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El PP y el “patio trasero”

El Partido Popular sigue el modelo yanqui de obediencia y ofende a los países de la Cumbre Iberoamericana

Fuentes: inSurGente

Rajoy ha hablado como si España determinase, sin consideración alguna a la voluntad y la dignidad de los países latinoamericanos, los resultados de la Cumbre. Para el Partido Popular, Zapatero tenía que trabajar como un gendarme estricto en la defensa de los intereses del Imperio. «La Cumbre ha sido en éxito del presidente cubano, Fidel […]

Rajoy ha hablado como si España determinase, sin consideración alguna a la voluntad y la dignidad de los países latinoamericanos, los resultados de la Cumbre. Para el Partido Popular, Zapatero tenía que trabajar como un gendarme estricto en la defensa de los intereses del Imperio. «La Cumbre ha sido en éxito del presidente cubano, Fidel Castro, debido al planteamiento partidista del presidente del Gobierno, quien ha primado sus tendencias políticas y obsesiones. «Lo que preocupa al PP es que esta cumbre desde sus inicios se haya planteado desde un punto de vista más partidista que desde lo que debe ser una cumbre iberoamericana, una relación entre Estados con independencia del color de su gobierno». Aunque el despropósito aparente no puede ser más grande, el partido de Aznar -Rajoy no es más que el predecesor de su «regreso triunfante»- expresa su única norma para las relaciones internacionales: atención sumisa a los deseos de Estados Unidos y desprecio total a la soberanía de los pueblos. Especialmente los del «patio trasero», los pueblos de América Latina.

El PP no ha tenido inconveniente alguno en despreciar el trabajo político de los gobiernos presentes en la Cumbre de Salamanca, y tratarlos como vasallos desobedientes de Washington.

En esa línea que define el ex presidente Aznar -que ya se siente reelegido presidente por las algaradas callejeras y mediáticas contra el matrimonio homesexual, la ley de educación, las negociaciones para la paz en Euskadi y el Estatuto de Cataluña-, el partido popular valoró la XV Cumbre Iberoamericana de Salamanca como «un éxito político del presidente cubano, Fidel Castro, debido al planteamiento partidista realizado por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero». Los países de América y Portugal deben ser, según el neofascismo español, convidados de piedra.

Las palabras parecen enviadas desde el Departamento de estado de los EEUU o desde la embajado en Madrid: «Nos hubiera gustado que esta cumbre fuera el éxito de la libertad, la democracia y los derechos humanos, para esto son estas cumbres, sin embargo se ha convertido en la victoria política de Castro», quien «ha logrado lo que quería sin la necesidad de molestarse a venir a Salamanca».

«En esta cumbre ha habido un problema y es que el anfitrión ha primado más sus tendencias políticas y ciertas obsesiones que pueda tener, que el desarrollo normal de una cumbre». «España tiene que cuidar de la redacción final del texto y en este caso no ha sido así».

Y en el colmo del cinismo -práctica de la falsedad y la hipocresía extremas recomendada en el manual no escrito del gobierno Bush- «lo que preocupa al PP es que esta cumbre desde sus inicios se haya planteado desde un punto de vista más partidista que desde lo que debe ser una cumbre iberoamericana, una relación entre Estados con independencia del color de su gobierno». A seguir el catecismo o a casa.