El consumidor español sentirá en el bolsillo con todo rigor a partir de mañana lunes el aumento de las tarifas de los servicios más elementales como el transporte, la luz, el gas, el agua y otros muchos. Tanto el agua como la electricidad subirán muy por encima del nivel de la inflación, que fue 2,7 […]
El consumidor español sentirá en el bolsillo con todo rigor a partir de mañana lunes el aumento de las tarifas de los servicios más elementales como el transporte, la luz, el gas, el agua y otros muchos.
Tanto el agua como la electricidad subirán muy por encima del nivel de la inflación, que fue 2,7 por ciento en este diciembre que termina hoy, pero aún se desconoce a ciencia cierta su cuantía.
Se sabe, sin embargo, que la electricidad registrará una primera subida en el recibo de enero, y a partir de junio habrá revisiones trimestrales que, salvo un improbable desplome del precio de las materias primas, supondrán nuevos encarecimientos de la factura.
La tendencia irrefrenable a elevar el precio del bono de transporte por encima de la inflación seguirá como hasta ahora y las alzas se producirán en la mayor parte de las ciudades y, en particular, en los billetes de trenes de largo recorrido y de alta velocidad.
Renfe sube 3,7 por ciento el precio del billete de los trenes de cercanías y regionales. Pero los de alta velocidad (AVE) y grandes líneas aumentarán más, entre 4,25 y 4,5.
Las comunidades y los ayuntamientos siguen en su mayoría aplicando subidas de tarifas para autobuses y metros muy por encima de la inflación. En casi todas las grandes urbes crecerán por encima del 3,5 por ciento.
El taxi será casi inalcanzable. En Madrid la tarifa será un 5,8 por ciento más cara. También subirá en Barcelona (5,5) y algo menos en Sevilla (2,5).
A su vez, el peaje de las autopistas dependientes de la Administración General del Estado sube una media del 3,68%, porcentaje por encima de la inflación, y también ligeramente superior al aumento aplicado en 2006.
El Banco Central Europeo continuará elevando los tipos de interés, actualmente fijados en el 3,5 por ciento, y esa alza en el precio del dinero implica un encarecimiento de millones de hipotecas que se revisan periódicamente.
El ligero incremento del salario mínimo no compensa las alzas. Las pensiones suben en general apenas 2,6 por ciento, y el salario mínimo llega a 570,6 euros pese a lo cual sigue siendo de los más bajos de la Unión Europea.