Los viajes bajo la nieve, el granizo y la lluvia muestran con más crudeza las consecuencias del alejamiento. Cada vez que Itsaso Alkorta vuelve, reventada, y ve el cartel de Zaballa, piensa lo mismo: «¡Qué injusto es esto! deberíamos hacer esta visita aquí». Gara ha recogido cuatro vivencias tras este duro fin de semana. Gorka […]
Los viajes bajo la nieve, el granizo y la lluvia muestran con más crudeza las consecuencias del alejamiento. Cada vez que Itsaso Alkorta vuelve, reventada, y ve el cartel de Zaballa, piensa lo mismo: «¡Qué injusto es esto! deberíamos hacer esta visita aquí». Gara ha recogido cuatro vivencias tras este duro fin de semana.
Gorka García baja todos los meses a visitar a su compañera Ana Belén Egüés, presa en Córdoba. Viaja en la furgoneta de Mirentxin. «Salimos el viernes a las 20.45 de Bilbo y, si todo va bien, volvemos el sábado a las 22.00-22.30». Este fin de semana se llenó la furgoneta: siete familiares más las dos conductoras, Maialen y Lorone. «Debido a la nevada, llegamos a Córdoba un poco más tarde, a las 06.00. Después de hacer las visitas -en mi caso fue un vis a vis- tomamos el camino a casa. En Somosierra nos encontramos con todo nevado. El quitanieves se fue a un lado y nos quedamos bloqueados un montón de coches. Cuando nos empezamos a mover avanzamos muy despacio, con aguanieve. Llegamos a Bilbo hacia las 01.30 y, a casa, a las 03.00».
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