Las cifras que dio el convergente Felip Puig no cuadran con las memorias de la entidad cultural. Más de mitad de los 417.000 euros captados en el 2002 por la Trias Fargas provenían del Orfeó. La consulta de las cuentas anuales aportadas por la fundación privada Ramon Trias Fargas (FRTF), vinculada a Convergència Democràtica de […]
Las cifras que dio el convergente Felip Puig no cuadran con las memorias de la entidad cultural. Más de mitad de los 417.000 euros captados en el 2002 por la Trias Fargas provenían del Orfeó.
La consulta de las cuentas anuales aportadas por la fundación privada Ramon Trias Fargas (FRTF), vinculada a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), a la Conselleria de Justícia y a la Sindicatura de Comptes ha aportado una nueva sorpresa vinculada alcaso Millet: el principal donante privado de la entidad durante varios años fue precisamente la Fundació Orfeó Català-Palau de la Música. Además, lo fue a mucha distancia de los otros patrocinadores de la institución. Entre estos destacan empresas farmacéuticas y constructoras.
El secretario general adjunto de CDC, Felip Puig, explicó el pasado viernes 2 de octubre que la Trias Fargas recibió entre 1999 y el 2008 un total de 630.554,82 euros de la fundación del Palau. Las cantidades anuales variaron entre los 60.000 y los 120.000 euros, según Puig. El montante de las cifras de las memorias de la fundación convergente en los únicos años en los que se desglosan todos los donantes privados (2002, 2003, 2004 y 2005) cuadra con las cifras del dirigente de CDC, aunque con diferencias en el reparto anual.
Así, en las memorias consta que, en el 2002, la FRTF recibió 210.151 euros del «Orfeó Català» (según el documento). Más de la mitad de los 417.647 que obtuvo del conjunto de donantes privados. El segundo de la lista en ese ejercicio fue la constructora Dragados (90.000 euros), un clásico entre los donantes de la fundación. A mucha distancia quedaron las también constructoras Rehac SA (24.000) y Bosch Pascual (12.000).
Varias constructoras
Según las memorias, el Orfeó no volvió a aportar dinero a la entidad convergente hasta el 2005: 120.000 euros, uno de cada cinco euros de los 600.000 que captó del sector privado aquel año. El Palau fue de nuevo el primer donante, seguido otra vez por una constructora. En realidad, de cuatro: Copisa, Tamisa, FCC Construcción y Grupo Maquinaria Ferroviaria. Aportaron cada una 60.000 euros. Todas pertenecían a grupos que habían logrado contratos en las obras de la línea 9 licitadas justo al final del último Govern de CiU.
El 2005 es también el último ejercicio en el que la Trias Fargas desglosa en su documentación pública las aportaciones privadas que recibió. A partir de entonces solo da una cifra agregada. En el 2006, coincidiendo con las elecciones autonómicas en las que José Montilla se presentó como candidato a president frente a Artur Mas, las donaciones privadas recibidas por la fundación dieron un salto espectacular. Casi se triplicaron. El peso del convenio con el Palau se diluyó, de acuerdo con los datos facilitados por Puig.
Entre el 2002 y el 2005, la Trias Fargas recibió 330.151 euros del Palau. En eso coinciden las memorias y Puig, aunque este dividió los 210.000 del 2002 en dos ejercicios. Lo que no cuadra, ni junto ni separado, son las salidas de dinero que constan en la Fundació del Palau como «aportaciones a otras entidades», donde entrarían los convenios con la Trias Fargas. Entre el 2002 y el 2008, estas aportaciones sumaron 242.916 euros, mientras que la fundación convergente ya declaró por sí sola haber recibido 570.554.
El juez solo interrogará a Millet sobre la querella y la confesión
El juez Juli Solaz, que investiga el desvío de fondos de la Fundació Orfeó Català-Palau de la Música, precisa en el auto de citación a declarar del principal acusado, Fèlix Millet, que el interrogatorio solo abordará aspectos incluidos en su confesión y en la querella.
Por tanto, no le preguntará sobre el dinero del Palau que fue a parar al exlíder de ERC Àngel Colom ni sobre los 630.000 euros que recibió la Fundació Ramon Trias Fargas, afín a CDC. El juez, sin embargo, deja la puerta abierta a que Millet vuelva a declarar si la investigación lo requiere.
Esta decisión de Solaz es poco común, como otras que adoptó a lo largo del proceso. La fiscalía presentó el 10 de junio la querella, y esta llegó el 6 de julio al juez, que demandó más concreción. Un día después, el fiscal, molesto, respondió que los acusados son los que «participaban en una estrategia de expolio patrimonial», y que la investigación dilucidará el papel de cada uno.