En un artículo publicado en el diario Levante-EMV en enero de 2014, la secretaria general de la CGT del País Valenciano y Murcia, Emilia Moreno, afirmaba «Señor ministro, yo también soy anarquista». Se refería a una respuesta parlamentaria del Ministerio del Interior en la que se relacionaba el aumento de la actividad de los grupos […]
En un artículo publicado en el diario Levante-EMV en enero de 2014, la secretaria general de la CGT del País Valenciano y Murcia, Emilia Moreno, afirmaba «Señor ministro, yo también soy anarquista». Se refería a una respuesta parlamentaria del Ministerio del Interior en la que se relacionaba el aumento de la actividad de los grupos nazis con el movimiento anarquista. A pesar de la criminalización frecuente, considera que ser anarquista consiste en «vivir con una coherencia fuerte, quitarse las capas del capitalismo, consumismo y patriarcado que llevamos encima». Otra de las premisas básicas es la ausencia de autoritarismo. Personalmente, «estoy en el camino pero aún me falta mucho», reconoce.
Respecto a las diferencias con los sindicatos mayoritarios, Emilia Moreno destaca que la CGT no es una organización sindical de carácter representativo, que se dedique simplemente a arreglarle los problemas al trabajador, sino una herramienta para que el obrero participe y luche. Otra diferencia es la acción directa y «la voluntad de transformación social, más allá de las cuestiones laborales». Además de secretaria general de la CGT del País Valenciano y Murcia entre 2013 y 2016, Emilia Moreno forma parte del equipo de «Mujeres Libres», programa que se emite en Radio Klara, y colabora en el periódico «Noticia Confederal». En la siguiente entrevista explica algunos de los conflictos laborales en los que se halla inmerso el sindicato
-La CGT sostiene en numerosas empresas y sectores una posición «alternativa» a la de los sindicatos mayoritarios. ¿Se paga un «precio» por ello? ¿Cuál es la respuesta de los empresarios?
Es habitual que sufran situaciones de acoso y se persiga en mayor medida a delegados sindicales de CGT, que a los de los sindicatos mayoritarios. En otros sindicatos más a la derecha, los ataques aún son menores. Una de las compañías donde se vive esta hostilidad es Marktel, empresa de telemarketing ubicada en Madrid y Valencia, y cuyos servicios subcontratan otras empresas como Vodafone-Ono, Jazztel, Bankia, Aguas de Valencia, Gas Natural o Mapfre. Marktel, cuyo propietario es José María Horrillo López del Rey, Marqués de Vivanco, decidió negociar un convenio de empresa por debajo de las condiciones establecidas en el sector del telemarketing, ya de por sí muy precarizadas. Nuestro sindicato rechazó el convenio y a continuación empezó el acoso. En el último año nos hemos enfrentado a situaciones de presión en el centro de trabajo, llamadas amenazantes, incluso a una de las personas en baja por depresión -debido al acoso de la empresa- le pusieron detrás a un detective.
-¿Cómo justifican las empresas, en este caso Marktel, el hostigamiento a los delegados sindicales y a los trabajadores más combativos?
Acusan a la CGT de utilizar de manera indebida las «horas» sindicales, de manera que los puestos de trabajo quedarían supuestamente desatendidos. Y así, afirman, el resto de la plantilla ha de trabajar más. Hacen recaer la política de falta de personal en los delegados de la CGT, incluso han hecho cómics con delegados sindicales tomando café, mientras otros trabajadores no dan abasto en sus tareas. También han afirmado que con las movilizaciones, nuestro sindicato está generando problemas con Mapfre, Vodafone y el resto de las empresas, de manera que podrían perderse las contratas y los puestos de trabajo. En términos generales, debido a estas estrategias de privatización y externalización de servicios, la firma de un nuevo contrato supone un incremento de la presión sobre el personal, principalmente en el segundo y tercer escalón de la empresa.
-¿En qué condiciones se trabaja en el sector del telemarketing, uno de los más precarizados? ¿Se ha dado alguna respuesta en forma de movilizaciones?
El pasado 28 de marzo comenzó una huelga indefinida de 74 días en las empresas contratistas de Telefónica-Movistar. Esta compañía subcontrata servicios con empresas como Abentel, Teleco, ITETE, Cobra, Dominion Networks, Liteyca, Elecnor, Montelnor u otras, que a su vez contratan a trabajadores «autónomos», que son su propia empresa y responsables de su puesto de trabajo. El grado de explotación en estos casos es mucho mayor. Estos trabajadores «autónomos» han de pagar y hacerse cargo del material de trabajo y el transporte. Además se les impone que lleven un determinado uniforme, que han de comprar a la empresa, o que se hagan cargo de su salud laboral y de la seguridad del entorno en el que trabajan, por ejemplo, a la hora de realizar una instalación. Se trata, en definitiva, de un mecanismo que exime de responsabilidad a Telefónica y a las contratas. Otra cuestión importante fue el acuerdo alcanzado por CCOO y UGT con la patronal de contratas de Telefónica-Movistar, en mayo de 2015, al margen de la Plataforma de trabajadores de las contratas. Además, como consecuencia de las movilizaciones se han producido represalias. Telefónica ha «vetado» a algunos de los huelguistas más activos, y que fueron despedidos de sus empresas, para que no pudieran trabajar en ninguna contrata de Telefónica-Movistar.
-Un juez ha anulado el despido durante su embarazo de una joven trabajadora de Comfica, empresa contratista de Telefónica. Los empleados de T-Gestiona, del grupo Telefónica, denunciaron hace un mes -al tiempo que comenzaron una huelga de cinco días- el incremento de la presión laboral para que aumentara la productividad, y el despido de 400 personas en los últimos dos años y medio. La CGT se ha sumado a las denuncias en Teleco, otra contrata de Telefónica…
La empresa Telecomunicación de Levante SL «Teleco» está comunicando el traslado de una parte del personal más antiguo y estable a otros territorios, por ejemplo de Tarragona a Alicante y de Valencia a Palma de Mallorca. Se intenta que la gente renuncie al puesto de trabajo y, para ello, alegan causas «productivas y organizativas». Si el trabajador no acepta las condiciones, puede ser despedido de manera «procedente», de manera que recibiría una indemnización de 20 días por año trabajado. El pasado 9 de septiembre recibieron la carta seis trabajadores de Valencia, pero en Alicante nos informaron de que había redactadas otras 40 comunicaciones. La estrategia empresarial consiste en despedir al personal más antiguo, y sustituirlos por «falsos» autónomos.
-Otra dura batalla sindical es la que la CGT afronta en la ONCE, una entidad sin ánimo de lucro donde los conflictos se hallan invisibilizados. Según el «Estudio de la Inversión Publicitaria en España» (2015) de InfoAdex, la ONCE ocupa el octavo lugar en la ratio de inversores en medios convencionales, con 48,1 millones de euros en 2014.
El mayor de los «handicap» es que la ONCE cuenta con un prestigio social enorme, e invierte en efecto grandes sumas de dinero en publicidad en los medios de comunicación. La sección de la ONCE de CGT en el País Valenciano procede de Comisiones Obreras. Los compañeros abandonaron CCOO por el apoyo de este sindicato al último convenio laboral de la ONCE, en julio de 2013. Actualmente continúan con su labor de visibilizar las condiciones laborales que padecen los trabajadores, así como la merma de derechos y prestaciones de los afiliados a la ONCE. A mediados de 2014 se personaron como invitados en el programa «El Intermedio», del «Gran Wyoming», un grupo de ocho personas, todas ellas vestidas de modo convencional pero con una camiseta debajo, de carácter reivindicativo. Se situaron entre el público. Aprovecharon la pausa del programa para acercarse al «Gran Wyoming» y entregarle un dossier explicativo de lo que ocurre en la ONCE. Pidieron una oportunidad. Hasta hoy no han recibido respuesta.
-¿Cómo son las condiciones laborales actualmente en la ONCE?
Nos encontramos con numerosos despidos que la ONCE justifica por una «baja productividad», también se ha extendido la venta de los productos-ONCE a otros establecimientos, como gasolineras o estancos, con los que ahora tienen que competir los trabajadores. Además, se ha producido una reducción sustancial de la plantilla. Frente a la ceguera total o las grandes discapacidades, a la hora de las contrataciones se prefiere a las personas con discapacidades «sobrevenidas», aunque de ese modo se incumpla el objetivo fundacional de la Organización. Al tiempo que publicita su «labor social», desde el año 2007 la ONCE ha cerrado más de un centenar de sedes, colegios y miles de quioscos dedicados a la venta del cupón. En los citados centros los trabajadores podían recoger los productos o cupones para la venta o realizar gestiones con la empresa, mientras que en los colegios se desarrollaba una labor formativa. También se ha reducido la prestación de servicios a las personas afiliadas a la ONCE.
-Otra de las luchas sindicales, a menudo silenciadas, es la de la privatización y desmantelamiento de los ferrocarriles públicos…
Además del proceso de privatización en RENFE y ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), es muy importante la falta de inversiones en las líneas tradicionales a favor del AVE. Son medidas que llevan a la desaparición del transporte ferroviario como servicio público. Por un lado se están externalizando numerosos servicios, pero además la empresa no contrata a nuevo personal, y la plantilla tiene una media de edad de 54 años. Se están produciendo movilizaciones para poner en evidencia esta política. El objetivo de la empresa es dejar «morir» a la plantilla para acabar externalizando ADIF.
-¿Resulta más difícil realizar el trabajo sindical en empresas grandes pero fragmentadas, donde el obrero ya no trabaja codo a codo junto al compañero, como en la fábrica fordista?
Hay, en general, un proceso de desregulación de las relaciones laborales, y en las empresas grandes con personal cualificado o de mayor edad, se trata de externalizar la producción. Dentro de las empresas se introducen dobles escalas salariales y trabajos cada vez más precarizados. Se da el caso de empresas creadas expresamente para trabajar con la matriz, por ejemplo, la compañía Telefónica creó Atento, que además de contratar con Telefónica trabaja hoy también para otros clientes. En el sector de la limpieza muchas de las empresas que prestaban los servicios eran de cinco o seis trabajadores, en una fase posterior irrumpieron en el mercado las grandes empresas de limpieza; actualmente, además de este servicio, ofrecen telemarketing, seguridad, atención a mujeres durante 24 horas…
Muchas veces las plantillas son muy numerosas, pero no se labora físicamente en el mismo lugar, por lo que es difícil que los trabajadores coincidan, compartan problemas y reivindicaciones. Sólo el hecho de que las condiciones lleguen a una situación de esclavitud, hace que los trabajadores se interrelacionen y lleguen a puntos de acuerdo. En estas macroempresas los sindicatos mayoritarios tienen una buena representación, en ocasiones facilitada por los mismos empresarios. En conclusión, cada vez resulta más difícil «llegar» a los trabajadores: cuanto más vulnerable eres, más efecto surte la amenaza del despido.
-La CGT acaba de elaborar una «Guia d’Autodefensa Laboral per a Precàries»…
Es una herramienta que elaboraron los compañeros de CGT-Catalunya, y que en CGT-País Valencià hemos adaptado. Desde 1984, año en que se produjo la primera reforma laboral después de la aprobación del Estatuto de los Trabajadores (1980), se ha producido un fuerte retroceso en los derechos laborales. Pero también es cierto que hay numerosas herramientas que los trabajadores desconocen. Por ejemplo, aunque no exista un «papel» por escrito o contrato «formal», el hecho de trabajar ya implica una relación contractual con la empresa. El objetivo de la guía es que la gente pueda conocer sus derechos y organizarse para reivindicarlos.
-Por último, ¿establece el anarcosindicalismo actual alguna relación con la tradición cultural de la vieja CNT: ateneos libertarios, escuelas racionalistas, bibliotecas populares…?
Las juventudes de la CGT gestionan desde hace cinco años la Biblioteca Ferrer i Guardia, que cuenta con un importante fondo de materiales y libros anarquistas, así como de otras temáticas. La biblioteca forma parte de la Xarxa de Biblioteques Socials. La Asamblea de Parados de la CGT organiza asimismo charlas, videofórum y presentaciones de libros. Entre las últimas actividades, destaca una conferencia sobre las guerras y la situación de los refugiados o el «Segundo Viaje a la Ecoutopía». La Federación de Valencia organiza las Jornadas Libertarias -este año, la XVII edición- con el título «Caminando a la Utopía». Las jornadas contarán probablemente con la participación del politólogo Carlos Taibo, el poeta y ensayista Antonio Méndez Rubio, autor de «Fascismo de baja intensidad» y miembros de la Campaña CIEs No. Además colaboramos todos los años en la Mostra del Llibre Anarquista de València.
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