El domingo 18 de enero se celebró en Madrid una manifestación a favor de Israel bajo el lema «Manifiesto por Israel y contra el terrorismo de Hamas», convocada por la Asociación de Amistad España-Israel. Justo una semana antes, el 11 de enero, también en la capital española, se realizaba otra, ésta a favor de Palestina, […]
El domingo 18 de enero se celebró en Madrid una manifestación a favor de Israel bajo el lema «Manifiesto por Israel y contra el terrorismo de Hamas», convocada por la Asociación de Amistad España-Israel. Justo una semana antes, el 11 de enero, también en la capital española, se realizaba otra, ésta a favor de Palestina, bajo el lema «Paremos el genocidio palestino. Poner fin a la agresión militar de Israel contra Gaza», convocada por numerosas organizaciones. Hasta aquí todo normal, lo curioso es que entre las personas que participaron y hablaron ante el público en la primera estaba el diputado del PSOE en la Asamblea de Madrid, Juan Antonio Ruiz Castillo, quien manifestó su denuncia contra cualquier manipulación contra Israel. Y en la segunda, en representación de la Ejecutiva Federal socialista, el secretario de Movimientos Sociales, Pedro Zerolo, quien dijo, pancarta en mano, que su partido está «en pie de paz contra la violencia que está ejerciendo el Gobierno israelí hacia el pueblo palestino».
No solamente las palabras de ambos altos cargos del PSOE mostraban ideas incompatibles, los propios manifiestos de las convocatorias lo eran. El del día once expresaba «su solidaridad con el pueblo palestino» y condenaba «la injustificable e inhumana acción militar de Israel y exigimos su fin inmediato». Para terminar con las consignas: «¡Por el fin de la agresión militar de Israel a Gaza!, ¡Paremos la masacre del pueblo palestino! ¡Por el fin de la ocupación! ¡Solidaridad con el pueblo palestino!». En cambio, el manifiesto proisraelí del día 18, expresaba que «nos hemos movilizado hoy aquí para expresar nuestro apoyo al pueblo israelí» y calificaban las muertes de Gaza de » una operación militar legítima desde el punto de vista del derecho internacional» de «un gobierno democrático que tan sólo cumple con su obligación básica de proteger a su población civil». Incluso los de la manifestación del diputado del PSOE José Antonio Ruiz, en relación a los asistentes a la otra manifestación -la del miembro de la ejecutiva federal del PSOE, Pedro Zerolo-, criticaban «la aberrante actitud de estos políticos que, de manera irresponsable, y persiguiendo prebendas que nada tienen que ver con el falso altruismo declarado, desfilan junto a encapuchados que exhiben impunemente armas en sus manifestaciones y hacen llamamientos al odio y la intolerancia».
Si alguien puede creer que esa aparente contradicción de los socialistas españoles crea tensión en su partido o en el gobierno, está totalmente equivocado. No hay ningún problema, además, el gobierno Zapatero actúa en consecuencia, vende armas a Israel por valor de 4.353.309 euros en el año 2007 más otros 1.551.833 en lo que va de 2008, y después envía 6.500.000 euros de ayuda humanitaria para atender a las víctimas de las armas que vendimos. No pueden tener queja ninguno de los dos bandos.
Lo importante es que usted, ciudadano español, piense lo que piense de esa guerra, esté seguro de que el Partido Socialista Obrero Español está con usted.