He oído mal. No puede ser verdad lo que he escuchado. Esto en concreto: El ex diputado de la CUP en el Parlament de Cataluña, Quim Arrufat ha dado por hecho -o algo muy similar- que si CDC llevase su «presión» al límite, cosa que ya está haciendo por tierra, mar, aire y televisión, «la […]
He oído mal. No puede ser verdad lo que he escuchado. Esto en concreto:
El ex diputado de la CUP en el Parlament de Cataluña, Quim Arrufat ha dado por hecho -o algo muy similar- que si CDC llevase su «presión» al límite, cosa que ya está haciendo por tierra, mar, aire y televisión, «la CUP acabaría cediendo y apoyaría la investidura de Artur Mas como presidente de la Generalitat». ¿Por qué? Para evitar que el proceso soberanista «descarrile». La Patria lo exige todo, incluso apoyar al más neoliberal de los políticos profesionales que han dirigido la Generalitat.
El ex ha intervenido en la tertulia de la mañana del 1 de octubre en Catalunya Ràdio. Ha señalado, eso sí, a Mas y a Junts pel Sí, de los riesgos que este tipo de negociación conllevaría para el proceso hacia la independencia. ¿Qué riesgos? «Hay una fórmula muy fácil de conseguir para que la CUP vote a Mas como president: se cierra en banda CDC y JxSí, se hace presión contra la CUP durante dos meses, se llega hasta el final. Y como que la CUP, antes que hacer descarrilar el proceso, estará al lado del proceso, pues se impone Junts pel Sí. Es la manera más fácil». Luego, poor tanto…. Lo siguiente: «La CUP antes que hacer descarrilar nada estará al lado del proceso soberanista».
Ha advertido, por supuesto, de que forzar de esta manera a la CUP a desdecirse de su compromiso electoral (¡¡¡) de no investir a Mas acarrearía efectos negativos. Ha admitido incluso de que de un proceso que arrancase de este modo pudiese salir «una república, que sea creíble, democrática y para todos». Más aún: «quedaría bastante claro que ha habido una operación continuada para dominar esta ola soberanista». Luego entonces…
Otras voces narran otras moledías. La número dos de la CUP en estas elecciones catalanas, Anna Gabriel, ha propuesto que el nuevo Govern tenga una «presidencia coral», «tres o cuatro perfiles con un peso equivalente» que compartan el poder. Ha añadido: sin que eso implique «enterrar» políticamente al actual presidente de la Generalitat» ¿Y por qué no hay que enterrarlo? ¿La izquierda comunista de los PPCC apoyando a un presidente de estas características?
Arrufat ha escrito un tuit posterior a la publicación de esta información. Asegura en él que la investidura de Mas no es una opción planteable. ¿Qué es entonces? Un supuesto del fin del proceso.
¿Se entiende? ¿Lo entienden? Yo no. ¿Pero no había afirmado la CUP por activa y pasiva que en ninguna circunstancia apoyarían la investidura del amigo de Jordi Pujol Ferrusola? Entonces…
Pues lo de Lewis Carroll: las palabras significan lo que los amos quieren que signifiquen. ¿Seguiremos hablando de democracia, de compromisos y de nuevas formas de hacer política? ¡Quin riure, quin riure!
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.