El líder del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el «Subcomandante Marcos», considera que el presidente Hugo Chávez ejerce «una política mediática, con improntas de caudillo», aunque reconoce que ha iniciado «un proceso de transformación fuerte» en su país. En el libro de próxima aparición «Corte de Caja», de la periodista mexicana Laura Castellanos, «Marcos» […]
El líder del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el «Subcomandante Marcos», considera que el presidente Hugo Chávez ejerce «una política mediática, con improntas de caudillo», aunque reconoce que ha iniciado «un proceso de transformación fuerte» en su país.
En el libro de próxima aparición «Corte de Caja», de la periodista mexicana Laura Castellanos, «Marcos» expresa su opinión sobre diversos líderes latinoamericanos y remarca su admiración por el líder cubano Fidel Castro y por el revolucionario Ernesto Che Guevara.
Castellanos habló sobre el contenido del libro que recoge más de cinco horas de conversación con el dirigente rebelde durante dos entrevistas, celebradas en octubre y noviembre del pasado año en Ciudad de México y en la selva de Chiapas, respectivamente, tras el cierre de la gira de «Marcos» por el país.
El entrevistado expresa, entre otras cuestiones, su opinión sobre el mandatario boliviano, Evo Morales, a quien le da «el beneficio de la duda» y se muestra mucho más duro con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de quien asegura que «luego desilusionó».
Sobre Chávez, afirma que «tiene un pie en la política mediática, con improntas de caudillo y otro en el movimiento que está despertando en Venezuela».
En este sentido, el líder de los rebeldes zapatistas se cuestiona si es posible estar al mismo tiempo «arriba y abajo» y señala que las versiones que llegan desde el poder «vienen editadas» por los protagonistas, «es decir por Chávez, Morales o (Andrés Manuel) López Obrador», el ex candidato presidencial de la izquierda mexicana, de quien «Marcos» se distanció en la campaña electoral de 2006.
Califica a Castro de «hombre excepcional en todos los sentidos» y reclama para su figura un lugar privilegiado en la historia junto a héroes mexicanos como Pancho Villa y Emiliano Zapata.
En su opinión, el Che «se adelantó. Es un hombre de una generación que todavía no acaba de nacer».
«Marcos» elogió la figura del rebelde argentino no por su «lucha revolucionaria sino por el modelo ético de un ser humano dedicado a los demás».
El líder zapatista se refiere también a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), de las que asegura que tienen una campaña mediática en su contra para situarlas como grupo ligado al narcotráfico.
Sin embargo, y tras apuntar que el movimiento zapatista no juzga a otros grupos armados, manifiesta su preocupación por las comunidades indígenas que se encuentran en medio de la lucha que llevan a cabo las FARC, el Gobierno colombiano y grupos paramilitares de autodefensa.
El dirigente del EZLN se distancia de la guerrilla mexicana Ejército Popular Revolucionario (EPR), con la que asegura no tener ningún contacto, e indica que el zapatismo difiere completamente de la estrategia de este grupo, basada en la «acción militar» frente al «trabajo de organización» por el que opta su movimiento.
Reconoce que tanto su figura como el movimiento zapatista están en una situación de «indefinición» sobre cómo llevar a cabo un programa nacional de lucha, algo que podría resolverse el próximo mes de junio.
«Estamos como en 1993. Ni nos ven ni nos oyen. La desventaja es que ya nos habían visto y escuchado y ahora nos hacen a un lado», relata «Marcos» en el libro.
El zapatismo, según «Marcos», busca refundar el país en una revolución comparable a la que hubo hace cien años.
«El proceso de destrucción es tal que no hay alternativa (…). Si piensan que vamos a aguantar una dictadura de partido, de Estado. No. El país no aguanta», subrayó.
De sus años de lucha desde el alzamiento zapatista en 1994, «Marcos» admite como su principal error fue el haber acaparado la atención mediática a la que quiso poner fin, pero no pudo.
«Si algo pudiera cambiar sería eso, no haber sido tan protagónico en los medios», dijo el dirigente rebelde, tras afirmar que «quizá» esta sea su última entrevista.
Castellanos, autora de libro «México Armado», había publicado algunos fragmentos de las entrevistas en la revista Gatopardo, acompañadas por fotografías de Ricardo Trabulsi en las dos únicas sesiones gráficas autorizadas por «Marcos».