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Su autor indica que en algunos casos la situación ha empeorado y que la ciudad tiene un grave problema de salud pública

El nuevo ‘Atlas de Mortalidad’ ratifica la alta tasa de Huelva

Fuentes: Rebelión

El nuevo Atlas de mortalidad en áreas pequeñas en España, que verá la luz a finales de este año o principios de 2009, ratifica las altas tasas de mortalidad -las más altas del país- que padece todo el Suroeste español. «El nuevo Atlas señala que la situación no ha mejorado, sino incluso empeora en algunas […]

El nuevo Atlas de mortalidad en áreas pequeñas en España, que verá la luz a finales de este año o principios de 2009, ratifica las altas tasas de mortalidad -las más altas del país- que padece todo el Suroeste español. «El nuevo Atlas señala que la situación no ha mejorado, sino incluso empeora en algunas zonas». Así lo afirmó el pasado lunes su autor, el profesor de Salud Pública de la Universidad Pompeu Fabra Joan Benach.

El autor del estudio explicó que «en Huelva hay un exceso de mortalidad. En el Suroeste en general se acumula un mayor número de zonas con exceso de mortalidad y el problema es tanto la gravedad del hecho en sí como su insistencia en el tiempo».

Además tachó de «negligente» la actitud de «desidia» de la administración pública ante el problema de salud ambiental que padece Huelva, al que «minimiza».

Para Benach esta «crisis de salud pública» viene a confirmar los estudios y la documentación que desde distintos organismos se ha emitido hasta la fecha y que ponen de manifiesto que Huelva, junto con otros puntos de suroeste peninsular, concentren tasas de mortalidad muy superiores al resto del país.

Por ello, Benach consideró una «irresponsabilidad» por parte de la consejera de Salud de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, quien expresara públicamente que no hay datos que hagan necesario la realización de un estudio epidemiológico en Huelva.

«En esto tiene razón, no hace falta sólo uno, sino muchos estudios científicos, epidemiológicos y toxicológicos que documenten de forma precisa qué ocurre con el medio ambiente de esta ciudad y cómo influye en la salud de la población, por tanto sus palabras son fruto bien de la ignorancia, bien de la mala fe», aseguró Benach.

El profesor consideró que hay informes suficientes para actuar, pero entiende que «desde el punto de vista ético» son necesarios otros para concretar aspectos como la incidencia de determinados tóxicos y contaminantes en los trabajadores, por ejemplo.

Definió como una «falta de justicia ambiental y laboral» la existencia de procesos industriales que se dan en Huelva que «están anclados en el siglo XX» y consideró «injusto» que en esta ciudad las personas tengan que escoger entre «tener trabajo o estar expuestos a sustancias tóxicas y tener producción económica o mala salud».

Por su parte, el doctor Steve Wing, profesor de Epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos) que dirige la investigación sobre salud ocupacional y ambiental, destacó el alto nivel de contaminantes que la gente y el medio ambiente está recibiendo en Huelva donde «hay un problema de justicia ambiental y de derechos humanos».

Tanto Benach como Wing coincidieron en afirmar que la actuación debe priorizar aspectos como la concienciación ciudadana o la búsqueda de industrias alternativas, así como trabajar en la detección de los problemas de salud más importantes.

El investigador de la Universidad Pompeu Fabra indicó que los «ciudadanos deben implicarse más y decir no a la connivencia entre Administración, industria y sindicatos». Joan Benach insistió en la presencia de metales como uranio, cesio o radón «que provocan altas tasas de cáncer en trabajadores y población en general». Esto se une a otras condicionantes que provocan un cóctel fatídico.