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El papel de los disidentes en la estrategia de subversión

Fuentes: Rebelión

La subversión es un elemento sustancial de la estrategia imperialista los Estados Unidos, país perpetuamente en guerra (latente o abierta). Considerada en otro tiempo como una fuerza secundaria, la información tiene hoy un interés estratégico vital. Perfectamente consciente de su importancia, los Estados Unidos explotan, en provecho de sus ambiciones imperialistas, las virtualidades ofrecidas por […]

La subversión es un elemento sustancial de la estrategia imperialista los Estados Unidos, país perpetuamente en guerra (latente o abierta). Considerada en otro tiempo como una fuerza secundaria, la información tiene hoy un interés estratégico vital. Perfectamente consciente de su importancia, los Estados Unidos explotan, en provecho de sus ambiciones imperialistas, las virtualidades ofrecidas por las nuevas tecnologías de comunicación, de socialización y de información.

La estrategia de dominación se afinó de tal manera que el objetivo está ahora conquistar un país sin atacarlo físicamente, en particular recurriendo a campañas de desinformación apoyados por agentes internos de influencia.

Desde la antigüedad, el estratega chino Sun Tzu ya había definido las ideas-fuerzas de la subversión: «en la guerra, la mejor política, es tomar el Estado intacto». «Los expertos en el arte de la guerra someten el ejército enemigo sin combate. Toman las ciudades sin dar asalto y derriban un Estado sin operaciones prolongadas». «Toda el arte de la guerra es fundada sobre el engaño«. Aniquilar un país no es la opción privilegiada.

El escritor italiano Curzio Malaparte (1898-1957) estuvo convencido de la posibilidad de derrumbar un gobierno propagando una percepción alterada de los hechos. Subrayaba el papel central de una minoría activa que dejaba en la incertidumbre la mayoría leal al poder.

El psico-sociólogo francés Roger Mucchielli (1919-1981) también, subraya la importancia de los factores subjetivos: «la acción de disociación de los grupos constituidos es una operación imprescindible porque se sabe, por las búsquedas en psicología social, que cuanto más los individuos se adhieran a grupos cohesivos, menos son permeables a la propaganda y a la subversión. Hay que pues disociar o neutralizar los grupos de referencias para individualizar a la gente y separarles individualmente de sus valores grupales«. Vladimir Volkoff (1932-2005) codificó perfectamente los lineamentos de la desinformación y de la manipulación en su libro «La desinformación, la arma de guerra»:

– Desmoralizar a la nación adversa y desintegrar los grupos que la componen.

– Desacreditar la autoridad, sus defensores.

– Neutralizar las masas para impedir toda intervención espontánea y general a favor de la orden establecida, en el momento escogida como la toma no violenta del poder por una pequeña minoría. Según esta lógica, conviene inmovilizar las masas más bien que movilizarlas.

Los objetivos de la subversión consisten en sustancia en asediar ideológicamente, políticamente y estratégicamente el adversario con vistas a limitar su libertad de movimiento y de acción.

¡En nombre de la democracia, para el capitalismo!

Los conceptos de «democracia» y de «derechos humanos» se convirtieron en argumento central del intervencionismo estadounidense. La promoción nominal de la democracia es un precepto esencial de la estrategia global de dominación de los Estados Unidos, aunque en práctica traicionan estos mismos valores cada vez que sus intereses son contrariados.

Las revoluciones «coloreadas» (Georgia, Ucrania, Líbano y en cierta medida en Irán) demuestran el empleo metódico de esta táctica.

Bajo el estandarte de los derechos humanos y de la libertad, los grupúsculos cubanos de contestación, sobre los cuales los Estados Unidos toman apoyo, disimulan un programa político explícitamente contrarrevolucionario. Inspirándose de los disidentes de Europa del Este, pretextan luchar para la libertad política y económica, lo que implica en los hechos la caída del sistema sociopolítico socialista, el desmantelamiento de las experiencias revolucionarias y la sujeción de Cuba a los intereses imperialistas.

Los supuestos disidentes hacen un trabajo a largo plazo por cuenta de los Estados Unidos que los animan económicamente y moralmente. Estructuralmente e ideológicamente integrados en los dispositivos de injerencia, los disidentes constituyen la vanguardia de la restauración del capitalismo. Es significativo que sus dirigentes sostengan vilmente las operaciones clandestinas contra el poder legal en Bolivia, Honduras o Venezuela.

¿La disidencia es un proceso endógeno?

Jean-Guy Allard y Eva Golinger en el libro » La Agresión Permanente » subrayan las actividades subversivas de la USAID, la agencia americana para el desarrollo internacional que se convirtió en principal plataforma de contrainsurrección.

La USAID que tiene para misión oficial de reforzar la democracia, la creación de un crecimiento generalizado económico, y promover la seguridad, invirtió millones de dólares en la desestabilización de los países progresistas. Es particularmente activa en Venezuela y en Bolivia, dónde subcontrata a través de fundaciones (Freedom House, American Enterprise Institute, Fundation Ford) y de ONG locales.

Es secundada por la NED (National Endowment for Democracy), organismo vinculada a la CIA, que se encarga más particularmente del financiamiento de los dirigentes políticos y sindicales – y que reivindicó la organización del sindicato Solidarnosc en Polonia, la Carta 77 en Checoslovaquia y Otpor en Serbia.

Cuba tiene que defenderse, desde el principio de la Revolución, contra campañas de calumnia que intentan de presentar, gracias a la abdicación intelectual de los periodistas disciplinados, los inmigrados económicos en exiliados políticos, los delincuentes de derecho común en presos políticos, los agentes al sueldo de un régimen extranjero en opositores políticos.

La USAID reivindica su sostén de las » agencias ejecutivas, de los medios de comunicación y de la sociedad civil en Cuba vía el programa para Comisión para Asistencia a Cuba libre.

La administración Obama persigue escrupulosamente, a pesar de sus declaraciones, la estrategia de injerencia y de hostilidad de sus predecesores como lo confirma el Presidente Raúl Castro: «el enemigo queda tan activo que antes y una ilustración de esto es la detención desde hace varios días de un ciudadano americano, designado por eufemismo por el portavoz del departamento de Estado como el subcontratista de su gobierno y quien se dedicaba al suministro ilegal de medios de comunicación vía satélite a grupos de la sociedad civil que conspiraban«.

No es sorprendente de observar que el término de disidente es exclusivamente reservado, en la prensa ortodoxa, para las personas que contestan el sistema político de países que proclaman un carácter socialista. Hablan de disidencia cubana, venezolana, china pero jamás cualifican de disidente las personas que exprimen una crítica total del sistema capitalista.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.