Durante todo este verano se ha hablado mucho del Sindicato Andaluz de Trabajadores y Trabajadoras (SAT) y de la expropiación de alimentos básicos en dos supermercados para donarlos a familias necesitadas. Posteriormente, las marchas obreras por toda Andalucía han concluido con un éxito rotundo de movilización y denuncia social. Pero aun así todavía hay gente […]
Durante todo este verano se ha hablado mucho del Sindicato Andaluz de Trabajadores y Trabajadoras (SAT) y de la expropiación de alimentos básicos en dos supermercados para donarlos a familias necesitadas. Posteriormente, las marchas obreras por toda Andalucía han concluido con un éxito rotundo de movilización y denuncia social. Pero aun así todavía hay gente que desconoce cuál es el funcionamiento de este sindicato y cuál es su histórica lucha, y piensan que todas estas acciones de ocupaciones de grandes superficies, bancos, tierras, etc., son algo nuevo. Pero no es así.
En 1976, después de un par de años de contactos entre comisiones de jornaleros se celebró en Antequera la Asamblea Fundacional del Sindicato de Obreros del Campo (SOC), el primer sindicato legalizado en Andalucía tras la dictadura franquista. Desde el principio sus integrantes tuvieron que soportar una gran represión con multas, palizas, encarcelamientos, etc. Fue en esa época cuando las ocupaciones de tierras empiezan a ser su principal forma de lucha. Entre estas luchas destaca la histórica huelga de hambre de 700 personas en 1980 en Marinaleda para exigir mejoras en el antiguo Empleo Comunitario, siendo un éxito e impulsando la lucha por la tierra hasta que en 1991, tras varios años de ocupaciones, se ceden a Marinaleda 1.200 hectáreas del Cortijo del Humoso del Duque del Infantado. Esto permitió crear la cooperativa que hoy día hace que Marinaleda tenga prácticamente pleno empleo, no sin antes luchar por el regadío de esas tierras mediante la ocupación del pantano de la Cordobilla.
Tras esto, el SOC siguió con las ocupaciones, consiguiendo poner en funcionamiento cooperativas en pueblos como Pedrera, Los Corrales o Puerto Serrano, con 300 hectáreas expropiadas al empresario Ruiz Mateos. Desde sus inicios, el SOC se mostró como un sindicato de carácter social y político, participando en distintas campañas, por ejemplo, de apoyo a los pueblos palestino y saharaui, o en defensa de las personas migradas, muchas de ellas compañeras de tajo. Desde sus primeros pasos, el SOC ha defendido una reforma agraria justa para el pueblo andaluz.
El sindicato siempre ha denunciado a los terratenientes y ha protestado, por ejemplo, cuando el gobierno andaluz del PSOE concedió a la Duquesa de Alba la medalla de Andalucía. Que el SOC se había convertido en un referente de lucha del pueblo andaluz era una realidad para las y los jornaleros, que se veían identificados y participaban de su lucha digna, pacífica pero a la vez radical, y de su funcionamiento democrático mediante asambleas.
Llegando a la ciudad
En 2007 se decidió que había llegado la hora de llevar el espíritu de lucha del SOC hasta las ciudades, donde cada vez más gente admiraba su lucha y colaboraba con ella. En este camino el SOC se unió a otros sindicatos minoritarios andaluces dando forma al que hoy conocemos como el SAT. Fue constituido en Sevilla en septiembre del año 2007 declarándose un sindicato de clase, alternativo, anticapitalista, de acción directa, autónomo, independiente, solidario, internacionalista, pluralista, abierto, antipatriarcal, confederal, republicano, nacionalista andaluz y de izquierdas.
El SAT sigue la línea de lucha del SOC y, poco a poco, va creciendo en las ciudades sin renunciar a la histórica lucha jornalera por la tierra. Poco después de constituirse, al declararse la crisis actual, el SAT empieza a señalar a los culpables mediante ocupaciones de distintos bancos, grandes superficies, aeropuertos (Sevilla y Málaga), la televisión pública andaluza (Canal Sur) y numerosas fincas de los ya bien conocidos terratenientes.
Desde que el SAT comenzó su andadura en 2007 se ha visto cómo iba creciendo en las ciudades y cómo, poco a poco, iba creando secciones sindicales en distintas empresas. El ejemplo más claro lo tenemos en la unión local de Sevilla que no para de crecer tanto en número de afiliados y afiliadas como en secciones sindicales. Sin ir más lejos, se acaba de crear la sección sindical en LIPASAM, empresa de limpieza sevillana donde muchos trabajadores y trabajadoras tienen que soportar una situación precaria.
Pero no se puede hablar de ejemplo de crecimiento en secciones sindicales sin mencionar al SAT-US (Universidad de Sevilla) que ha tenido un crecimiento y una actividad espectaculares no solo en temas educativos, sino también apoyando y ayudando a organizar a trabajadores y trabajadoras que desempeñan su función en la US. Se han creado secciones en las subcontratas de la US como EUROLIMP, la subcontrata de la limpieza, donde en junio pasado se celebraron elecciones sindicales y el SAT, a pesar de que era la primera vez que se presentaba en dicha empresa, resultó ganador. O en la subcontrata de modelos en vivo de la facultad de Bellas Artes, donde la plantilla de 30 trabajadores y trabajadoras afiliadas al SAT ganó con una huelga una mejora salarial del 17%, entre otras mejoras laborales. El potencial del SAT para organizar a la gente en sus centros de trabajo es enorme, seguir impulsando la creación de secciones sindicales va a seguir siendo clave.
En diciembre de 2011, tras unas declaraciones en televisión del hijo de la duquesa de Alba Cayetano Martínez de Irujo, en las que aseguraba que los andaluces tienen pocas ganas de trabajar, criticando también la mísera ayuda del PER que reciben los jornaleros, la respuesta del SAT no tardó en llegar y unos 500 sindicalistas ocuparon una de sus fincas para demostrarle que, si alguien no tiene ganas de trabajar ni dar trabajo, es la casa de Alba.
Esta acción ya tuvo impacto mediático, pero pocos podían imaginar lo que ocurriría ocho meses después. Siguiendo su forma de lucha de acción directa, el SAT realizó una expropiación de alimentos en dos grandes supermercados, uno en Écija (Sevilla) y otro en Arcos de la Frontera (Cádiz) con el ánimo de que la sociedad mirase hacia donde está el verdadero problema. Mirase a esa gente que no tiene para comer mientras estas grandes superficies tiran la comida negándose a donarla a comedores o bancos de alimentos, mientras se sigue echando a gente de sus casas mientras se amontonan las casas vacías.
El objetivo se cumplió sobradamente y poco más tarde se iniciaba la marcha obrera que ha recorrido Andalucía a lo largo de más de 350 km bajo unas insultantes y a la vez inútiles fuerzas de seguridad. Cada vez que el SAT se proponía hacer una acción sorpresa ocupando cualquier banco o supermercado siempre se conseguía.
Como ejemplo reciente, el pasado mes de septiembre el SAT-US protagonizó un encierro en el rectorado de la US que duró 24 horas. El principal objetivo era hacer un llamamiento a la comunidad universitaria a movilizarse y a acudir masivamente a la asamblea convocada para finales de septiembre con vistas a la convocatoria de una huelga.
Este camino de lucha y solidaridad es el que el SAT debe seguir, olvidándose de sectarismos respecto a las bases combativas de otros sindicatos que tanto daño hacen al movimiento obrero.
La CUT de Gordillo debe romper con IU
Por Jesús Castillo
En plena crisis económica y frente a los recortes sociales más fuertes de la historia de la democracia, vivimos un momento clave en la situación política andaluza. La entrada de IU en el Gobierno andaluz, con Valderas a la cabeza, ha significado un fraude para muchos de sus votantes que han visto cómo la coalición está más preocupada por tocar poder y gestionar el sistema desde las instituciones que en impulsar las luchas desde abajo en la calle y los centros de trabajo para parar los recortes.
Con IU en el gobierno de Griñán (PSOE) se ha abierto un enorme hueco en la izquierda política andaluza. En esta situación, el SAT ha irrumpido con fuerza en la opinión pública con su lucha ejemplar por la justicia social. Mucha gente está viendo al SAT como una referencia más allá del plano sindical, como un referente político anticapitalista. En este contexto, la responsabilidad del SAT es muy grande.
El referente político del SAT en el medio rural es el Colectivo Unitario de Trabajadores-Bloque Andaluz de Izquierda (CUT-BAI) de Sánchez Gordillo. Un partido político cuya dirección lleva años amagando con salir de IU e inmersa en luchas internas de poder en la coalición. Ahora es el momento de que CUT-BAI rompa con IU y ejerza como polo de atracción para la izquierda anticapitalista andaluza en la construcción de un reagrupamiento político cada día más necesario. Ha llegado el momento de que la CUT demuestre realmente si quiere trasladar el espíritu y lucha histórica de Marinaleda a toda a Andalucía. Necesitamos, en tiempos de crisis como estos, reagrupar a la izquierda anticapitalista andaluza, a la vez que ésta crece para frenar los recortes y construir otro modelo de sociedad, y en esto la CUT tiene un papel esencial que debe jugar fuera de IU.
Juan Antonio Casado y Jesús Castillo son militantes de En lucha / En lluita