El cineasta aborda la precariedad laboral en Sorry We Missed You, con guion de Paul Laverty, una cinta en la que evidencia a los trabajadores que éste no es un sistema sostenible. Premio del Público a la Mejor Película Europea en San Sebastián.
Una secuencia de Sorry We Missed You
El mercado quiere ganar y ganar dinero, y el precio lo pagan los trabajadores. Pero «la lucha continúa» y Ken Loach levanta el puño y sonríe. 83 años combatiendo la injusticia del capitalismo y poniendo el dedo en la llaga. Ahora toca luchar contra la máxima expresión de la explotación, «el sistema de explotación ha llegado a la perfección, el obrero obligado a explotarse a sí mismo».
Es lo que le sucede a Ricky, uno de los protagonistas de su nueva película, Sorry We Missed You, retrato de la precariedad laboral en la sociedad de hoy. Loach, con guion de Paul Laverty, dibuja un panorama, muy amargo porque es real, de las condiciones laborales de una familia media británica. Cada día trabajan más, cada día tienen menos tiempo juntos, cada día el desánimo gana terreno en sus vidas…
Extraordinaria película, cargada de una humanidad y una verdad turbadoras por la tristeza que arrastra, Sorry We Missed You se estrenó en el Festival de Cannes y en el Festival de San Sebastián conquistó el Premio del Público a la Mejor Película Europea. Loach, octogenario imparable, presentó su película en un cine abarrotado, atendió feliz a la prensa -con Público mantuvo esta entrevista- y, entre una cosa y otra, salió corriendo hacia el Puente de la Zurriola para acompañar a las trabajadoras de las residencias de ancianos de Gipuzcoa, en huelga esos días por sus condiciones laborales. Hace solo unos días escribió a sus distribuidores en España para preguntar cómo iban las negociaciones de estas trabajadoras.
¿La precariedad laboral ha llegado a un punto que resulta ya insoportable?
Hoy el desempleo es menor que hace unos años, pero se ha incrementado ese tipo de trabajo que no te permite vivir. El trabajo es muy precario. Con esta película no quería hacer ningún alegato, pero pensé mucho en la historia, porque es una situación que puede ocurrir, de hecho, millones de personas conocen esta historia.
Pero ¿cuánto se puede resistir?
Lenin decía que la clase dirigente sobreviviría a cualquier crisis siempre que la clase trabajadora pagara el precio.
¿Cómo podemos luchar contra esto?
Creo que tenemos que luchar en la forma tradicional, tenemos que pertenecer a un sindicato. Y a partir de ahí ir provocando movimientos políticos que defiendan nuestros intereses. El problema es que la política de los sindicatos socialdemócratas hoy es que el jefe, el patrón, se beneficie antes de que el trabajador tenga un buen salario. Y si la prioridad es esa, jamás podremos cambiar. Así, solo resistiremos lo que podamos.
¿No es tiempo ya de crear unos sindicatos europeos?
Así es, esa es la lucha. Hemos ido perdiendo la idea del colectivo. Desde Margaret Thatcher se ha ido incrementando el culto al individualismo y el colectivo ha ido disminuyendo. El bien común ha decrecido y ha subido el éxito personal.
¿Este momento tiene algo diferente respecto de esta lucha?
Sí, porque la situación afecta a una gran mayoría de personas, no solo a la clase trabajadora, también la clase media pierde privilegios . Es el momento justo para luchar.
En la película insiste en cómo el trabajo precario nos roba la vida privada…
La vida familiar pierde su integridad, se está desintegrando. Si trabajas catorce horas diarias, no tienes tiempo para tus hijos. Paul Laverty se documentó mucho y los trabajadores le decían que no veían a sus hijos y que si les veían, estaban agotados y no les aguantaban. La película está suavizada, no es nada comparado con lo que ocurre de verdad, hay historias mucho peores. Esta familia trabajadora de la película está a punto de destruirse.
Esta familia ya lo pasa bastante mal…
Pero puede ser peor, el domingo me encontré con una mujer cuyo marido tiene diabetes, fue a su cita en el hospital y la empresa le despidió. En el siguiente trabajo precario que tuvo no fue al hospital. Los compañeros le dijeron al jefe que no se encontraba bien, que estaba mal, que le dieran un respiro. El hombre murió. Tenía 53 años.
La situación es límite, pero la reacción ¿no es demasiado escasa?
Pero la gente reacciona. Ese mismo día, conocimos a un sindicalista que estaba intentando crear una defensa. Es cierto que la solidaridad ha muerto como cimiento social, aunque en pequeños colectivos sigue existiendo.
En Inglaterra, ¿qué posibilidades existen de que la situación de los trabajadores cambie?
Bueno, esto es el fin del sistema. Con Jeremy Corbyn sí hay una posibilidad porque él sí se lo cree. Lo primero es eso, será eso, devolver al trabajador salarios decentes. Aunque, claro, la BBC y los periódicos no hablan nunca de ello.
La familia protagonista de la película
¿Y con el brexit?
Desde que nos levantamos estamos hablando del brexit, pero es lo otro lo que más importa. Y ahora tenemos un laborista que cree y quiere hacerlo. El problema ahora, si nos vamos o no de Europa, es mucho más que el brexit.
¿Espera un futuro próximo convulso en su país?
Va a ser una lucha interesante. La derecha nunca invierte en regiones pobres, no quieren que saquen a las empresas privadas de la sanidad… pero la política de Corbyn en estos territorios es popular. Los medios de comunicación hablan muy mal de él, le llaman viejo, incompetente y, lo peor, lo más pernicioso, dicen que es racista. Eso es una mentira malvada y todo porque supuestamente apoyó a los palestinos. Espero que esa campaña salvaje contra él de los medios no haga mella.
El adolescente de su película está completamente perdido. ¿Está así la juventud?
Creo que es algo que ocurre en cualquier generación. Es un proceso. Primero está la esperanza, después está tener que sobrevivir en un mundo en el que el cambio que estás esperando no llega nunca y luego la desilusión. Nuestro trabajo es detener eso. Tenemos que seguir luchando, ellos tienen que seguir luchando porque tenemos y tienen fuerza para cambiar.
Los jóvenes han reaccionado con la crisis climática.
Sí, es la gran causa de los jóvenes, el cambio climático los está uniendo. Y nosotros, todos nosotros, debemos ser parte de esa campaña. Jeremy Corbyn estuvo con los chicos en la manifestación del clima.
Todo esto se ha acelerado desde la crisis de 2008, ¿qué hacemos para no ir a peor?
Nada de lo que pasa es una sorpresa, efectivamente. Es su juego. No es un fallo de la economía de mercado, al revés, es un desarrollo lógico del mercado. Pero nosotros aprendemos de eso una lección, la estructura económica debe cambiar, la economía debe ser planificada, hay que basar la economía en la propiedad común. Además… el petróleo se agota y si nosotros queremos cambiar, no podemos seguir usándolo… el cambio climático… todo eso también tiene que cambiar.
Habrá que cambiar también la Unión Europea ¿no?
Claro. La precariedad del trabajador viene de la competencia entre las empresas. Si una decide pagar menos a sus trabajadores, el productor que vende valdrá más barato y el de la empresa de al lado tendrá que hacer lo mismo. La fundación de la Unión Europea está basada en el libre mercado, así que sí, la comunidad europea nos empuja a ese trabajo precario.