El Partido Comunista de España Reconstituido (PCEr) se plantea la negociación con el gobierno español. Entre las condiciones previas para iniciar este diálogo está el reagrupamiento de todos sus presos, según se recoge en el número 66 de la revista ‘Resistencia’. Para llevar a cabo ese diálogo, asegura el PCE(r), se deben cumplir «imperativamente» las […]
El Partido Comunista de España Reconstituido (PCEr) se plantea la negociación con el gobierno español. Entre las condiciones previas para iniciar este diálogo está el reagrupamiento de todos sus presos, según se recoge en el número 66 de la revista ‘Resistencia’.
Para llevar a cabo ese diálogo, asegura el PCE(r), se deben cumplir «imperativamente» las siguientes condiciones previas: fin de la actuación policial contra los miembros del Movimiento de Resistencia Antifascista, donde se encuadran los GRAPO, y el citado reagrupamiento de los presos de la organización. El PCE(r) no especifica si también exige el reagrupamiento de los encarcelados en Francia, ocho en la actualidad, mientras que en el Estado español hay en prisión 32 personas relacionadas con los GRAPO, 18 preventivos y 14 penados.
Fuentes del actual Ejecutivo consultadas por Europa Press aseguraron que no han recibido comunicación alguna de parte del PCE(r) en el sentido de abrir una negociación.
La fórmula que defiende el PCE(r) es resumida por el propio partido en «paz por libertad». «Eso tiene que concretarse, en su parte más fundamental, en el establecimiento de las libertades políticas plenas y el reconocimiento de nuestra identidad y principios comunistas, y por lo tanto, de nuestro derecho a luchar por la revolución socialista y el comunismo», piden al proceso que se abra. A continuación, el PCE(r) desvela el fin último del diálogo: «abrir en el sistema una brecha favorable para un más amplio trabajo del Partido entre las masas sin que ello suponga hacer ninguna concesión ni a la reacción ni al oportunismo».
La «segunda transición»
Respecto al momento político actual, el PCE(r) dice que existe una «hoja de ruta de la segunda transición» que rechazan por no contener las aspiraciones fundamentales de los trabajadores y del Movimiento Antifascista. Con todo, el PCE(r) advierte de que cualquier plan de paz estará precedido por una previa «represión» del Gobierno, de tal forma que los miembros del Movimiento Antifascista queden «tan machacados y confusos de ideas que (el Gobierno) pueda convertir después la ‘mesa de diálogo’ en un monólogo que concluya con la firma del acta de nuestra capitulación».
En este sentido, recuerdan las conversaciones mantenidas con el Gobierno en la primera legislatura del PP, y afirma que «después de rechazar de plano sus provocadoras ‘soluciones’ tuvieron que salir con el rabo entre las piernas; por eso nuestro Secretario General, al final de la última batalla que sostuvo contra toda una jauría de mastines del Gobierno español y algunos de su socio francés, denunció: ‘¡¡Con sus actos demuestran que no están por la paz y el diálogo, sino por la continuación de la guerra!!».
Este frente de negociación es uno de los tres que pretende abrir el PCE(r) y que deben apoyarse «mutuamente»: el «principal», que es la reorganización del partido; la «lucha organizada» según un programa que dicen estar difundiendo; y, por último, «la utilización del arma política de las ‘negociaciones’ como parte de la lucha revolucionaria» de su partido.