España se llena de cemento. Entre 1990 y 2000, el suelo urbanizado aumentó en 170.384 hectáreas. O lo que es lo mismo: entre 1990 y 2000 se urbanizó un 24,45% de lo construido por el hombre en toda su historia. O visto de otra forma: en una década se ha edificado íntegramente una superficie como […]
España se llena de cemento. Entre 1990 y 2000, el suelo urbanizado aumentó en 170.384 hectáreas. O lo que es lo mismo: entre 1990 y 2000 se urbanizó un 24,45% de lo construido por el hombre en toda su historia. O visto de otra forma: en una década se ha edificado íntegramente una superficie como la provincia de Guipúzcoa. En ese periodo, el país perdió 239.248 hectáreas de zonas forestales (superficie algo inferior a la de Álava).
Las cifras proceden del proyecto europeo Corine Land Cover, que cartografió la superficie europea por satélite en 2000 y la comparó con los datos de 1990. En España, el censo del suelo lo ha coordinado el Instituto Geográfico Nacional (Ministerio de Fomento). Procesar los centenares de imágenes por satélite, con una resolución de 25 hectáreas, ha llevado tiempo. El análisis acaba de concluir.
Domingo Jiménez Beltrán, ex director de la Agencia Europea del Medio Ambiente e impulsor del Corine, asegura que el aumento de la urbanización era esperable, aunque no de forma tan abrupta: «Crece mucho la urbanización en España, pero especialmente en la costa Mediterránea y en Madrid, donde se observa un desarrollo brutal, incontrolado e insostenible».
Uno de los datos que más ha interesado a la UE es la urbanización en el primer kilómetro de costa. En la península oscila entre el 8,58% de Lugo al 50,82% de Málaga. En el Mediterráneo, las zonas con menos urbanización son Almería y Murcia, con un 13% de costa cementada y donde actualmente se construye a un ritmo frenético.
Valencia, Murcia, Madrid y Navarra duplican la media nacional de urbanización. Se ha urbanizado un 50% de lo construido en toda la historia. La comparación con Europa demuestra el enorme creciemiento en España. En Europa, la superficie edificada aumentó la mitad en el doble de tiempo, un 20% entre 1980 y 2000.
Jiménez Beltrán, actualmente asesor de Medio Ambiente de José Luis Rodríguez Zapatero, afirma que las cifras de ayuntamientos, comunidades, ministerio, catastro y registros sobre uso del suelo eran incomparables y, a veces, contradictorias. El satélite acaba con las discrepancias. «Si el satélite ve una casa, la hay», explica Guillermo Villa, ingeniero y miembro del grupo de teledetección del Instituto Geográfico Nacional.
El Corine distingue 85 usos del suelo. En las imágenes, los expertos diferencian un campo de regadío de uno de secano. Cuando surgía una duda, una fotografía aérea o una persona en el terreno la disipaba. Villa explica que el satélite Landsat 7, gracias a su frialdad, ha sacado a la luz urbanizaciones irregulares. Jiménez Beltrán coincide: «Cuando terminemos la comparación con las cifras oficiales, aparecerán divergencias importantes». Entre 1990 y 2000, el número de viviendas aumentó un 21%, según el Instituto Nacional de Estadística. El satélite da un aumento de la zona urbanizada cuatro puntos superior.
El secretario general de Ordenación del Territorio del Ministerio de Medio Ambiente, Antonio Serrano, asegura que el urbanismo es una de las mayores amenazas medioambientales. «Vendemos el suelo y destrozamos el entorno. Lo más triste es que lo vendemos sin sacar nada a cambio». Serrano es catedrático de Ordenación del Territorio y pionero de la teledetección en España. Fue subdirector del Instituto Geográfico Nacional. Junto a la costa Mediterránea, Serrano destaca «el crecimiento desordenado de Madrid».
La explosión del ladrillo ha supuesto la pérdida de zonas forestales. Todas las comunidades autónomas salvo Navarra han perdido hectáreas de bosque. En total 239.248 hectáreas, un 0,99% de toda la superficie forestal. Es mucho en número y poco en porcentaje porque España es uno de los países europeos con menos zonas urbanizadas. La superficie agrícola, un 50,37% del territorio, registró un leve aumento (del 0,13%).
Serrano y Jiménez Beltrán admiten que la responsabilidad es compartida. «La principal vía de financiación de los alcaldes es el suelo, porque tienen pocos ingresos. Eso produce una competencia entre municipios que les empuja a urbanizar más y más. A las comunidades también les gusta el desarrollismo. No es lógico que España consuma el doble de cemento que Alemania. Muchos dicen que hay que construir el litoral virgen. Olvidan que la virginidad sólo se pierde una vez», concluye Jiménez Beltrán.
«Datos inapelables e independientes»
El proyecto Corine Land Cover es «un pequeño milagro», según el ex director de la Agencia Europea de Medio Ambiente, Domingo Jiménez Beltrán. Uno de los responsables del proyecto en España, Guillermo Villa, afirma que «a la Comisión Europea le va a ser muy útil». «A la hora de plantearse las ayudas al olivar, por ejemplo, tendrá sus datos sobre cuántos olivos hay. Sus datos son inapelables e independientes». Jiménez Beltrán afirma que el proyecto levantó recelos porque es «como si Hacienda cruzase los datos con los de la Seguridad Social».
La ventaja es que se evitan duplicidades. Hasta ahora, Agricultura realizaba sus mapas, Medio Ambiente los suyos para ver el estado del bosque, las autonomías tenían sus datos y los ayuntamientos sus estimaciones. Al final, varios satélites y aviones cartografiaban la misma zona, pero los datos no eran comparables porque el que buscaba pinos no miraba si había cemento y viceversa.
La UE ha adelantado el próximo censo de 2010 a 2005 después del éxito. Tendrá el doble de resolución que el actual. Los responsables españoles estudian cómo colgar los resultados en Internet. Las imágenes, sin explicaciones, se pueden ver ya en la web http://image2000.jrc.it