El programa estrella de la Consejería de Educación, el Plan de Calidad, ha sido declarado ilegal por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. El programa, también llamado plan de incentivos porque los otorgaba a cambio de resultados académicos, fue mayoritariamente rechazado por el profesorado; dirigido fundamentalmente a la enseñanza secundaría, sólo el 23 % […]
El programa estrella de la Consejería de Educación, el Plan de Calidad, ha sido declarado ilegal por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. El programa, también llamado plan de incentivos porque los otorgaba a cambio de resultados académicos, fue mayoritariamente rechazado por el profesorado; dirigido fundamentalmente a la enseñanza secundaría, sólo el 23 % de los institutos resolvió acogerse a él.
La administración empezó pronto a reconocer su fracaso, en 2008 Luís Pizarro, entonces secretario del PSOE, hablaba de la necesidad de reforma y Mar Moreno, ejerciendo de Consejera de Educación, le daba la puntilla en marzo del presente año admitiendo el fiasco.
Es extraño que un plan que el primer año regala 600 euros, por el solo hecho de firmar un papel, reciba tan poca acogida. La razón es simple y digna de admiración: el profesorado tiene muy claro, y lo manifiesta repetidamente, cuáles deben ser las medidas para mejorar la calidad de la enseñanza, y no ha admitido un plan que no recoge ninguna de estas medidas y que lo señala como único responsable de la problemática educativa andaluza, admitiendo de facto que el problema es que no trabaja lo suficiente y que por más dinero estaría dispuesto a hacerlo. El aumento del desprestigio estaba servido, gracias a la Consejería y a las organizaciones sindicales que, inexplicablemente, le hicieron coro, negándose a escuchar a la inmensa mayoría de los docentes.
Para colmo, el Plan nunca ha tenido dotación presupuestaria y con su implantación desapareció de todas las nóminas el complemento de homologación. El dinero de todos y todas repartido solo entre quienes suscribieron el Programa.
USTEA siempre ha estado radicalmente en contra del Plan, junto con la mayoría del profesorado y con otras organizaciones sindicales. Animamos al profesorado a renunciar a las prebendas económicas, convocamos una jornada de huelga e interpusimos el recurso ante el Tribunal Superior. Las razones no eran sólo legales, también ideológicas, ya que no concebimos una enseñanza regida por criterios empresariales, por eso, además, nos hemos empleado a fondo contra los nuevos reglamentos orgánicos, rechazados por el 92 % del profesorado. No estamos por discriminar al alumnado en razón del centro escolar en el que estudie y de ninguna manera admitimos que se tome al profesorado por el responsable del deterioro educativo. En definitiva somos un sindicato de izquierdas, no apegado a los favores del poder, que trabaja por la mejora de las condiciones laborales del conjunto del profesorado y que se emplea a fondo en la defensa de la escuela pública.
Ahora el alto tribunal andaluz nos da la razón, dice que el plan es una chapuza. La principal responsable del desaguisado es la Consejería, no nos cabe la menor duda, pero también las organizaciones sindicales que la apoyaron ciegamente, aún cuando en la última convocatoria, viendo venir la sentencia, la administración no realizó publicidad alguna, el sindicato Comisiones Obreras siguió animando -afortunadamente, con escaso éxito- a secundarlo. Ambos deben dar explicaciones al conjunto de la sociedad andaluza.
Los profesionales de la enseñanza tenemos muy claro las medidas necesarias para mejorar la calidad, y USTEA las recoge. Coinciden estas con las recomendaciones de los últimos informes nacionales e internacionales: atención personalizada valorando y atendiendo las necesidades especificas del alumnado dentro de una escuela inclusiva. Para esto, es necesario que la educación sea verdaderamente una prioridad del Gobierno y del conjunto de la sociedad, y que se dote de los suficientes medios económicos que permitan, entre otras cosas, un aumento de las plantillas. USTEA cuantifica el déficit de profesorado en Andalucía con la media española en la escalofriante cifra de 19.000 profesionales.
Afortunadamente este curso, además, hemos conseguido parar el desmantelamiento presupuestario anunciado para los EOEs, pieza básica en esta atención especializada. E iniciado el mes de julio, el consejero Francisco Álvarez de la Chica asumía, al fin, que los llamados cupos 13 y 14, docentes destinados a tareas de apoyo en los centros de infantil y primaria, se dedicarán sólo a eso, a tareas de apoyo. Desde USTEA hemos mantenido una fuerte y continua presión para conseguirlo. Ha valido la pena.
Estamos de enhorabuena. Con constancia, el profesorado andaluz va alcanzando viejas reivindicaciones. Y desde luego, como dice el refrán: «que cada cual aguante su vela» y las reclamaciones y peticiones de cuentas a quien corresponda.
Joaquín Vega Padial. Sindicato USTEA
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