Ni la despoblación ni la ausencia de servicios básicos aparecieron en el debate político televisivo de los dos grandes partidos; España Vaciada reclama que “dejen de hacerse fotos y vengan a conocer lo que hay”.
El lunes, 10 de julio, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo mantuvieron un cara a cara televisivo donde abordaron distintos temas de la actualidad del país o, al menos, esa era la intención inicial. Aunque la falta de escucha y las interrupciones fueron las principales señas de identidad, también lo fue la ausencia de la España rural del diálogo. Ninguna referencia a propuestas y medidas para un elemento clave en las elecciones del próximo 23 de julio, pese a que Feijóo había adelantado pocos días antes en Corrales del Vino (Zamora) que iba “a llevar al debate lo que ocurre en los pueblos”. Eso no ocurrió. Pero tampoco la visita formaba parte de un despliegue de interés por las zonas rurales.
La despoblación, la mejora de las infraestructuras o la revitalización del mundo rural no aparecieron a lo largo de las casi dos horas de televisión, salvo para, por ejemplo, hacer alusión a Guillermo Fernández Vara y su desbancada del gobierno de Extremadura tras el pacto de PP y Vox. Pero la mención a los pactos territoriales no implicó hablar de las iniciativas que la población de las zonas descentralizadas quiere llevar a cabo en sus territorios. Entonces, ¿acaso no interesa el voto rural? Si nos ceñimos a la población involucrada, la cifra no es pequeña. Casi seis millones de personas viven en ese concepto que se ha llamado la ‘España vaciada’ o, lo que es lo mismo, zonas con una escasa densidad de población, de municipios poco habitados, con una media de edad muy elevada y que carecen de servicios totalmente instaurados en los grandes núcleos de población.
De los 350 diputados y diputadas que componen el Congreso, el sistema electoral español estipula que haya dos fijos por cada provincia. Los 248 restantes se reparten en función de la población. Lo que ocurre es que en las zonas con menos habitantes esta representación varía y cada formación política necesita un número distinto de votos para conseguir un escaño. En los comicios de 2019, por ejemplo, Más País fue el que más votos necesitó, con 194.000 papeletas por cada diputado o diputada, mientras que PP o PSOE tenían que conseguir 57.000. Teruel Existe ofreció la sorpresa más importante y solo necesitó 19.000, porque obtuvo el 26% de los votos de su provincia.
Generalmente, existe la creencia de que el voto rural es conservador, aunque eso no es del todo cierto. En el sur y suroeste de España (Andalucía y Extremadura), el PSOE ha acaparado a lo largo de décadas el voto de los pueblos. En otras comunidades autónomas, como Castilla y León, la tendencia ha sido hacia la derecha. El bipartidismo ha seguido reinando, aunque ahora, la desaparición de Ciudadanos y la irrupción de Vox arroja muchas incógnitas, que solo se resolverán el 23 de julio. En cualquier caso, en febrero de 2019, antes de las últimas elecciones generales, el CIS elaboró un barómetro sobre tendencia política en el que se reflejaban algunos datos de interés. En el apartado de la autopercepción ideológica, siendo 1 extrema izquierda y 10 extrema derecha, en los municipios de menos de 2.000 habitantes, el 11,9% se situaban en el 1 y 2, seguido de un 25,7% que lo hacían entre el 3 y 4. Apenas el 3,5% se situaba en el 9 y 10; y el 21,7% se ubicaban entre el 6,7 y 8. De estas cifras se deduce que, independientemente de lo que después ocurra en las urnas y de la distribución del sufragio, el 37,6% de las personas que viven en los núcleos más despoblados se sienten de izquierdas o centro izquierda y el 25,2% de derechas, o centro derecha. El porcentaje restante correspondería al llamado ‘centro’.
“Somos pocos votos, por eso no importamos y no nos sacan en sus debates, pero en estas elecciones es posible que los escaños que se consigan en la España vaciada resulten fundamentales para la investidura de uno de los dos candidatos. Y entonces, tendrán que escucharnos”, señalan en el movimiento ciudadano Soria ¡YA! Y añaden: “Si hacemos una búsqueda rápida, Soria se menciona una vez en el programa del Partido Popular y dos en el del Partido Socialista. Se nota que están hechos en Madrid”.
España Vaciada es una federación de partidos, una organización política surgida de la movilización social y constituida por 80 organizaciones, que confluye a las próximas elecciones generales en diez provincias. En ella se integra la mencionada Teruel Existe, el movimiento ciudadano creado en 2019, y que se presentó a las elecciones generales logrando un diputado, Tomás Guitarte, un senador, Joaquín Egea, y una senadora, Beatriz Martín. Asturias, Burgos, León, Palencia, Salamanca y Valladolid concurren el 23 de julio con la marca España Vaciada, mientras que Teruel, Zaragoza, Huesca y Soria lo harán con sus marcas propias. La coordinadora general de España Vaciada, Inmaculada Sáenz, que es también alcaldesa de Nieva de Cameros, considera que hace unos años se consiguió meter en la agenda de los ‘partidos históricos’ los problemas de las zonas rurales y que eso ahora se ha dejado de lado. “Nos preocupa este ‘olvido’, porque no se están haciendo propuestas para evitar despoblación, somos personas que queremos seguir viviendo donde vivimos, no puede ser que en un momento en que además va a aumentar el voto por correo desde núcleos rurales, estos partidos se olviden de que existimos. No solamente dejan de hablar de los pueblos, también están obviando las ciudades de tamaño pequeño y mediano, y la necesidad de servicios que tenemos”, afirma.
La incertidumbre de lo que va a pasar con las autovías, la falta de cobertura móvil, la ausencia de conexiones ferroviarias, la necesidad de una fiscalidad diferenciada, la recuperación de las viviendas en ruinas para suelo público, el futuro de las energías renovables, el acceso a la sanidad y la educación en localidades más reducidas son algunas de las preocupaciones que, según explica Sáenz, no son atendidas. “Se hacen normas que afectan a los municipios sin contar con los propios municipios”, añade. Sáenz se muestra crítica con la presencia puntual de los líderes de los grandes partidos en algún pequeño núcleo de población. “Les encanta hacerse fotos con vacas y ovejas, pero hay que estar aquí cuando hay un ataque de lobo, cuando hay riada tras riada. Porque nos ponen encima de la mesa cuando hablan de municipios que han sufrido daños unas horas en Zaragoza, pero eso no es cosa de un día, pasa muchas veces en el mes de junio”.
También parece haber caído en el olvido una propuesta que presentó Teruel Existe en el Congreso de los Diputados en octubre de 2021. Se trata del Plan 100-30-30, una iniciativa que demanda, por ejemplo, que haya Internet con una velocidad mínima de 100MB simétrico en todas las zonas, que se necesite un máximo de 30 minutos de viaje para el acceso a servicios básicos y que exista una distancia no superior a los 30 kilómetros para conectar con una vía de alta capacidad. El documento se componía de más de cien medidas. “Si pudieron poner 60.000 millones de euros al servicio de la banca para su recuperación, que inviertan ahora ese dinero en que toda la ciudadanía tengamos los mismos servicios”, apunta Sáenz. Y añade: “Yo les reto, y lo hago de verdad, no a que vengan a sacarse una foto, sino a que pasen una jornada y vean lo que se trabaja; que aprendan a agradecer la labor que hacen los ganaderos, las personas que siguen regentando un bar, una peluquería, un comercio pequeño, y sean capaces de pasar un día con lo que hay aquí”.