En contra de lo prometido por la Ministra de Fomento al principio de su mandato, y de la obligación legal de hacerlo según la normativa vigente, todo parece indicar que el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte, PEIT, no se va a someter a Evaluación Ambiental Estratégica. Efectivamente, la Directiva 2001/42 relativa a la evaluación […]
En contra de lo prometido por la Ministra de Fomento al principio de su mandato, y de la obligación legal de hacerlo según la normativa vigente, todo parece indicar que el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte, PEIT, no se va a someter a Evaluación Ambiental Estratégica.
Efectivamente, la Directiva 2001/42 relativa a la evaluación de los efectos en el medio ambiente de los planes y programas obliga a someter un plan como el PEIT a este instrumento de análisis ambiental. La Directiva, aunque todavía no está transpuesta a nuestra legislación dado el habitual retraso del Estado español en la aplicación y trasposición de la normativa ambiental, es sin embargo de obligado cumplimiento desde julio de 2004.
Ayer, tras la presentación del PEIT al acabar el Consejo de Ministros, se anunciaba un breve proceso de consultas con los distintos ministerios, las comunidades autónomas y los agentes sociales, con la intención de estudiar las alegaciones presentadas al PEIT en marzo. Este corto periodo no deja tiempo material para la Evaluación Ambiental Estratégica.
Si no se aplica este instrumento de evaluación, ¿cómo se va a valorar la contribución del PEIT al cambio climático?, ¿cómo se conocerá su repercusión sobre la biodiversidad y la fragmentación de hábitats? Desde hace tiempo está claro que el estudio ambiental fragmentado -analizando cada proyecto individual por pequeños tramos- tiene enormes carencias que no permiten conocer, y corregir, las verdaderas repercusiones ambientales y territoriales de las grandes obras.
Por otra parte, Ecologistas en Acción destaca la falsedad de la retórica que se sigue usando al hablar de grandes infraestructuras. Así, por ejemplo, se sigue dando por supuesto que más construcción de infraestructuras supone un mayor desarrollo económico, cuando hay muchos estudios que cuestionan esta vinculación (uno de los más conocidos es el del grupo asesor de expertos del Gobierno británico, más conocido como SACTRA). En todo caso, habrá que estudiar -y justificar- en cada caso la realidad de esta suposición.
También se sigue usando una dialéctica claramente demagógica. En el documento explicativo sobre el PEIT colgado en la página web del Gobierno (http://www.la-moncloa.es/web/docs/pdfs/peit.pdf) se sigue afirmando que la inversión en autovías permitirá que «se superen los déficits en relación a los países europeos de nuestro entorno». La realidad, sin embargo, es muy distinta: somos el segundo país europeo (sólo superados por Alemania) en cuanto a kilómetros de vías de alta capacidad -autovías y autopistas- aunque en un par de años seremos los primeros, ya que la ventaja alemana es pequeña. En términos relativos la situación aún es más llamativa: España es el Estado europeo con más kilómetros de autovías y autopistas en relación a su población y al número de vehículos. ¿Dónde está el déficit que justifica estos nuevos 60.600 millones de euros -10 billones de las antiguas pesetas- para más autopistas?
El criterio expresado por la ministra, de que casi toda la población estará a menos de 30 km de una autopista no se sostiene desde un punto de vista ambiental ni de lógica del transporte. Los manuales de ingeniería hablan de que resulta razonable desdoblar una carretera si la el número de vehículos que transita por ella cada día supera los 10.000-15.000. Hoy día se construyen en España autovías paralelas a carreteras con menos de 3.000 vehículos/día.
En definitiva, para Ecologistas en Acción, el PEIT presentado, a falta de poderlo conocerlo más en detalle, adolece de los mismos defectos que otros planes de infraestructuras previos, apostando por una faraónica e indiscriminada construcción de infraestructuras sin analizar sus repercusiones y buscando alternativas más sostenibles. Pero, sobre todo, es ilegal si no se somete a la perentoria Evaluación Ambiental Estratégica.