Un nuevo capítulo se escribía ayer en el debate sobre la futura regulación del matrimonio entre homosexuales, prevista para este otoño. En declaraciones a Radio Galega, el obispo de Mondoñedo, José Gea Escolano, afirmó que los parlamentarios que voten a favor de ese proyecto de ley, y contribuyan así a que las uniones homosexuales se […]
Un nuevo capítulo se escribía ayer en el debate sobre la futura regulación del matrimonio entre homosexuales, prevista para este otoño. En declaraciones a Radio Galega, el obispo de Mondoñedo, José Gea Escolano, afirmó que los parlamentarios que voten a favor de ese proyecto de ley, y contribuyan así a que las uniones homosexuales se casen y adopten niños, «no pueden recibir la comunión, si previamente no han confesado, ya que al ser un pecado público, porque se ha manifestado, muestra el sentido de su cambio de actitud y de mentalidad».
El prelado incluso afirmó que «un cristiano consciente de su fe, que quiera ser coherente, no puede apoyar con su voto unas leyes de este tipo». Si así lo hace, ello sería «muy grave», según Gea Escolano, y «lo que no se puede es pensar en un catolicismo a la carta», ya que «la moral de la Iglesia se acepta o se rechaza, pero en bloque».
Diputados «dolidos»
Estas declaraciones del obispo de Mondoñedo están en sintonía con el bárbaro documento, aprobado el pasado mes de junio por el Episcopado español, donde bajo el título «En favor del verdadero matrimonio», se calificaba de «gran gravedad social» la aprobación de los matrimonios homosexuales y se invitaba «a todos, en especial a los católicos, a hacer todo lo que legítimamente se encuentre en sus manos en nuestro sistema democrático para que las leyes de nuestro país resulten favorables al único y verdadero matrimonio».
A ello también se refirió Gea Escolano y consideró «lógico» que los diputados se sienta «dolidos» cuando la Conferencia Episcopal les ha instado a votar en contra del matrimonio homosexual. Según el prelado, la Iglesia lo que dice no es la forma de votar sino «que votar a favor de una ley de este tipo es ir en contra de ser cristiano y de la actitud normal y corriente del cristiano». Y tampoco le convence el voto en conciencia para esta cuestión, pues en su opinión «un cristiano en conciencia no puede votar eso».
Mientras el obispo de Mondoñedo pronunciaba estas palabras, paradójicamente, tenía lugar otro acto reivindicativo en favor de las uniones homosexuales. El alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores (BNG), ofició también ayer la primera boda gallega de una pareja gay. En el consitorio de la ciudad pontevedresa, Fernández Lores casó de forma simbólica a Verísimo Pazos y Emilio Bernardez, a quienes transmitió su agradecimiento «por la valentía que comporta su apuesta por la visibilidad, aún no muy asumida por algunos sectores de nuestra sociedad». El edil nacionalista no olvidó manifestar su orgullo a nivel personal por la oportunidad de oficiar una ceremonia a la que calificó de «íntima y familiar», a la vez que «reivindicativa de un clima de normalidad y legalidad necesario para que cada uno pueda ejercer su sexualidad en libertad».