No obstante, es de destacar por parte del entonces alcalde, Luís Díaz Alperi -ahora diputado de las Cortes valencianas y, por tanto, uno de tantos aforados que se guardan así de las acciones legales emprendidas contra su gestión- tuvo el detalle de poner una placa explicativa junto a la calle Enrique Pérez Cascales que dice […]
No obstante, es de destacar por parte del entonces alcalde, Luís Díaz Alperi -ahora diputado de las Cortes valencianas y, por tanto, uno de tantos aforados que se guardan así de las acciones legales emprendidas contra su gestión- tuvo el detalle de poner una placa explicativa junto a la calle Enrique Pérez Cascales que dice «falangista fusilado durante la Guerra Civil española». Es decir, en esta ciudad no se aplica la Ley de memoria histórica y, además, se utiliza una partida presupuestaria para dejar patente esta ilegalidad en una placa informativa.
Pero no sólo esta calle honra la muerte de un golpista, sino también la perpendicular a ésta: c/ Miguel Jiménez Reyes, a la sazón, calle que albergaba el único colegio del barrio, ahora ya cerrado por parte de la Obra social de la Caja de Ahorros del Mediterráneo. Esta calle, no obstante, nunca ha tenido una placa tan pedagógica como la anterior, pero podemos constatar que ambas honran la misma actitud antidemocrática.
De nuevo, perpendicular a la primera y paralela a la anterior, nos encontramos con la gran calle de Enrique Madrid, personaje del que se escriben frases tales como éstas: destacó por su robustez, hombría y arraigados ideales tradicionalistas.
Estas calles se encuentran concentradas en un radio de apenas 300 metros y no son las únicas en la zona. Podemos decir, pues, que este barrio eminentemente obrero ha permanecido durante años en desconocimiento absoluto de lo que sus lugares comunes pregonaban tan abierta como ocultamente.
Fuente: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article11331