoría, con la adhesión de cada vez más países que deciden plantarle cara a los EE.UU. la votación en la Asamblea general de NN.UU. contra el bloqueo a Cuba.

Pero hoy cualquier país puede ser atacado por el imperio porque su apetito de poder y de acumulación es insaciable. La guerra global permanente proclamada por la administración Bush es una realidad a la que los pueblos se enfrentan. Irak, Palestina, Sahara, Afganistán… con su resistencia heroica nos enseñan que la amenaza no termina en ellos sino que se cierne sobre el resto del mundo, que es un peligro para el ser humano.

Dentro y fuera de su territorio, los Estados Unidos han tenido que mirar otro paisaje, uno distinto al que habían visto hasta ahora. Los pueblos de todo el mundo se han decidido a manifestar que están dispuestos a ejercer su libertad y a no ser más las víctimas de los manejos del imperialismo.

Las luchas ponen de manifiesto que frente al pensamiento único y las políticas neoliberales las alternativas de los pueblos han de sustentarse en los principios del internacionalismo, el intercambio sobre recursos propios basado en el beneficio mutuo, las soluciones dialogadas de los conflictos y procesos de integración regional con el criterio de respeto de la soberanía y el derecho de autodeterminación.

Modelo cubano de desarrollo

La respuesta de Cuba, aún en las peores circunstancias, ha sido no entregar los logros alcanzados por la acción revolucionaria y no dejar de luchar por extender un modelo que tiene como base primera y última al ser humano. En Cuba existe un fuerte compromiso de mejora de las políticas de desarrollo y de adecuación de los servicios a las nuevas necesidades socioeconómicas, medioambientales del país (cooperación medioambiental con Naciones Unidas), de la gestión de la información y el conocimiento al servicio de la Humanidad frente a la privatización del conocimiento que se da en las sociedades capitalistas y, también, áreas como el desarrollo de la biotecnología, donde se alcanzan importantes avances entre los que podemos destacar el tratamiento del píe diabético, la creación de vacunas contra diferentes enfermedades infecciosas e incluso la investigación sobre novedosos tratamientos contra el cáncer de pulmón.

Escapando de los dictados del Fondo Monetario Internacional, la revolución cubana ha construido un modelo económico socialista, capaz de crecer y presenciar la quiebra que el capitalismo ha experimentado en todo el mundo. Mientras China hace temblar los cimientos del dólar (diversificando sus reservas de divisas a favor del euro y revalorizando el valor del oro), Cuba, que recibe sus inversiones y firma importantes acuerdos de cooperación con el país asiático, ha llevado su economía al índice de crecimiento más alto de la etapa revolucionaria, el 11,8%.

Al tiempo que los estudios de gasto energético sitúan al estado español como el país de mayor consumo de Europa, el gobierno cubano se responsabiliza del cambio y la generalización de insumos de bajo voltaje en las casas de familia e impulsa en el marco de iniciativas como la declaración del año 2006 como año del ahorro energético, el desarrollo de energías alternativas y la concienciación en la importancia del ahorro energético.

Cuarenta y seis años de bloqueo incesante y cruel no han podido con la determinación revolucionaria de que cada ser humano tenga su papel en la nueva sociedad cubana; una sociedad y un Gobierno comprometidos con el desarrollo real de su pueblo.

Mientras en España se prevé cobrar el préstamo de libros en bibliotecas públicas, el Gobierno cubano informó, en la última sesión del Parlamento cubano de diciembre, que en Cuba se imprimen al año 40 millones de textos como garantía de la extensión de la cultura y la enseñanza.

Las propias Naciones Unidas reconocen (PNUD) que Cuba es una referencia en IDH del mundo y el primero en muchos de los ítems que se establecen en el área de América Latina y el Caribe (el IDH se establece en función, entre otros parámetros, del PIB y de no ser así Cuba avanzaría 20 puestos en esa clasificación). La tasa de mortalidad infantil, por citar un ejemplo, es de 5,8 por mil y eso la sitúa en un nivel comparable al de los países del llamado primer mundo. Su índice de desempleo es del 2% (de los más bajos del mundo) y se trabaja por disminuir esa cifra, además de existir una amplia cobertura social para los desempleados y una responsabilidad pública con estos que, incluso durante el cierre de empresas en el Periodo Especial, permitía que estos trabajadores cobraran entre el 65 y el 70% de sus salarios.

Además, el internacionalismo desarrollado por el Gobierno revolucionario añade un punto más a la defensa de un sistema empeñado en afirmar el valor de la Humanidad y no en destruirla.

Frente al bloqueo y como respuesta a él, Cuba se ha esforzado en formar a más de 45 mil profesionales en sus centros universitarios, 32 mil de ellos provenientes del África negra y cientos de las clases más desfavorecidas de los Estados Unidos. En la actualidad varios cientos de norteamericanos sin recursos estudian en Cuba y son 19 mil los jóvenes de países empobrecidos que están becados en sus universidades.

Mientras en nuestro país se intenta privatizar la enseñanza haciéndola cada vez más exclusiva de las clases económicas fuertes, la Escuela Latinoamericana de CC. Médicas, creada tras el desastre humanitario del huracán Mitch, licenció el año pasado a la primera promoción de 1612 médicos de 27 países del continente.

Treinta y seis mil médicos cubanos trabajan en 109 países del mundo, desde Venezuela hasta Pakistán y existe un contingente que se prepara para atender, en Zimbawe, a los millones de afectados por el VIH.

Otros tres mil estuvieron listos para salir en ayuda del pueblo norteamericano afectado por la devastación del Katrina, pero el Gobierno de George W. Bush lo impidió (una parte importante de ellos están ahora en Pakistán) para enviar a tropas del ejército a proteger la propiedad privada.

Tras el desastre humanitario de Haití, la comunidad internacional no logró enviar al país los 50 médicos que destinó a ello. Cuba tiene en esa isla a 450 profesionales de la medicina trabajando en la mejora de las condiciones de vida de la población.

En total, los internacionalistas cubanos atienden en el mundo a 59 millones de personas, como parte del Programa Integral de Salud y este es un empeño que se renueva y trasciende.

Mientras las potencias europeas y el Gobierno español callan ante las atrocidades del régimen de Marruecos contra el pueblo saharaui, las brigadas de salud cubanas permanecen todo el año en los campamentos de refugiados de Tinduf y entre los saharauis ya hay varias generaciones de profesionales que han estudiado o lo hacen hoy en Cuba. El compromiso, sin embargo, va más allá.

El Gobierno cubano no se deja chantajear y levanta una y otra vez su voz en los foros nacionales e internacionales para defender la lucha justa de ese pueblo (lo hizo en la Cuarta Comisión de Descolonización, en la Asamblea General de la ONU de octubre y en la Asamblea Nacional del Poder Popular de diciembre de 2005), que es la misma que la de otros pueblos subyugados y oprimidos en el mundo por las leyes del imperio.

Son sólo algunos datos de lo que es y lo que significa Cuba; también de lo que trasciende de Cuba para proyectarse al mundo.

En el proceso transformador que comenzara hace 47 años con el triunfo revolucionario, el supuesto carácter absoluto de la desigualdad se ha desmontado con la formación de miles de profesionales llegados a Cuba desde los continentes más empobrecidos del planeta.

Cuba ha demostrado que la desigualdad no es natural y, además, ha tenido la capacidad de construir, en base a este axioma, un modelo que el imperialismo no ha podido desmantelar. El bloqueo impuesto por los Estados Unidos desde su inicio es la prueba contundente de la amenaza que la Revolución supone para el resquebrajamiento del capitalismo imperialista.

Sus muchas vueltas de tuerca, lejos de debilitar la voluntad del Gobierno de Cuba por mantener los logros obtenidos por la Revolución, ha aumentado su firmeza a la hora de defender el país y su modelo de sociedad.

Cuba en 46 años ha enfrentado el azote de las políticas de agresión norteamericanas instaurando un sistema de justicia social capaz no sólo de organizarse para resistir sino de fortalecerse ante esas agresiones. Esa es la razón de que en todo ese tiempo, y ahora más que nunca, la Revolución gravite por todos los rincones del mundo donde los pueblos han luchado y luchan por cambiar sus realidades. Esos pueblos han visto en Cuba que contra el imperialismo sí se puede.

Todos esos avances se dan con un bloqueo que dura más de 40 años y tras la catástrofe económica que significó para Cuba la desaparición del campo socialista: pérdida del 85% de los mercados y la caída del PIB en 35 puntos. Los duros años 90 y algunas medidas económicas adoptadas para salvaguardar un proyecto que nunca ha dejado de mirarse al espejo de la justicia social que los sustenta y avala, han provocado la aparición de algunos fenómenos negativos y deformaciones. Los rigores económicos y las dificultades de la vida cotidiana, algunos de ellos con planes concretos elaborados para su solución, dieron lugar al retroceso de algunos valores socialistas y a la aparición de comportamientos individualistas. Todas estas dificultades en la construcción del socialismo se están abordando desde la profundización del modelo de democracia participativa cubano, con medidas tales como el control en la producción y, de manera especial, el fortalecimiento ideológico que se desarrolla a través de la Batalla de Ideas.

La solidaridad con Cuba ha tenido un carácter defensivo durante algún tiempo, ahora se dan las condiciones para cambiar esa dinámica. En la actualidad nuestra práctica solidaria acompañando a Cuba en su desarrollo, puede y debe incidir en el rearme ideológico del movimiento de solidaridad

Ya se dijo aquí antes que en estos días se conmemoran los 45 años de la invasión norteamericana de Playa Girón. Cabe añadir ahora que la victoria que el pueblo cubano arrancó entonces, a sangre y fuego, al imperio supuso para ese pueblo la asunción de la conciencia del significado real del poder y de la dignidad.

En Girón los cubanos ejercieron plenamente el papel de la ciudadanía y ese fue el comienzo de su nueva andadura como nación pero también como valuarte de la soberanía y el derecho de autodeterminación de todos los pueblos.

Con Girón, Cuba supo que, desde fuera, no la podían vencer. Con Girón, Cuba construyó un símbolo, el de la humanidad que vence a la barbarie. Eso es Cuba, una apuesta por la victoria de la humanidad, al que no podrá destruir el imperialismo por muchos planes de transición que diseñe el Pentágono.

Propuestas

Por tanto y para materializar esta apuesta, el movimiento de solidaridad del Estado Español debe esforzarse en extender, la idea de la necesidad, cada día más urgente, de convertir nuestras sociedades en fortalezas que pongan en crisis el modelo de barbarie que se nos ha impuesto y abran la perspectiva de avance hacia un modelo distinto, justo, solidario e internacionalista.

En consecuencia con lo expuesto, el IX Encuentro de Solidaridad con Cuba del Estado Español acuerda:

  • Continuar desarrollando y aplicando las líneas fundamentales de solidaridad internacionalista elaboradas en los Encuentros anteriores, vinculándonos como hace Cuba, a las luchas antiimperialistas y emancipatorias de los pueblos y a la lucha por la paz.
  • Concretar el trabajo del movimiento de solidaridad en el próximo período en torno a las siguientes iniciativas:

    1.- Continuar desarrollando la campaña por la libertad de los 5 héroes cubanos prisioneros en EEUU y en este sentido se propone:

a.- Hacer un llamamiento a todas las organizaciones a incorporarse a dicha campaña.

b.- Dar continuidad al trabajo conjunto y unitario aportando a dicha campaña elementos del debate en torno a temas más generales, como por ejemplo, la administración de justicia en Cuba y en EEUU.

c.- Nombrar un compañero/a por organización para realizar el seguimiento y la coordinación de dicha campaña.

d.- Concretar un acto central a nivel estatal para el 21 de Octubre de 2006.

e.- Colaborar en la página web de los cinco.

    2.- Proponer las siguientes campañas:

    a.- Realizar de forma coordinada actos con motivo del 40º Aniversario del asesinato del Che.

    Para ello, formaremos una comisión de trabajo con la participación de un miembro de cada organización, cuyo nombre se comunicará en el plazo de un mes a la Plataforma Canaria de Solidaridad con los Pueblos, que se encargará de concretar una primera reunión para el diseño de la línea de la campaña, que deberá tener en cuenta los siguientes aspectos:

    • Realización de un acto central en cada territorio alrededor del 8 de Octubre de 2007.
    • Edición de materiales de propaganda comunes.
    • Proyectar el análisis político, económico y social del pensamiento del Che, desarrollando su teoría del Hombre Nuevo en un contexto internacionalista.
    • Intentar utilizar el mismo eslogan que desde Cuba se plantee para la campaña.

    b.- Promover una campaña de difusión acerca del ALBA y su relación e influencia en América Latina.

    c.- Iniciar una campaña por el cierre de la base de Guantánamo y por la devolución del territorio a Cuba.

    d.- Mantener la campaña contra la Posición Común Europea; para ello, acordamos el envío de una carta exigiéndole al Presidente y al Ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno Español, que base las relaciones entre ambos estados en la solidaridad entre los pueblos y el respeto a la soberanía; y otra carta al Ministro de Asuntos Exteriores y a la Embajada Española en Cuba para que elimine todo tipo de «trabas especiales» para la concesión de visados. Se adjuntan como anexos I y II.

    e.- Continuar trabajando en la campaña de boicot al ron Bacardí.

    f.- Apoyar la campaña de petición de extradición del terrorista Posada Carriles.

    g.- Apoyar las iniciativas de La Fundación Guayasamín para festejar los 80 años del presidente cubano Fidel Castro.

    h.- Animar a la participación en el Encuentro Europeo de Solidaridad con Cuba, a celebrar en octubre en Estambul.

    i.- Apoyar la Jornada Mundial por los Cinco, que tendrá lugar entre el 12 de septiembre y el 6 de este año.

    3.- Profundizar en la coordinación de todas las organizaciones de solidaridad, esforzándonos en utilizar los medios ya existentes (página web: www.cubasolidaridad.org y lista de distribución) con el fin de poder rentabilizar mejor las visitas, actividades, campañas, etc. Para ello, se acuerda en relación a nuestra página:

    – Dar un mayor impulso al envío de noticias desde los distintos colectivos y territorios.

    – Sugerir a sus administradores, los compañeros y compañeras de SODEPAZ, el incremento de sus opciones con iniciativas como la creación de una galería de imágenes y videos, un archivo documental, etc.

    • Instar a todos los colectivos la elección de responsables concretos para la coordinación de estas tareas con los compañeros y compañeras que administran la página estatal.
    • Aumentar los vínculos entre nuestra página y otras web de colectivos de solidaridad con Cuba del Estado Español.
    • Incorporar la dirección de la web estatal a los materiales de cada organización.

Y en relación a nuestra lista de distribución, acordamos:

    • Establecer, en función de nuestra experiencia, el criterio de que para aumentar su eficacia, la lista se utilice exclusivamente para la publicación de informaciones sobre Cuba y la solidaridad con su Revolución, especialmente orientadas a la coordinación de acciones e iniciativas de los colectivos de solidaridad. Por ello, a partir de ahora, establecemos la moderación previa a la publicación de mensajes.
    • Impulsar el crecimiento del número de usuarios
    • Mantener a sus actuales gestores, los compañeros y compañeras de la Asociación de Amistad con Cuba de Sevilla..

En este sentido, hacemos un llamamiento a avanzar en la comunicación recíproca con el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos y otras instituciones cubanas, atendiendo a las necesidades de ambas partes. En esta dirección acordamos:

a.- Crear un fondo común de recursos aportados por las distintas organizaciones.

    b.- Solicitar a las instituciones cubanas que nos faciliten cualquier tipo de material que nos permita desarrollar las campañas planteadas.

    c.- Diversificar las formas de transmitir nuestro mensaje, usando para ello todos los medios que la tecnología nos ofrece.

4.- Seguir trabajando nuestra presencia en los medios de comunicación abriendo espacios en los medios del sistema e impulsando los medios alternativos.

5.- Continuar desarrollando los proyectos de cooperación con Cuba de acuerdo a las nuevas necesidades, en tal sentido, acordamos:

    a.- Retomar y potenciar el proyecto de MediCuba, como ejemplo vigente de cooperación con b.- Continuar impulsando el envío de brigadas a Cuba.

    c.- Trabajar para conseguir el compromiso por parte de ayuntamientos y demás administraciones públicas de otorgar el 0.7% del PIB a proyectos de cooperación.

    d.- Respecto del envío de materiales solidarios a Cuba, debido a las nuevas normativas existentes debemos reestructurarnos en este tema y priorizar en las necesidades reales que nos llegan desde la isla.

6.- Promover la creación de un grupo de trabajo que estudie y desarrolle un proyecto para la realización de un Festival de Cine Pobre.

7.- Proponer a los compañeros y compañeras de la Asociación de Amistad Hispano Cubana Bartolomé de Las Casas de Sevilla la organización del X Encuentro de Solidaridad con Cuba que se celebrará durante el 2008 en Sevilla.

Las Palmas de Gran Canaria a 16 de abril de 2006.