«Hoy, el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo se han convertido en elementos desestabilizadores en la lucha contra ETA, muy poco fiables. El caso de la Audiencia Nacional es peor». Son reflexiones del Grupo de Estudios Estratégicos, en el que figura el actual director general de la Policía, Ignacio Cosidó. El Grupo de Estudios Estratégicos […]
«Hoy, el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo se han convertido en elementos desestabilizadores en la lucha contra ETA, muy poco fiables. El caso de la Audiencia Nacional es peor». Son reflexiones del Grupo de Estudios Estratégicos, en el que figura el actual director general de la Policía, Ignacio Cosidó.
El Grupo de Estudios Estratégicos (GEES), es un think tank o grupo privado de reflexión, identificado con el pensamiento neocón y vinculado al ala más derechista del PP, y se ha especializado en realizar informes y asesoramientos sobre cuestiones de seguridad y defensa. Entre sus integrantes se encuentra el actual director general de la Policía, Ignacio Cosidó, que, aunque desde que ocupó su cargo en el Ministerio de Interior no ha publicado ningún trabajo para el GEES, sí que sigue participando en algunas de las actividades que organiza, como el «Campus de Estudios Estratégicos 2013», celebrado en la Universidad Católica de Valencia el 12 y 12 de julio del pasado año.
El último informe realizado por el GEES fue publicado el pasado 3 de febrero con el título «Lucha contra ETA: Aznar, Zapatero, Rajoy», y en él se analiza la estrategia contra la organización vasca de los últimos tres presidentes de gobierno españoles, con la conclusión de que solo José María Aznar supo hacer las cosas bien.
Tribunales desestabilizadores
El documento del GEES -grupo que informa y asesora sobre «problemas de la seguridad internacional y española, en sus aspectos políticos, estratégicos, militares, económicos, tecnológicos e industriales»- dibuja una situación catastrófica para los intereses españoles en su lucha contra ETA. Baste como ejemplo la imagen que ofrece de lo que denomina «frente judicial», que afirma que es «el que más daños ha sufrido».
Según el documento, que está fechado hace escasamente veinte días, «se ha permitido que la herencia de Zapatero haya ido parasitando organismos clave en la lucha contra la banda. Hoy, el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo se han convertido en elementos desestabilizadores en la lucha contra ETA, muy poco fiables. El caso de la Audiencia Nacional es peor: diseñada como tribunal excepcional para luchar contra la banda, dedica sus recursos a otras cuestiones -casos de corrupción, víctimas del franquismo por ejemplo- mientras en sus salas los etarras recolectan hoy más éxitos que sus víctimas».
A esto añaden que «esta anómala situación ha abierto la puerta a la `colombianización’ de la lucha antiterrorista: como en aquel país, los éxitos en la lucha contra el terrorismo vuelven a correr el riesgo de estrellarse contra una judicatura izquierdizada y hostil al fin policial de la banda».
Bildu, vanguardia nacionalista
Según el GEES, todo lo que identifica como «frentes», salvo el policial, van mal. El «internacional» fue «erosionado gravemente» al aceptar Zapatero la internacionalización del diálogo y, aunque el PP paralizó las negociaciones, no ha incidido en este campo interestatal. Fruto de esa «falta de solidez» cita la sentencia de Estrasburgo sobre la doctrina 197/2006, «impensable en Francia o Gran Bretaña».
En el ámbito penitenciario, el GEES observa «un cambio de dirección». En lugar de servir para «disuadir» de entrar en ETA, se emplea para la «reinserción». Además, ve al Gobierno de Rajoy frío y pasivo hasta la «ofensa» a las víctimas de ETA.
Pero es en el llamado «frente político» donde el GEES intuye el mayor peligro, «con las marcas proetarras gobernando en el País Vasco», lo que constituye «un retroceso estratégico de primer orden».
Según el entender de GEES, «lo peor es que Bildu y el resto de marcas de ETA se han convertido en la vanguardia actual del nacionalismo vasco, una vez integrados en su órbita al resto de marcas nacionalistas (EA o Geroa Bai), y sometiendo al PNV a una enorme presión, radicalizándolo». Y mientras PP y PSOE están «desmovilizados electoralmente, las marcas políticas de ETA amenazan con convertirse en primera o segunda fuerza política en el País Vasco y Navarra, y prevén encabezar en breve el proceso secesionista vasco».
Todo ello constituyen «pruebas inequívocas» de que las perspectivas políticas de futuro de ETA «son hoy mejores que cuando ponían bombas».
Rajoy desdibuja el liderazgo del PP en esta materia
Para los integrantes del GEES, el periodo de José María Aznar -idealizado hasta contradecir la realidad- fue el de la firmeza acertada, que José Luis Rodríguez Zapatero vino a echar por tierra. Reconocen que Mariano Rajoy cortó toda negociación con ETA, pero no con la herencia de Zapatero. La gran actividad del Gobierno Aznar con el objetivo de «la derrota de ETA», la ha cambiado Rajoy por «la búsqueda de un consenso con la izquierda que evitase situaciones como las vividas en marzo de 2004», lo que «ha llevado al Gobierno del PP a desistir en la ilegalización de las marcas de ETA, la reforma del Código Penal, o la recuperación de la confianza de las víctimas del terrorismo. El histórico liderazgo del PP en la lucha contra ETA se ha desdibujado en esta legislatura hasta hacerse irreconocible».
El informe señala que «esta pérdida de liderazgo está teniendo consecuencias preocupantes en términos políticos y sociales en el País Vasco. De seguir así, estas consecuencias aumentarán en el futuro», mientras la presencia de «proetarras» en las instituciones «ha aumentado y aumentará».