El sector Crítico de Comisiones Obreras (CC.OO.) ha mostrado su malestar ante las declaraciones que el Secretario General del sindicato, José María Fidalgo, realizó al diario El Mundo (en su edición del 14 de abril de 2008) y donde se emplazaba al gobierno a reabrir el debate nuclear para su relanzamiento. Agustín Moreno, en nombre […]
El sector Crítico de Comisiones Obreras (CC.OO.) ha mostrado su malestar ante las declaraciones que el Secretario General del sindicato, José María Fidalgo, realizó al diario El Mundo (en su edición del 14 de abril de 2008) y donde se emplazaba al gobierno a reabrir el debate nuclear para su relanzamiento.
Agustín Moreno, en nombre de la corriente que representa, consideró inadmisible que Fidalgo se expresara en tales términos cuando CCOO siempre se ha manifestado en contra de la energía nuclear en todos sus Congresos.
Por ello, dichas opiniones deberían ser tomadas como las de un particular y no como la posición del sindicato, pues nada de ello ha sido discutido en sus órganos de dirección.
El sector crítico consideró «una vergüenza la forma en que el lobby nuclear está influyendo en los sectores sindicales y habría que preguntarse a quién representan estos líderes sindicales de CCOO y UGT cuando vienen desarrollando una contumaz e impúdica campaña nuclear».
En el mismo comunicado se presionaba al gobierno para que modifique su actual posición, y se aseguraba que el reciente y grave accidente de la central nuclear de Ascó (Tarragona), va a obligar a investigar la contaminación radiactiva a más de 800 personas.
«Como siempre que suceden este tipo de situaciones, nos encontramos con la opacidad y el intento de ocultamiento de la gravedad de los hechos a la opinión pública», se afirmaba en el mismo.
Además, la disolución del Ministerio de Medioambiente en el de Agricultura y Pesca, con una ministra al frente de baja sensibilidad hacia la sostenibilidad es un hecho preocupante que podía suponer un giro en el futuro en la posición del gobierno en materia nuclear.
Por tales motivos la corriente sindical consideró que el debate no debe darse entre una elite formada por la cúpula sindical, los grandes grupos económicos y el gobierno, sino que debe generarse un amplio debate social sobre los riesgos y limitaciones de la energía nuclear.
Por último, los críticos de CCOO expresaron su profundo rechazo a una energía incapaz de resolver el problema de los residuos que mantienen su extrema peligrosidad durante miles de años, inviable económicamente pues sólo puede subsistir con fuerte subsidios públicos, que no puede ser usada en el transporte público, incapaz de reducir significativamente las emisiones de gases de invernadero que originan el cambio climático, y que origina una dependencia de terceros países para la compra de uranio enriquecido,erlo en otros países.
Una energía, la nuclear, que para colmo sólo cuenta con un apoyo del 4% de la ciudadanía, pues la inmensa mayoría reivindica el cierre gradual y rápido de las centrales nucleares existentes.