El Parlament votará y aprobará hoy la Declaración de Soberanía del Pueblo Catalán acordada en última instancia por CiU, ERC e ICV-EUiA. Un texto que reivindica a Catalunya como «sujeto político y jurídico soberano» y que contará también con el apoyo crítico de la CUP. El PSC, finalmente, quedó fuera del acuerdo, por lo que […]
El Parlament votará y aprobará hoy la Declaración de Soberanía del Pueblo Catalán acordada en última instancia por CiU, ERC e ICV-EUiA. Un texto que reivindica a Catalunya como «sujeto político y jurídico soberano» y que contará también con el apoyo crítico de la CUP. El PSC, finalmente, quedó fuera del acuerdo, por lo que la única duda es si se abstendrán o votarán en contra.
Tras dos semanas de intensa negociación entre CiU, ERC, PSC, ICV-EUiA y CUP, el Parlament de Catalunya votará en el pleno de hoy la Declaración de Soberanía del Pueblo Catalán. Han sido CiU, ERC e ICV-EUiA los que han llegado a un acuerdo para consensuar el texto que, como los anteriores borradores, sigue reivindicando a Catalunya como «sujeto político y jurídico soberano».
Del documento final, sin embargo, han caído las referencias al Estado propio, centrándose sobre todo en el derecho a decidir, tal y como pedían PSC e ICV. También a petición de los ecosocialistas, en el nuevo texto se lee que el Parlament «tiene un papel principal en este proceso y, por lo tanto, se tendrán que abordar y concretar mecanismos y dinámicas de trabajo que garanticen este principio». La inclusión de varias propuestas de ICV-EUiA permitió, a última hora del lunes, sumarlos al acuerdo, por lo que la Declaración tiene garantizado el apoyo de, como mínimo, 84 diputados de un total de 135.
La Declaración final no recoge, sin embargo, las demandas de la CUP, por lo que la formación independentista decidió mantener su propuesta -que se votará también hoy- y dar un sí crítico al documento mayoritario [Leer más abajo Propuesta de resolución al Parlament de Catalunya de la CUP-Alternativa d’Esquerres]. Sin conocer la decisión del secretariado nacional reunido ayer tarde, los tres diputados podrían expresar su posición crítica dividiendo su voto, con dos abstenciones y un voto a favor, o viceversa -como hizo la izquierda abertzale en 2004 con el Plan Ibarretxe-.
La crítica de la CUP se basa en que la Declaración y, por lo tanto, el proceso soberanista, «empiezan con renuncias», señaló el diputado Quim Arrufat. Los independentistas lamentan que los Països Catalans queden reducidos a una «eufemística» mención en el preámbulo, que la Declaración mantenga la referencia a la Unión Europea como objetivo futuro de Catalunya y que ponga al Parlament en el epicentro del proceso, en vez de a la sociedad y a la movilización popular.
El PSC, fuera de juego
En las antípodas de la crítica de la CUP se sitúa el PSC, que como venía anticipándose en los días anteriores, ayer anunció que no votará a favor de la Declaración de ninguna de las maneras. Estirando la retórica hasta límites desconocidos, el secretario general del PSC, Pere Navarro, no tuvo reparo alguno en declarar que «los únicos que estamos a favor del derecho a decidir somos los socialistas». Navarro justificó semejante declaración señalando que «los otros nos llevan a una declaración que prefigura el final».
En lo que parece una defensa acérrima de la consulta, añadió: «Si defendemos el principio del derecho a decidir, no podemos señalar el final del camino, sino el hecho de que los ciudadanos podrán ejercer este derecho en una consulta acordada y legal».
Precisamente, la cuestión de la legalidad ha sido uno de los puntos en los que el PSC no ha querido ceder en ningún momento. En la Declaración acordada por CiU, ERC e ICV-EUiA se emplaza al Parlament a utilizar «todos los marcos legales» para hacer efectivo el derecho a decidir, mientras que los socialistas insisten en limitarse a «la legalidad vigente», que no es otra que la Constitución española, que niega tajantemente la posibilidad de ejercer dicho derecho. Como si fuera una broma de mal gusto, Navarro volvió a poner ayer como ejemplo a Quebec y a Escocia, que sí que han respetando la legalidad vigente. Ninguna referencia, sin embargo, a la predisposición de Canadá o Gran Bretaña a facilitar un referéndum de autodeterminación.
Estos malabarismos lingüísticos caen por su propio peso al leer su propuesta alternativa, en la que, precisamente, el concepto de soberanía no aparece ni una sola vez. Cómo defender el derecho a decidir de Catalunya y, al mismo tiempo, negar su soberanía, es algo que solo el PSC entiende y que el resto de Catalunya agradecería que explicase.
De hecho, su discurso no solo chirría en el resto de grupos políticos, sino que está levantando ampollas en el sector más catalanista del partido, cuyas voces más críticas se dejaron oír a ayer. La exconsellera Montserrat Tura aseguró que «muchas personas del PSC» están incómodas ante la negativa del partido a apoyar la Declaración. El también exconseller Joaquim Nadal declaró que no ve «ningún motivo» para que el PSC no vote a favor y añadió que «esto puede acabar mañana -por hoy- en una situación comprometida».
Ese malestar se refleja en la petición de cinco diputados -cuyos nombres no trascendieron- de permitir hoy la libertad de voto. Navarro negó tajantemente dicha posibilidad, por lo que la votación se vivirá con expectación para ver si algún diputado socialista se rebela como en la legislatura pasada lo hiciera Ernest Maragall, hoy en día fuera del partido. Sea como sea, la incógnita principal es saber si la dirección del PSC optará por la abstención o, directamente, por el voto en contra.
Aunque cualquiera de las opciones le retratará, si opta por oponerse a la Declaración, la foto junto al PP y Ciutadans podría configurar definitivamente el escenario político para el resto de la legislatura. El PSC quedaría encuadrado en el campo unionista, junto a un PP que hoy presenta una contra-Declaración en la que ignora cualquier proceso soberanista -centrándose en la crisis y prometiendo mejorar la financiación de Catalunya-, y junto a los nueve diputados de Ciutadans que, más papistas que el Papa, insisten día tras día al Gobierno español en que utilice cualquier mecanismo legal que tenga para frenar la votación de hoy
Tensión creciente en CiU
El PSC no es la única formación en la cual el proceso soberanista genera tensiones internas. Desde el bajón electoral del 25 de noviembre, el líder de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), Josep Antoni Duran i Lleida, no ha ocultado su reserva sobre el proceso soberanista, lo que ha generado gran malestar en los socios de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). Sin ir más lejos, la agrupación de CDC en Barcelona aprobó la noche del lunes una declaración en la que criticó duramente las constantes declaraciones de Duran contra el proceso y emplazó a los órganos de los partidos y la federación a «poner fin al desprestigio» que supone.
Así las cosas, es probable que hoy se dé la paradoja de que algunos diputados del PSC se abstengan o voten en contra de una Declaración que quisieran aprobar y otros diputados de UDC hagan lo propio, pero en sentido inverso. Paradoja que refleja las tensiones internas generadas por el proceso y que no harán más que acrecentarse conforme avance.
Propuesta de resolución al Parlament de Catalunya de la CUP-Alternativa d’Esquerres
Preámbulo
Los Països Catalans son una nación y como tal tienen el derecho de ejercer la autodeterminación. Durante todo el siglo XX la voluntad de autogobernarse de los catalanes y las catalanas ha sido una constante. Lo fue durante el período republicano, en el debate del Estatuto de Nuria, cuya aprobación estuvo condicionada por la intransigencia de las Cortes españolas. La resistencia política en el marco de las dos dictaduras y de los regímenes monárquicos es también exponente de esta voluntad que se ha mantenido a lo largo del tiempo. En la actual monarquía parlamentaria española el pueblo catalán fue condenado. El texto constitucional negaba el pueblo catalán como sujeto político y lo fragmentaba en diversas Comunidades Autónomas, prohibiendo expresamente la federación de los territorios que configuran los Països Catalans. Es necesario recordar que este texto constitucional, redactado en un contexto de mínimas garantías democráticas, prevé la intervención militar en caso de que alguno de los territorios del Estado decida ejercer sus derechos nacionales.
Debido al maltrato económico, institucional, territorial y cultural el encaje de nuestro pueblo en los marcos institucionales francés y español se ha demostrado inviable. Los ataques a la lengua en el conjunto de los Països Catalans, o al modelo de inmersión lingüística en el Principado, son sólo ejemplos recientes de esta voluntad reiterada del Estado de hacer desaparecer la forma de vivir y de ver el mundo que tenemos los y las catalanas.
La crisis desencadenada por el debate estatutario en la segunda mitad de la década del 2000 y el auge de las consultas populares por la independencia han convertido en mayoritaria la voluntad de decidir del pueblo. Esta eclosión ha hecho que una parte mayoritaria de la sociedad coincidiera en el derecho a decidir. Las movilizaciones del 10 de julio de 2010 y del 11 de septiembre de 2012 obligan a los representantes políticos a mover ficha y a facilitar que el pueblo catalán pueda ejercer sus derechos colectivos en libertad y sin condiciones. Estos representantes son conscientes del papel protagonista del pueblo en el proceso de autodeterminación.
Es necesario recordar, además, que este proceso se desarrolla en el marco de un crisis capitalista especialmente dolorosa, que está acompañada de recortes muy importantes en el sector público e incluso de la negación de los derechos más elementales (vivienda, trabajo,…) a una parte importante de la sociedad. En este sentido, y para que el proceso sea lo más amplio posible, es imprescindible que vaya acompañado de un replanteamiento del marco económico, de los tratados internacionales subscritos por el Estado y de la forma que debe tomar nuestra democracia.
A fin de continuar el proceso de autodeterminación del pueblo catalán, el Parlament de Catalunya, reunido en sesión plenaria al inicio de la X legislatura, formula la siguiente:
Declaración de soberanía del pueblo catalán
1- El Parlament de Catalunya constata que la consciencia nacional de nuestro pueblo ha avanzado mucho en los últimos años. En consecuencia, una gran mayoría de esta cámara se manifiesta a favor de la realización de un referéndum democrático para decidir cuál debe ser su futuro.
2- El Parlament de Catalunya considera que los intentos de encajar a nuestro pueblo en los Estados español y francés se han convertido en una vía sin salida. Los catalanes y las catalanas, maltratados durante siglos por el Estado español, tienen derecho a manifestar sus legítimas aspiraciones nacionales mediante un referéndum, como parte de un proceso constituyente en el marco de los Països Catalans.
3- El Parlament de Catalunya, como órgano de representación de una parte del territorio de la nación catalana, aspira a participar en un proceso de vertebración del conjunto de los Països Catalans, siempre que ésa sea la voluntad expresada democráticamente por estos territorios.
En consecuencia insta al Govern de Catalunya a abrir un proceso de diálogo con los agentes sociales, económicos y culturales de los Països Catalans para sondear su voluntad de sumarse a un proceso de soberanía más amplio y explorar posibles vías para su vertebración nacional.
4- Por todo lo anterior el Parlament expresa la necesidad de que el pueblo catalán haga su propio camino, constatando la necesidad de decidir libre y democráticamente su futuro colectivo como única vía para garantizar el progreso, la justicia social y el fomento de la cultura y la lengua propias. Constatamos la necesidad de construir una sociedad más democrática, igualitaria y justa, fundamentada en el Estado del bienestar, las libertades políticas, los derechos sociales y ecológicos, y la solidaridad internacional.
5- El Parlament insta al Govern de la Generalitat, a las fuerzas políticas y a los agentes sociales, económicos y culturales a impulsar el acuerdo más amplio posible para llevar a término este proceso democrático y la hoja de ruta correspondiente, en diálogo con la comunidad internacional, para que las catalanas y catalanes puedan autodeterminarse en un marco de plena libertad, respeto al pluralismo y fomento del debate y la participación. El Parlament se compromete a acompañar un proceso de movilización y organización popular, promoviendo la desobediencia civil si fuera necesaria frente a los obstáculos institucionales que se opongan a la soberanía del pueblo.
6- El Parlament de Catalunya constata que la apertura de un proceso orientado al ejercicio de la plena soberanía por parte del pueblo catalán implica necesariamente el debate profundo sobre el modelo político, institucional, económico, social y cultural. También implica el replanteamiento de las relaciones internacionales del país, incluida la conveniencia de ser un Estado miembro de la UE.
7- El Parlament de Catalunya constata la necesidad urgente de que el pueblo catalán pueda determinar libre y democráticamente su futuro colectivo e insta al Govern a hacer un referéndum de autodeterminación con una pregunta explícita sobre la constitución de un nuevo estado independiente. Este referéndum debe celebrarse lo antes posible, en ningún caso más tarde del 2014. Este referéndum debe contemplar la participación de todas las personas del país, al margen del reconocimiento actual de su ciudadanía.
8- Finalmente el Parlament de Catalunya es consciente de las dificultades del proceso hacia la autodeterminación y por esta razón anima a las catalanas y los catalanes a mantenerse activos y movilizados para defender el derecho a decidir y ser protagonistas de este proceso.
http://www.cup.cat/sites/default/fi…
Traducción: VIENTO SUR