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El trasvase del Ebro y la estupidez del PP

Fuentes: Rebelión

Estamos en campaña electoral y ésta se convierte cada vez más en un conjunto de estupideces mayúsculas por parte de la inmensa mayoría de los políticos, en temas como impuestos, inmigración, trasvases, etc. Me centro en una del Partido Popular, con el trasvase del Ebro al fondo y me sorprendo ¡Qué ingenuo sigo siendo! cuando […]

Estamos en campaña electoral y ésta se convierte cada vez más en un conjunto de estupideces mayúsculas por parte de la inmensa mayoría de los políticos, en temas como impuestos, inmigración, trasvases, etc.

Me centro en una del Partido Popular, con el trasvase del Ebro al fondo y me sorprendo ¡Qué ingenuo sigo siendo! cuando escucho «que el Ebro pierde mucho agua en el mar». Esta es una de las mayores estupideces que se pueden decir y que denota la poca cultura que muchos de nuestros políticos tienen. Veamos algunos ejemplos de desastres ecológicos que producen este tipo de afirmaciones.

En la década de los sesenta, el desarrollismo soviético llevó a la transformación de las llanuras que rodean al mar Aral. Se transformaron más de siete millones y medio de Has en regadío, para obtener el llamado «oro blanco», el algodón. Para ello, usaron las aguas de los ríos Amu Darya y Syr Darya, de tal forma que apenas vierten agua en el mar. Se ha hecho desaparecer el 85% de los humedales de la zona. Las consecuencias de todo ello son evidentes, el mar de Aral ya no es lo que reflejan los mapas ya sólo queda un 15% de lo que era, además de haber convertido ya miles de Ha en incultivables al recibir la sal de su antiguo lecho que el viento iba extendiendo. Las enfermedades se han multiplicado en la zona. Ahora se plantean recuperarlo pero es casi imposible.

Otro caso emblemático es el lago africano Chad, donde el muy democrático FMI y el BM plantearon lo mismo, haciendo que los ríos Chari y Logone se dedicaran al regadío y no aportarán agua al algo Chad. Sus consecuencias son evidentemente las mismas que en el mar Aral, con la diferencia que aquí ni siquiera se desarrolló la agricultura.

Otro ejemplo lo tenemos en el río Nilo con la presa de Assuán, que ha sido presentado como un ejemplo de modernidad y progreso. Pero lo que ha conseguido es el hundimiento del delta de Alejandría y su salinización. Además, están desapareciendo numerosas playas en todo Egipto y Libia por la falta de caudales y la escasez de sedimentos del Nilo pues son retenidos por la presa. El nivel de capturas de sardinas y boquerones ha disminuido en un 90% por la falta de nutrientes que aportaba anteriormente el Nilo.

Podríamos seguir con más casos como el río Amarillo en China.

El Partido Popular está empecinado en el trasvase, aunque ahora lo llama transferencia, siguiendo la filosofía del agua del siglo XIX. El delta del Ebro, lleva camino de desaparecer, pues el nivel del mar Mediterráneo en esta zona crece unos 10mm anuales y teniendo en cuenta que el Delta es una llanura, nos señala la gravedad del problema. A esto hay que añadir que el Delta ya casi no recibe los sedimentos que le aportaba el Ebro, al quedar retenidos en la presa de Mequinenza, con lo que el crecimiento del mar y la no aportación de sedimentos, hace que la desaparición del delta tenga fecha de caducidad con la desaparición del principal humedal de la Península.

Las aguas del Ebro, que llegan al Mediterráneo, son fundamentales tanto para las pesquerías del propio Delta, como para el litoral catalán y valenciano pues las aguas de este río son ricas en nutrientes y fertilizan la vida marina, no sólo en peces sino en planctón.

Actualmente el caudal del Ebro está descendiendo continuamente, debido a un aumento de la población en su valle, al desarrollo económico de la zona, con el establecimiento de varias centrales eléctricas de ciclo combinado, una gran área turística Gran Escala en la zona de los Monegros.

El nivel mínimo ecológico necesario del río Ebro en su desembocadura debería ser entre 10.000/12.000 Hm3 anuales, cuando hoy escasamente llegan a los 8.000Hm3.

Otro argumento que usa el Partido Popular para justificar el trasvase es que resulta más ecológico que el agua desalada. La realidad es que llevar agua del Ebro a Murcia/Almería, supone un gasto de 4 kw/h por m3. Mientras que la desalación por osmosis inversa está ya en 3 kw/h el m3, y con el progreso técnico ese gasto está disminuyendo. La irracionalidad del trasvase es total.

En cuanto al precio del agua, ésta sí que es la gran cuestión. Cuando los valencianos y murcianos plantean el lema «agua para todos» me parece bien, pero siempre que se pague el precio real del agua, y aquí es donde ya se terminó el debate del agua trasvasada, porque quieren el agua a precio casi gratis a costa de la subvención estatal. El precio real del agua del trasvase en Murcia/Almería ronda 1/1,5 euros el m3, cuando el agua desalada está en estos momentos entre 0,4/0,5 euros el m3.

El agua del Ebro en su desembocadura está muy contaminada y no tiene mucha utilidad. A ello debemos unir temas como el del mejillón cebra, etc., que hace totalmente inviable el trasvase. Con la propuesta de trasvase del PP, en los últimos diez años sólo se hubiera podido realizar el trasvase de agua en dos años. En un año de sequía como éste ¿Sería posible el trasvase? La respuesta es evidente NO.

La comunidad científica mayoritariamente se muestra contraria a la realización de los trasvases por su inviabilidad económica, ecológica y social.

La Comisión Europea ha realizado un amplio debate sobre el tema del agua y de los trasvases. Las comisiones, que han estudiado el tema, han publicado tres informes técnicos, en los que desaconsejan tales proyectos y en consecuencia que nunca se financien con fondos europeos.

Junto a todas estas cuestiones, está el enfrentamiento entre regiones que el PP ha planteado en función de sus intereses electorales. Así difícilmente podremos avanzar en el tema del agua, cuestión ésta prioritaria para el país, pues con el cambio climático que ya estamos sufriendo, lo vamos a pasar muy mal si no sabemos hacerlo bien siendo para ello necesario un amplio consenso social y político en torno a unos ejes vertebradores que serían:

  • Llevar a cabo los principios de una nueva cultura del agua, que pasa por el ahorro, un aumento del precio, el reciclaje y la sostenibilidad hídrica.

  • Recuperación de los humedales del país.

  • No más presas, sino buscar sistemas más ecológicos, como por ejemplo el llenado de acuíferos.

  • Desarrollo ordenado de plantas desalinizadoras.

  • Mejoras en las redes de distribución urbana y canales y una mejor planificación urbana.

  • No al desarrollo turístico insostenible (urbanizaciones, campos de golf, etc) como el que se está dando en Valencia y Murcia o el propio Gran Escala en los Monegros aragoneses.

  • Un compromiso ético personal de cada uno con el agua.

En base a esto, es posible solucionar el problema del agua en nuestro país y no con el enfrentamiento social y político con medidas unilaterales que sólo benefician a determinados sectores: construcción, eléctricas, cementeras, etc.

España tiene agua, pero debemos aprender a usarla correctamente y terminar con el despilfarro actual. Nuestra revolución del agua pasa por un compromiso personal de uso y con no favorecer aquellos proyectos alocados y fuera de la realidad. El PP no se merece que se le vote ya solamente por el tema del agua.